Por Paulo Campos
Un año más llegamos a la noche del cine, a la noche de la ilusión, a la noche de la magia y a la noche de la tontunada más cara del planeta. La ceremonia de los Oscars está a punto de comenzar y como es tradición, aquí estoy yo para evitarme el dinero de la terapia y escribir lo que se me pasa por la cabeza durante estas, aproximadamente, 34 horas que dura la ceremonia. Este año por fin una carrera extraña, sin favoritas, que llega hasta el final y no sabemos a ciencia cierta que película se alzará con el triunfo. No vivíamos algo así desde hace tantos años que ya ni me acuerdo, como tampoco me acuerdo de lo que me pareció la anterior ceremonia que presentó Chris Rock, es que vamos, ni de un solo chiste que dijera o algo memorable que hiciera, así que tampoco espero mucho de este año, más que el decir que es negro, que es negro y que sólo está él como negro. Así que vamos para allá, que esto está a punto de empezar y como sabéis, mis fervientes seguidores, todo esto está escrito en directo, así que ya por adelantado pido perdón por frases inconexas, sin sentido, faltas de ortografía o ataques que sienten mal, vamos lo que viene siendo el día después de un artículo de Ana Rosa Quintana.
Como sabéis me aburre soberanamente la alfombra roja, no me interesan los vestidos, más que para criticarlos cuando o no me gustan o no los entiendo, o para alabarlos cuando me gustan y no los entiendo. Por lo demás siento verdadero odio por los periodistas que les preguntan chorradas a los actores de turno, menos por Cristina Teva y Guillermo de Mulder, ellos son arte. Así que eso no está en mi contrato para comentarlo. Por lo demás lo de siempre, Cate Blanchett es espctacular, Rachel McAdams lleva el vestido de ella y de toda su promoción de animadores, Sylvester Stallone literalmente parece que tiene una especie de paperas 2.0, Charlize Theron siendo más Imperator que nunca con ese modelazo y Michael Fassbender embarazando mujeres sólo con posar en la alfombra roja de smoking y lo más importante: sí está Sofía Vergara. Olé. ¡Ah! Y que probablemente Jennifer Lawrence viene escondida con su Limusina dentro de Whoopie Goldberg, santa madre de dios!!!!