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jueves, 10 de octubre de 2013

The Bling Ring

5/10
The Ring Bling (EE.UU.-Reino unido-Francia-Alemania-Japón, 2013)
Dirección y guión: Sofia Coppola
Intérpretes: Israel Broussard, Katie Chang, Emma Watson, Leslie Mann, Taissa Farmiga, Erin Daniels, Nina Siemaszko, Gavin Rossdale, Stacy Edwards, Maika Monroe, Claire Julien, Joe Nieves, Halston Sage, Paris Hilton
Música: Brian Reitzell
Fotografía: Christopher Blauvelt, Harris Savides
Montaje: Sarah Flack.
Idioma: Inglés.
Duración: 90 minutos.



Roba a tus ídolos

Pongámonos en situación. Se conoce como Ring Bling (demos gracias de que el título no se haya traducido por el momento en nuestro país) al grupo de chavales que hace unos años saltaron a la fama por conseguir entrar en las casas de algunas de las celebridades más famosas de Los Ángeles y desvalijarlas. O sea, que sí. Ésta es una de esas historias basadas en hechos reales. Sofia Coppola partió de un artículo aparecido en Vanity Fair sobre el tema y se entrevistó para el proceso de creación con dos de los integrantes de la banda.

El artículo debió quedarse en eso. En artículo y poco más. A menos que hubiese caído en manos de un guionista valiente y capacitado para convertir en algo interesante este desfile de personajes con los que la MTV nos ha acostumbrado durante los últimos años. No en vano, el personaje interpretado por Emma Watson terminó protagonizando su propio reality en la televisión americana a raíz de su inculpación y consiguiente ascenso al estrellato de temporada. Sofia Coppola ha conseguido crear un universo propio basado en una imaginería reconocible, y lo demuestra en cada nueva película, pero en este caso el libreto carece de solidez.   

Nicki es una zorra. Sam quiere pasárselo bien. Chloe está colgada. Mark tiene problemas de adaptación. Rebecca lidera el grupo. Ya está. Probablemente las motivaciones y mecanismos internos de cada uno sean mucho más potentes que los de los jóvenes reales que retratan (hola, Jersey Shore), pero esto no es la vida real. Esto es cine. Y funciona de una forma diferente. Ni en la resolución se puede empatizar con ellos. Una pandilla de críos consiguió hacerse con efectos personales de sus estrellas favoritas por valor de tres millones de dólares. Porque es fácil hacerlo. Porque Paris Hilton deja las llaves debajo del felpudo. Porque en Internet uno puede encontrar la dirección de cualquiera y saber cuándo va a estar fuera en alguna fiesta. Se colocaban, robaban despreocupadamente y volvían a empezar. Hasta que les cogieron. No suena demasiado interesante. No lo es. América ensalza a los idiotas. La juventud de hoy en día está perdida (la juventud siempre ha estado perdida; de eso se trata). Robar es feo. 800 amigos en Facebook y ni uno solo a este lado de la pantalla. Ya. Lo sabemos. Todo eso lo sabemos. 
 
El problema no es que la película sea floja. Que lo es. El problema (uno de ellos) es que el incidente en que se basa tampoco da para mucho. Y si uno quiere ser fiel a los hechos tal como sucedieron en realidad, bueno, seguramente lo mejor sea buscarse otra fuente de inspiración. Aunque siempre nos quedará la duda de hasta qué punto podía haberse aprovechado en manos de, por ejemplo, un David Fincher. Eres capaz de hacerlo mejor, Sofia. Lo has demostrado en el pasado.





Miguel Motañés




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