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domingo, 30 de septiembre de 2012

San Sebastián 2012: Palmarés completo


SECCIÓN OFICIAL

CONCHA DE ORO A LA MEJOR PELÍCULA
DANS LA MAISON, François Ozon (Francia)

PREMIO ESPECIAL DEL JURADO
BLANCANIEVES, Pablo Berger (España-Francia)

CONCHA DE PLATA AL MEJOR DIRECTOR
FERNANDO TRUEBA, EL ARTISTA Y LA MODELO (España)

CONCHA DE PLATA A LA MEJOR ACTRIZ ex-aequo
MACARENA GARCÍA, BLANCANIEVES (España-Francia)

CONCHA DE PLATA A LA MEJOR ACTRIZ ex-aequo
KATIE COSENI, FOXFIRE (Francia-Canada)

CONCHA DE PLATA AL MEJOR ACTOR
JOSÉ SACRISTÁN, EL MUERTO Y SER FELIZ (España-Argentina-Francia)

PREMIO DEL JURADO A LA MEJOR FOTOGRAFÍA
TOURAJ ASLANI, FASLE KARGADAN / RHINO SEASON (Turquía)

PREMIO DEL JURADO AL MEJOR GUIÓN
FRANÇOIS OZON, DANS LA MAISON (Francia)

MENCIÓN ESPECIAL DEL JURADO
THE ATTACK, Ziad Doueiri (Líbano-Francia-Qatar-Bélgica)



PREMIO KUTXA NUEVOS DIRECTORES

PREMIO KUTXA NUEVOS DIRECTORES
CARNE DE PERRO, Fernando Guzzoni (Chile-Francia-Alemania)

MENCIÓN ESPECIAL
PARVIZ, Majid Barzegar (Irán)

MENCIÓN ESPECIAL
EL LIMPIADOR, Adrián Saba (Perú)


PREMIO HORIZONTES

PREMIO HORIZONTES
EL ÚLTIMO ELVIS, Armando Bo (Argentina-EEUU)

MENCIÓN ESPECIAL
ERA UMA VEZ EU, VERÔNICA / ONCE UPON A TIME WAS I, VERONICA, Marcelo Gomes (Brasil)

MENCIÓN ESPECIAL
DESPUÉS DE LUCÍA, Michel Franco (México-Francia)


PREMIO SERBITZU SARIA

PREMIO SERBITZU SARIA
PURA VIDA, Pablo Iraburu, Migueltxo Molina (España)


PREMIO DEL PÚBLICO SGAE-FUNDACIÓN AUTOR

PREMIO DEL PÚBLICO SGAE-FUNDACIÓN AUTOR
THE SESSIONS, Ben Lewin (EEUU)


PREMIO DEL PÚBLICO SGAE-FUNDACIÓN AUTOR. PREMIO PELÍCULA EUROPEA
THE ANGELS' SHARE, Ken Loach (Reino Unido-Francia-Bélgica-Italia)


PREMIO EUSKALTEL DE LA JUVENTUD

PREMIO EUSKALTEL DE LA JUVENTUD
7 CAJAS, Juan Carlos Maneglia, Tana Schémbori (Paraguay)


PREMIOS XI ENCUENTRO INTERNACIONAL DE ESTUDIANTES DE CINE

PREMIO PANAVISION
THE MASS OF MEN, Gabriel Gauchet (National Film and TV School, Reino Unido)

Participación en el SHORT FILM CORNER del Festival de CANNES
THE MASS OF MEN, Gabriel Ga uchet (National Film and TV School, Reino Unido)
WEDDING DUET, Goran Mihailov (Universitatea Nationala de Arta Teatrala si Cinematografica“I.L. Caragiale”, Rumanía)
I THINK THIS IS THE CLOSEST TO HOW THE FOOTAGE LOOKED, Yuval Hameiri and Michal Vaknin (Tel Aviv University, Israel)


PREMIOS CINE EN CONSTRUCCIÓN 22

PREMIO CINE EN CONSTRUCCIÓN DE LA INDUSTRIA
GLORIA, Sebastián Lelio (Chile)

PREMIO NORTEADO
TANTA AGUA, Ana Guevara, Leticia Jorge (Uruguay-México-Holandal)


PREMIOS CINE EN MOVIMIENTO 8

PREMIO CINE EN CONSTRUCCIÓN DE LA INDUSTRIA
LE VEAU D’OR (THE GOLDEN CALF), Hassan Legzouli (Francia-Marruecos)

MOUG (WAVES), Ahmed Nour (Egipto-Marruecos)


OTROS PREMIOS

PREMIO FIPRESCI
EL MUERTO Y SER FELIZ, Javier Rebollo (España-Argentina-Francia)

PREMIO TVE OTRA MIRADA
SHESH PEAMIM / SIX ACTS, Jonathan Gurfinkel (Israel)

PREMIO TVE OTRA MIRADA. MENCIÓN ESPECIAL
THE ATTACK, Ziad Doueiri (Líbano-Francia-Qatar-Bélgica)

PREMIO SIGNIS
DÍAS DE PESCA, Carlos Sorin (Argentina)

PREMIO DE LA ASOCIACIÓN DE DONANTES DE SANGRE DE GIPUZKOA, A LA SOLIDARIDAD / ELKARTASUN SARIA
LE CAPITAL, Costa Gravas (Francia)

PREMIO SEBASTIANE 2012
JOVEN & ALOCADA, Marialy Rivas (Chile)

San Sebastián 2012: Día 8

Se acabó la Sección oficial a concurso con la proyección de El hipnotista, la vuelta de Lasse Hallström a Suecia. Fuera de concurso tuvimos las proyecciones de ¡Atraco!, coproducción hispano-argentina dirigida por Eduard Cortés; y el debut en la dirección de Dustin Hoffman.

Por Manuel Barrero Iglesias


El hipnotista (Lasse Hallström)

Cuando muchos directores nórdicos están siendo reclutados por Hollywood para darle un nuevo aire al thriller estadounidense, Lasse Hallström recorre el camino inverso. Después de 25 años en América, haciendo de más que eficiente artesano, vuelve a su Suecia natal para rodar una cinta de suspense que sigue la estela de esta nueva ola nórdica.

El sueco es un muy buen director desaprovechado, al que hemos visto desplegar su talento en alguna que otra ocasión. En El hipnotista vuelve a mostrar su habilidad tras la cámara creando una atmósfera inquietante. Hallström usa su elegancia para un relato que se mueve entre la oscuridad y la frialdad. Siempre turbador, siempre teniendo en tensión al espectador.

El problema está en un guión que deja demasiados puntos muertos. Irregularidades, hechos sin explicación, soluciones ad hoc…después de un planteamiento interesante, y con una atmósfera tan bien conseguida, la película se va a pique por culpa de un muy pobre libreto.


¡Atraco! (Eduard Cortés)

Producción cuidada, ambientada a mediados del siglo pasado, con una trama que involucra al Genral Perón y a Carmen Polo. Una farsa construida a partir de algunas noticias reales de la época, y que tiene su mejor baza en el trabajo de Guillermo Francella, excelente actor que se adueña de la función cada vez que aparece.

Pero un guión cogido con pinzas y algunos errores de casting llevan al producto por los caminos de la mediocridad. Hay algún apunte humorístico inspirado, pero esto se diluye a medida que transcurre el film. Una película que a duras penas llega a convencer en algún que otro momento puntual.


Cuarteto (Dustin Hoffman)

El debut en la dirección de Dustin Hoffman es una película entrañable sobre la vejez. Y sobre la música. Un film emparentado con El exótico Hotel Marigold, pero sin caer en los errores de ésta. El film de John Madden procuraba ser serio y profundo, pero se quedaba en esquemático y superficial. 

En Cuarteto agradecemos la falta de pretensiones, y la sencillez que desprende. Sus personajes, su guión, su puesta en escena...todo fluye de forma limpia y agradable. No hay nada novedoso en este divertido retrato de la tercera edad, pero tampoco nada que chirríe.

Lo que da más juego es esa combinación entre divismo y vejez. Si a cualquier persona le cuesta aceptar el paso de los años, a alguien que lo ha sido todo, más todavía. Un reparto de lujo con una maravillosa Maggie Smith a la cabeza consigue hacernos pasar un rato ameno.

sábado, 29 de septiembre de 2012

San Sebastián 2012: Día 7


Dos pesos pesados a competición en la séptima jornada. El griego Costa-Gavras,  con casi 80 años, sigue radiografiando la realidad de nuestro tiempo. El argentino Carlos Sorín, camino ya de los 70, vuelve a la Patagonia con una de esas historias mínimas que tanto le gustan. Fuera de concurso, se presentó una de las películas más esperadas de la temporada: Lo imposible, del español J.A. Bayona.


Por Manuel Barrero Iglesias



Días de pesca (Carlos Sorín)

Tras dos películas en espacio reducidos, Sorín vuelve a la inmensidad de la Patagonia con esta película que sigue una línea de total coherencia con la filmografía anterior del director. Con ese gusto por lo pequeño, por la línea argumental casi imperceptible.

El autor vuelve a las relaciones entre padres e hijos (en este caso, hija), tema que ya trató en La ventana. En Días de pesca hay mucho más en lo invisible que en lo mostrado. Sorín deja al espectador un vasto terreno donde crear una historia que apenas se nos explica. Ni falta que hace.

El egoísmo de su personaje principal queda perfectamente retratado con pequeñas pinceladas, aunque nunca se nos muestra a un ser despreciable. Al contrario, aparece como un tipo encantador, casi entrañable en esa búsqueda de cariño.

Días de pesca, además, destaca por la variopinta fauna de secundarios que pululan por el paisaje. En especial, ese entrenador de boxeo y el pescador de tiburones. Personajes de carne y hueso que le dan aún más verdad a este film tan humano.


Le capital (Constatin Costa-Gavras)

Ahí está Costa-Gavras, octogenario que sigue haciendo ese cine comprometido que siempre le ha caracterizado. El director no ha dejado pasar la oportunidad de hablar sobre la crisis mundial, adaptando la novela de Stéphane Osmont sobre los tiburones financieros.

Una película que se sostiene, básicamente, gracias al carisma de su protagonista. Impecable Gad Elmaleh, que engrandece un personaje muy bien escrito. Alguien con una total falta de escrúpulos, pero que sin embargo nos resulta hasta encantador. Su autoconsciencia, su lucidez y su brillantez lo hacen alguien muy atractivo. Si a esto le sumamos su adicción al poder, ahí tenemos este potente retrato.

El problema es la escasa dimensión que algunos secundarios tienen, unido a un guión que cumple funcionalmente, pero que no consigue elevarse más allá. La película es sólida, pero está en la última senda del cine de Costa-Gavras, al que le falta algo más para llegar al nivel de sus obras del pasado.


Lo imposible (J.A. Bayona)

Bayona demuestra que sabe lo que se hace tras las cámaras. Después de hacer un pulcro ejercicio de terror clásico con El orfanato, se embarca en un proyecto de envergadura sin que le tiemble el pulso ni un momento. La primera media hora es apabullante, un espectáculo perfectamente orquestado. Un retrato del huracán doloroso, y muy angustioso. Sin duda, toda una lección de cine como espectáculo. Bien hecho.

Pero a partir de ahí, la película se reduzca a esa búsqueda entre los miembros de la familia, cayendo en el sentimentalismo más facilón, con manipulaciones para todos los gustos. Engaños, música que subraya, tensión forzada hasta el límite...todo lo imaginable para atrapar al espectador de manera poco honesta.


Lástima de enorme talento desperdiciado en productos muy menores. Películas que copian a otras, reproduciendo una forma de hacer cine que es una apuesta comercial segura, pero cuyos resultados artísticos dejan bastante que desear.

viernes, 28 de septiembre de 2012

San Sebastián 2012: Día 6


Cine asiático para la sexta jornada del festival.  En ambas, tenemos maternidad obligada por violación. La china Emily Tang dirige All apologies, y el ya consagrado iraní Bahman Ghobadi (Las tortugas también vuelan) está detrás de Rhino Season.

Por Manuel Barrero Iglesias


All Apologies (Emily Tang)

Con su apariencia de película pequeña, All apologies termina alcanzándonos más allá de su final, haciéndose un hueco en nuestro corazoncito. En la vorágine que se convierte un Festival de cine, muchas veces no da tiempo a degustar un film cuando ya estás inmerso en otro. Pero la película de Emily Tang es de las que crecen en el recuerdo.

La China rural es el marco en el que se desarrolla una historia que empieza con tragedia, y que se centra en la rabia de unos padres abatidos por el dolor. El humano sentimiento de descargar la ira en el “culpable” recorre el primer tramo del film. La directora siempre trata el tema con suma delicadeza, sin cargar las tintas en el dramatismo de la historia.

A medida que transcurre el film, éste se va convirtiendo en un alegato en contra de la violencia contra la mujer. Pero, de nuevo, la directora huye del dramatismo obsceno, para ir construyendo un discurso sutil pero contundente. La dignidad y entereza que muestra el personaje femenino es toda una lección de humanidad.

Película sensible, sencilla en apariencia, pero que encierra un mensaje claro contra el machismo aún imperante en el mundo, en este caso concreto, en China.


Rhino Season (Bahman Ghobadi)

En el cine de Bahman Ghobadi siempre está presente el llanto por una tierra, la suya,  golpeada por propios y extraños. En los últimos años, el director se está preocupando por denunciar las situaciones provocadas por los gobernantes de su país. En Irán, siendo director de cine con voz propia, las opciones son deprimentes: Si te quedas, te arriesgas a ser encarcelado (caso de Jafar Panahi). Si quieres libertad, la única opción es el exilio (caso del propio Ghobadi).

Una tristeza que recorre este trabajo, basado en la historia del poeta kurdo-iraní Sahel, encarcelado durante treinta años, mientras a sus familiares se les dijo que había muerto. Un desgarrado grito de desolación personificado en la dantesca historia de este hombre, pero que es la historia de muchos otros.

El tono poético invade todo el film, quizás en exceso. Es cierto que hay momentos de gran belleza, pero también hay demasiada dispersión en una obra que se pierde en sí misma. Un laberinto del que no siempre sabe salir el autor, que enreda su loable propósito en una película que termina siendo muy cargante.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

San Sebastián 2012: Día 5


Quinto día del festival, y dos películas que tienen relación con el pueblo judío, de alguna u otra forma. El atentado habla de la situación entre Israel y Palestina a través del drama personal de un hombre cuya vida se viene abajo de repente. La austríaca Die lebenden vuelve al oscuro pasado alemán, a través del viaje que emprende su joven protagonista recorriendo de los secretos familiares.

Por Manuel Barrero Iglesias

El atentado (Ziad Doueiri)

Es extraño que haya festival de cine sin su película sobre el conflicto entre Israel y Palestina. En esta ocasión viene de la mano del libanés Ziad Doueiri, que ya se acercó a la guerra de su propio país en West Beirut (su debut en la dirección). Tras el descanso que supuso la sensual Lila dice, el director vuelve a la carga con tema complicado, adaptando la novela de Yasmina Khadra.

Todo gira en torno a un personaje que contempla como su mundo se derrumba de un día para otro. Él es un musulmán que vive en Tel aviv, cirujano de prestigio perfectamente integrado entre judíos. En uno de los atentados que sacuden a la ciudad, su propia esposa es la terrorista que se hace volar por los aires, llevándose la vida de varios civiles (varios niños entre ellos) por delante.

Amin desconocía la doble vida de su esposa, y tras el duro golpe, se le plantean dos problemas: uno interior y otro exterior. La lucha interna va desde la negación hasta la aceptación resignada. No puede creer que su mujer cometiera un acto tan atroz, incluso menos aún comprende que se lo ocultara. Más tarde, trata de buscar las respuestas a por qué lo hizo, pero en ese viaje, al personaje se le irá planteando nuevas cuestiones en lugar de encontrar las soluciones.

La problemática externa tiene que ver con el hecho de ser rechazado por unos y otros. En Israel se le mira con recelo, incapaces de desligarle de lo que su mujer perpetró. Los árabes lo desprecian por considerarlo un "bastardo", alguien que ha olvidado sus raíces. Aunque los que mejor le conocen se mantengan fieles, el desprecio es generalizado entre los que no son íntimos.

Una confrontación consigo mismo y con el mundo que le rodea, en la que habrá muchos replanteamientos. El atentado es una película que aborda el conflicto, pero lo hace sin entrar a juzgar. Sin tomar partido. Lo hace desde una perspectiva humana, tratando de comprender a seres humanos concretos que se desenvuelven en una muy delicada situación.


Die lebenden (Barbara Albert)

Otra película más que bucea en el pasado alemán, a través de una joven que va descubriendo los entresijos de su familia, la cual pretende enterrar el pasado sin que sue vuelvan a revivir fantasmas dolorosos. 

El film es un arduo trabajo de nvestigación con poco ritmo, y muchas deficiencias en cómo está contado. El tema ya ha sido tratado en innumerables ocasiones, y el enfoque de Barbara Albert no aporta ninguna variación significativa al tema.

Para intentar dar algo de respiro a la pesada trama se introduce una torpe y absurda historia de amor que no hace más ameno el viaje, sino todo lo contrario. Plomiza búsqueda que tiene momentos interminablemente falsos (como el del vídeo), para una película que no pasará a la historia como referente en el cine sobre el nazismo.

martes, 25 de septiembre de 2012

San Sebastián 2012: Día 4.


El cuarto día en San Sebastián que nos trae a uno de los grandes nombres del cine francés actual, y a un actor-estrella italiano al que últimamente le ha dado por dirigir. El francés mira hacia los Estados Unidos de los 50, y el italiano hacia los balcanes y su guerra. La primera, una película estimulante, aunque dispersa. La segunda, un despropósito.

Por Manuel Barrero Iglesias


Foxfire (Laurent Cantet)

El francés Laurent Cantet (El empleo del tiempo, La clase) rueda su primer largometraje en inglés, un trabajo ambientado en el Nueva York de los años 50, y basado en la novela de Joyce Carol Oates. El principio promete, y aguardamos expectantes la mirada de Cantet sobre este grupo de adolescentes (chicas), que buscan su rebelión contra el orden establecido.

Unos acontecimientos que se dessarrollan unos años antes de la explosión liberadora de la mujer en occidente, narrados por una voz en off que despierta unas expectativas luego no cumplidas. El relato de estas feministas que quieren cambiar el mundo se teje de forma muy confusa, sin que el espectador sepa muy bien hacia donde va. Una película que parece va a despegar en varias ocasiones, pero que nunca nunca termina de hacerlo.

Hay muchas reflexiones valiosas sobre la rabia juvenil y las formas en las que deriva la noblre idea de "cambiar el mundo". Sobre las grietas que surgen en cualquier organización, incluso en las que procuran ser más justas y democráticas. Sobre la figura del líder. Sobre la solidaridad. O la envidia.

Hay bastante jugo que sacar a esta obra, que va creciendo en complejidad a medida que pasan los minutos. El problema es que también crece la confusión. Un trabajo muy interesante al que quizás le hubiese venido bien un recorte de metraje para no diluir su contenido.



Volver a nacer (Sergio Castellitto)

Vuelve a dirigir Sergio Castellitto a Penélope Cruz en un dramón de cuidado. Tras No te muevas, ahora ambos repiten en Volver a nacer, una película culebronesca que tiene como telón de fondo la guerra de los balcanes. No empieza del todo mal, con su retrato de la antigua Yugoslavia un poco a lo Kusturica, y con una decente puesta en escena de la incipiente historia de amor. Eso sí, el personaje de Emile Hirsch es abofeteable desde el primer minuto.

El conflicto se presenta ante la imposibilidad de ella para tener hijos, lo que llevará a la pareja a buscar cualquier solución posible. Todo esto coincide con la explosión de la contienda bélica en la zona, lo que dará lugar a una profunda transformación en la vida de estos personajes.

Película histérica hasta decir basta, en la que todos se ponen a gritar sin ton ni son, a las primeras de cambio. Unos climax llenos de dramatismo mal entendido que rompen con todo atisbo de tono que pudiera existir. El tramo final es directamente un esperpento, con secretos y giro de guión que parecen sacados de cualquier telenovela.

Una forma de hacer cine que tiene como pilares la manipulación sentimental y el engaño. Así, el director destroza cualquier posibilidad de aprovechar las interesantes reflexiones que asoman en el guión: sobre como las circunstancias pueden cambiar la vida de cualquier persona en un instante, y que el amor no siempre lo puede todo. Castellitto se empeña en buscar nuestras lágrimas de forma desesperada, y lo que encuentra son nuestras risas de incredulidad.

Joseph Gordon-Levitt: Alma indie y sueños blockbuster

Hace unos años poca gente conocía a Joseph Gordon-Levitt por otra cosa que no fuese Cosas de marcianos, una entretenida serie que tuvo mucho éxito, y que mostraba el proceso de integración de unos marcianos en la tierra tras adoptar apariencia humana. Diez años después de la finalización de la serie, se ha convertido en uno de los actores más cotizados de Hollywood.

Antes de Cosas de marcianos y algunos años después, su carrera no tuvo trabajos remarcables. Fue en 2004 cuando tuvo el primer papel protagonista con el que conseguir trascender. La película en cuestión es Oscura inocencia (Piel misteriosa) de Gregg Araki, un duro film sobre abusos sexuales que le valió para ser tenido en cuenta, al menos en otras producciones independientes.

Un año después apareció en Havoc (Caos), mediocre película que tuvo más publicidad de la merecida debido a que Anne Hathaway aparecía desnuda en ella, lo cual generó cierto shock en Hollywood por tratarse de la inocente chica que había protagonizado poco antes las dos entregas de Princesa por sorpresa para Disney.

Ese mismo año estrenó otro pelotazo indie de la mano de Rian Johnson. Brick tuvo una gran acogida por parte de la crítica -lo cierto es que es una gran película- que destacó la gran actuación de Levitt. En los años posteriores continuó protagonizando cintas independientes sin la misma suerte. Posiblemente The Lookout sea la más destacable de todas, no tanto por su calidad cinematográfica, sino más bien por la gran actuación de su protagonista.

Tuvo que esperar hasta 2009 para volver a participar en otra producción independiente de éxito. 500 días juntos le supuso su primera nominación a los Globos de oro, así como el darse a conocer ante un público más amplio, ya que aunque se trataba de una película de corte independiente, tuvo un relativo éxito comercial.

500 días juntos fue el empujón que le faltaba a su carrera, y le permitió alternar las cintas independientes con las grandes producciones de Hollywood, esas donde se encuentra el dinero y la fama. Lo cierto es que aunque se le abrieron muchas puertas, muchos de los proyectos elegidos no estuvieron a la altura. Problemas de mujeres, G.I.Joe, Elektra Luxx o Hesher son claros ejemplos de ello. Pero a estos hay que añadir algunas cintas excelentes.

Posiblemente el director que le ha hecho definitivamente grande haya sido Christopher Nolan, gracias a dos papeles con bastante protagonismo en sus dos últimas películas: Origen y El caballero oscuro: la leyenda renace renace, cine taquillero de alto presupuesto no exento de calidad.

A pesar de aparecer en superproducciones de ese calibre, seguía escogiendo pequeños proyectos, entre lo que se hace obligatorio destacar 50/50, una más que correcta cinta indie que le supuso su segunda nominación a los Globos de oro.

Ahora llega a nuestras pantallas con la película Sin frenos, un thriller sobre un repartidor que se mueve por Nueva York sobre su bicicleta mientras un policía corrupto le persigue. La cinta ha recibido una tibia acogida, pero de primeras, trabajar para David Koepp -guionista de películas atemporales como Parque jurásico, Atrapado por su pasado o Misión imposible, y director de cintas más que correctas como El efecto dominó o El último escalón- parecía una decisión bastante acertada.

Pendiente de estreno tiene cintas interesantísimas como Looper -de nuevo a las órdenes de Rian Johnson-, o Lincoln -el biopic sobre el dieciseisavo presidente de los Estados Unidos dirigido por Steven Spielberg-, así como su debut en la dirección -Don Jon´s Addiction-, en la que compartirá protagonismo con Scarlett Johansson y Julianne Moore.

Además de su carrera cinematográfica, en los últimos años ha desarrollado una iniciativa llamada hitRECord, una especie de productora que se dedica a cualquier tipo de arte, ayudando a artistas jóvenes a promocionar su trabajo en su página web y compartiendo con ellos los beneficios.

Parece que Joseph Gordon-Levitt está sabiendo administrar bien su carrera y su fama, por lo que parece que lo suyo va para rato. A su favor juega el hecho de que es un actor versátil, que se mueve con la misma comodidad dentro de la comedia como del drama, sin hacerle ascos al cine de acción si el proyecto que le ofrecen es interesante. Posiblemente conseguir no caer en el olvido como tantos otros actores de su generación sea el gran desafío. Por ahora, va por el buen camino.

David Sancho

San Sebastián 2012: Día 3


El francés François Ozon nos regala la que será, sin duda, una de las películas del festival. Libremente inspirada en una obra de Juan Mayorga, el film presenta un apasionante juego entre realidad y ficción. También se presentó la tercera película española que compite por la Concha de Oro, la última película de Fernando Trueba, que nos habla sobre el arte, la belleza, la vida y la muerte.

Por Manuel Barrero Iglesias

En la casa (François Ozon) 

Hacía tiempo que no teníamos oportunidad de ver un François Ozon tan inspirado. Como su admirado Woody Allen (del que hay mucho en este film), lleva ese incansable ritmo de film por año; completando una filmografía de lo más irregular, aunque siempre con algún punto de interés. El director francés siempre se ha ocupado de los juegos psicológicos entre sus personajes, y de lo turbia que puede resultar la naturaleza humana.

Decíamos que hay mucho de Allen en Dans la maison -no es casual que el profesor y su mujer vayan a ver Match Point-. El juego entre la realidad y ficción es algo que muchos han tratado, con los siempre complicados caminos de la creación artística de fondo. Un tema recurrente en Allen, y que ahora Ozon aborda de manera brillante.

Además, el autor mezcla sabiamente elementos hitchcoknianos, consiguiendo aún más fuerza en el relato. Ozon sabe combinar en su justa medida las dosis humor y suspense. Nos agarra desde el primer momento, y ya no nos suelta hasta el final. Algo en lo que también influye de forma decisiva la construcción de los dos personajes principales. El ansioso maestro de un genial Fabrice Luchini, y ese inquientante adolescente que encarna Ernst Umhauer.

Un modélico trabajo que funciona como un reloj. Una lúcida visión sobre la pasión por los relatos, por el oficio de narrador. Ácida y apasionada a la vez, la película además está salpicada por un retrato psicológico de primer nivel. 


El artista y la modelo (Fernando Trueba)

Fernando Trueba rinde homenaje a su hermano Máximo -fallecido en 1996-, y habla del proceso de creación artísitica, a través de un viejo escultor casi retirado, que recupera la ilusión gracias a la irrupción de una bella joven. Al igual que la Blancanieves de Berger, Trueba opta por una (muy adecuada) fotografía en blanco y negro.Tanto la época (años 40), como la propia historia agradecen la ausencia de color.

Casualmente, este trabajo tiene algún elemento común con otro de los filmes españoles presentados a concurso: El muerto y ser feliz. El artista y la modelo también nos presenta a un hombre cuya vida está llegando a su fin, y que encuentra un último aliciente para vivir intensamente el poco tiempo que le resta.

Trueba construye un relato que tiene su mayor virtud en la sencillez. La fascinación del artista por la belleza, la obsesión por crear algo verdaderamente original, algo que tenga vida. Y la pureza de la juventud, la adoración del cuerpo femenino. Paralalemente, el director introduce una somera trama con la II Guerra Mundial de fondo, pero es una ramificación prescindible, que muy poco aporta al film.

Es la relación del artista -que con tanta calma interprera Rochefort- con la belleza de su asilvestrada modelo lo que realmente importa aquí. Se agradecen las faltas de pretensiones, consturyendo Trueba un discurso sencillo y directo. No es El artista y la modelo una gran película, pero sí una obra honesta y de cierto encanto.

lunes, 24 de septiembre de 2012

San Sebastián 2012: Día 2


Fuera de concurso se presentaba la tercera película de Ben Affleck como director, que además protagoniza el film. Una película que en sus primeros minutos apunta a obra maestra, pero que luego se diluye en los tópicos del género.
La segunda película española a concurso nos trae una maravillosa y surrealista fábula, con un José Sacristán que tendría que ser firme candidato al premio al mejor actor.

Por Manuel Barrero Iglesias


Argo (Ben Affleck)
Fuera de concurso

Que Ben Affleck es un muy buen director es algo que ya no sorprende. Fue su ópera prima -Adiós pequeña, adiós- la que nos demostró que era mucho mejor detrás de las cámaras que delante. El thriller parece que es su género favorito, y tras The Town (películas de robos a la vieja usanza), su tercera película también abraza ese género a través de una historia basada en hechos reales. Una premisa tan disparatada solo podía estar inspirada en algo que sucedió de verdad.

El inicio del film es simplemente genial. Desde la presentación del contexto sociopolítico de la época hasta los momentos de suspense, creados de forma muy sabia por el director. Sin forzar, aprovechando la incertidumbre de la situación. La película mantiene su nivel brillante cuando en la improbable ecuación que se plantea aparecen personalidades hollywoodienses de aquella época. La sátira a través de los personajes de John Goodman y Alan Rickman da un agradecido respiro a una historia de enorme tensión.

Es una lástima que a medida que avanza la trama a Affleck le dé por introducir cada vez más elementos que se regodean en el tópico y que acercan su película al cine más comercial, en el peor sentido de la palabra. Trucos que van desde el sentimentalismo de una trama innecesaria sobre el amor de padre, hasta el -de todo punto innecesario- in crescendo dramático que convierte el desenlace en un inverosímil clímax de (supuesta) emoción.

No era necesario. Ya sabemos que una producción de este tipo luce más de cara al público si hay persecuciones y suspene hasta el último segundo. Pero esta historia tenía la suficiente fuerza por sí misma como para no recurrir a esos trucos baratos. Y Affleck ha demostrado sobradamente su capacidad en la dirección como para no tener que recurrir a ellos. Tenía la opción de haber explorado caminos más estimulantes, pero se decantó por el sendero más obvio y cómodo.

Una pena que su trabajo no mantenga el nivel de su impecable arranque. Si hubiera sido así, probablemente hablaríamos de una obra maestra. Argo, al final, se queda simplemente en una buena película made in Hollywood.



El muerto y ser feliz (Javier Rebollo)

Desde el principio sorprende esta obra de Rebollo debido a esa voz en off omnipresente, que anticipa diálogos, adivina intenciones, lee pensamientos, se equivoca, miente e interpreta. Una voz que le da no pocos toques de humor a un trabajo muy estimulante. Una voz como de presentadora de telediario, que al final se termina haciendo imprescindible, un personaje más de este delirante viaje.

La película toma forma en una road movie por la Argentina interior (algo que tantos otros han hecho antes), con reminiscencias de western crepuscular, dándole un toque irónico al cine de asesinos a sueldo que ya están de vuelta de todo.

Un inmenso José Sacristán recrea con gran sabiduría a este enfermo terminal que emprende su último viaje por el mundo, un viaje en el que conoceremos lugares y personas variopintos. Un viaje en el que este Dead Man pretende exprimir hasta la última gota de vida. Quién preferiría morir en un hospital deprimente cuando aún se puede viajar, desear, o incluso follar.

Una película alegre y muy libre, un canto a la vida como última esperanza antes de la muerte. Llena de surrealismo e ironía, Javier Rebollo firma una película fascinante. 

domingo, 23 de septiembre de 2012

A Roma con amor

To Rome with Love (USA-Italia-España, 2012).
Dirección y guión: Woody Allen.
Intérpretes: Woody Allen, Judy Davis, Roberto Benigni, Penélope Cruz, Jesse Eisenberg, Ellen Page.
Fotografía: Darius Khondji.
Montaje: Alisa Lepselter.
Idiomas: Inglés, italiano.
Duración: 112 minutos.


6/10

Allen y sus vacaciones en Roma

Completa Woody Allen lo que podríamos llamar su 'Trilogía del turista' con esta película sobre otra gran ciudad europea (después de Barcelona y París). Las tres introducen en el título el nombre de la ciudad en cuestión, y en todas ellas el director dedica un tiempo considerable a exaltar la belleza del lugar. En este trabajo también tenemos los inevitables toques pintorescos, además de la presencia machacona de música autóctona (defecto que también presentaba Vicky Cristina Barcelona).

A Roma con amor es la película de Allen que más se acerca a los códigos del cine del país en el que ha rodado (no vamos a descubrir ahora la pasión que siente por la cinematografía italiana). Estamos ante una comedia con mucho de costumbrismo, trazada a través de cuatro relatos independientes que se alternan en un más que discutible montaje. El desequilibrio temporal entre las distintas historias (en alguna solo pasan horas, en otras días, incluso puede que meses) provoca una sensación de discontinuidad un tanto desconcertante. Da la impresión de que el film va a trompicones.

Está claro que nos encontramos ante una película menor del genio neoyorquino. Cosa que se hace muy evidente en unos diálogos que quizás sean los menos brillantes de su trayectoria. Es cierto que nos deleita con algunos destellos de ingenio, pero el nivel general no es el que nos tiene acostumbrado. Tampoco hay visualmente grandes innovaciones, un aspecto por el que sí se ha preocupado bastante en los últimos tiempos, y que aquí en esta ocasión resulta de lo más funcional.

Estamos ante otra de esas películas episódicas, de relatos cortos, que presentan un irregular resultado. Desde el más vulgar de todos -el de los provincianos en la capital parece sacado de una comedieta tipo Manuale d'amore-; hasta el más punzante -el del triángulo sentimental-, que se suma a la lista de certeras reflexiones que sobre el amor sigue haciendo Allen. Aparte de contar con dos intérpretes de la talla de Jesse Eisenberg y Ellen Page.

Pero más que la comedia romántica -presente en dos de los relatos- el tema común que tienen todos ellos es el de la fama. Es obvio en la historieta de Roberto Benigni, en la que Allen sorprende con un discurso ambivalente. Por supuesto, critica lo absurdo y efímero de la fama, pero también termina con una especie de alegato a favor de ella. Por mucho que alguien se pueda quejar (el propio Allen siempre ha sido el primero) de las incomodidades que provoca, la notoriedad siempre tendrá más ventajas que inconvenientes. Aunque también es un arma de doble filo que alimenta el ego de forma peligrosa.

El mismo Allen -al que últimamente le gusta reservarse brillantes papeles secundarios- protagoniza una historia en la que también se da vueltas al tema de conseguir fama y prestigio. Al fin y al cabo, a todos nos gusta ser reconocidos por hacer algo bien, por hacer la vida de la gente un poco más feliz. En cuanto a los dos relatos románticos, el tema se introduce de forma tangencial, aunque decisiva para el desenlace final de ambos. En cualquier caso, todo el film se ve recorrido por un halo de magia, por un divertido surrealismo; que va desde el personaje de Alec Baldwin hasta todo el cuento protagonizado Benigni.

Alguna genialidad suelta, y unos cuantos momentos inspirados. En este ligero trabajo de Allen hay, como siempre, alguna reflexión brillante. Pero al conjunto le falta fuerza, hay demasiadas cosas que parecen estar descuidadas. Desde los diálogos hasta el montaje, hay una serie de erróneas decisiones que hacen que A Roma con amor nos deje un sabor un tanto agridulce. O más bien, un tanto insípido. Lo cual es casi peor.

Manuel Barrero Iglesias


sábado, 22 de septiembre de 2012

San Sebastián 2012: Día 1


La primera jornada del Festival nos dejó una película norteamericana que ha dejado más bien frío, y una apuesta rompedora y arriesgada del cine español. La primera será complicado que rasque algo del palmarés. La segunda, algo seguro que se lleva. Aunque sea el premio para su fotografía.

Por Manuel Barrero Iglesias


El fraude (Nicholas Jarecki)

Se inauguró el Festival de San Sebastián con la única película estadounidense a competición. Había que empezar fuerte, y la presencias de Richard Gere y Susan Sarandon en Donostia aseguraban que que los focos se girarían hacia la ciudad vasca. Detrás de las cámaras está Nicholas Jarecki, que debuta en la ficción (ya había abordado el documental) con este thriller dramático, que protagoniza de forma omnipresente el carismático Gere. Las alabanzas hacia el trabajo del actor están siendo muchas y variadas, pero a este cronista le pareció todo lo que no debe ser una gran interpretación. Hay mucho de estrella que se luce en la forma en la que el actor aborda su papel.

Por contra, son los secundarios (en el escaso espacio que les deja la presencia de Gere) los que hacen subir el nivel del film. Una esplendorosa Sarandon que da toda una lección de saber estar en cada aparición que tiene, y un Tim Roth cuya creación roza lo sublime.

Jarecki construye un thriller ambicioso, con demasiadas aspiraciones para el flojo resultado final. Poner la actual crisis como marco de una historia como ésta siempre le da más empaque al discurso. Aunque si ese discurso no contiene demasiado jugo, el maco se queda casi en lo anecdótico. A un nivel más íntimo el autor se propone hablar sobre las relaciones humanas, o sobre las falta de escrúpulos para mantener un estatus.

Y en este nivel observamos no pocas similitudes con grandes obras de Woody Allen, como Delitos y faltas o Match Point. Pero El fraude no consigue llegar a las elevadas cotas reflexivas del neoyorquino; quedándose en un superficial thriller que merodea alrededor de muchos temas, pero que no profundiza lo suficiente en ninguno.



Blancanieves (Pablo Berger)

De las tres versiones que nos han llegado del famoso cuento este año, ésta es sin duda la más arriesgada y peculiar. A Pablo Berger hay que reconocerle el mérito de una aproximación que rompe todos los esquemas a través de una amalgama de referencias de lo más variadas. Por un lado, tenemos uno de los más famosos cuentos con princesa en dificultades. Si a esto le sumamos todo el folclore andaluz de principios del siglo XX, nos queda una mezcla de lo más chocante. El mundo de los hermanos Grimm lleno de toreros, folcloricas y cortijos. Tremendo.

Ahí no queda la cosa, Berger además usa el cine mudo como opción estética. Con su blanco y negro, sus cartelitos de diálogos, sus interpretaciones basadas en lo gestual, y su música acompañando de forma continua. Es complicado no pensar en The Artist, película que basaba su encanto en utilizar los códigos del cine mudo para hacerlos llegar al gran público de forma amena.

Berger consigue una película realmente bella, con imágenes sorprendentes, con sus dosis de sentido del humor. Y, sobre todo, con una mezcla que descoloca. Aunque pierde gran parte de su impacto, ya que su emotivo homenaje al cine mudo lo hemos visto hace poco, con lo que su sorpresa no es tanta.

Y como sucedía en The Artist, lo que se cuenta termina siendo lo de menos. Lo importante es el cómo, y esa forma de mezclar universos tan distintos. Aunque una vez superada la sorpresa inicial, el desarrollo del relato tiene poco que ofrecer. Bueno sí, un bello ejercicio de estilo rematado con un final de lo más hermoso. Es esta Blancanieves una película para dejarse llevar. Y a pesar de no ser ni mucho menos redonda, la mejor versión del cuento de las que se han estrenado este año.

 
 
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