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miércoles, 30 de enero de 2013

Taquilla España: 25-27 enero 2013

Tarantino sigue reinando en la taquilla española. En su segundo fin de semana Django desencadenado consigue 1'79 millones, lo que no significa un descenso demasiado agudo. Dos estrenos ocupan las otras plazas del podio. Con la mejor media por sala, El lado bueno de las cosas se acerca al millón y medio. Por su parte, El vuelo se estrena con un millón.

Una cifra a la que no llega por poco Lincoln, que en su segundo fin de semana reduce un 43% sus cifras. El quinto lugar es para ¡Rompe Ralph!, que sigue aguantando bastante bien, y suma casi medio millón más.

La segunda parte de la tabla la encabeza otro estreno. Movie 43 consigue 0'34. Mientras, los últimos puestos son para películas ya veteranas. Los miserables (0'31), El Hobbit (0'28), La noche más oscura (0'24) y El cuerpo (0'2)

martes, 29 de enero de 2013

Entrevista: Fernando Colomo


"El cine español es infinitamente más atractivo que el americano"




Fernando Colomo es uno de esos directores fundamentales de la transición. Su nombre estará siempre asociado a la comedia madrileña, gracias a filmes como Tigres de papel o ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como éste? Y a pesar de sus incursiones en otros géneros -ahí está El caballero del dragón-, el cómico siempre ha sido el terreno donde más cómodo se ha movido: La vida alegre, Bajarse al moro, Rosa Rosae, Los años bárbaros, El próximo Oriente... Ahora estrena La banda Picasso, proyecto que lleva acariciando varios años. Esta vez, comedia sofisticada, basada en las andanzas del pintor malagueño durante su juventud.

Por Manuel Barrero Iglesias



-Cuando uno le dedica diez años a un proyecto es que debe creer mucho en él, ¿es La banda Picaaso es el proyecto de su vida?
Sin duda, es el más ambicioso que he acometido.

-Y, sinceramente, ¿hasta qué punto está satisfecho con el resultado?
Pues muy contento, porque no pensaba que fuera a quedar tan bien. Y se lo debo a un equipo maravilloso. Tener a un tío como Alcaine, en la cumbre de su sabiduría, y que sabe de Picasso casi tanto o más que yo, ha sido una suerte. Me pasó en Bajarse al moro, por ejemplo. De pronto tienes un plantel de actores como Carmelo Gómez, Verónica Forqué, Antonio Banderas, Echanove, Aitana Sánchez, Chus Lampreave, Rellán...Y técnicamente estuve muy bien rodeado, lo mismo que ahora. El equipo húngaro de esta película ha sido muy, muy bueno. El del steadycam era formidable. Lo hemos rodado casi todo con steady, lo cual nos daba mucha velocidad. Hemos encontrado un sistema muy efectivo de rodaje que nos permitía rodar cinco minutos cuando la media en cine es dos o dos y medio.
Con los actores ensayé antes del rodaje, y no había ese rollo de “ahora me voy a mi camerino...”. Estaban super enrollados. El rodaje fue muy fácil, estupendo. Y todo eso ha ayudado. Cuando estás con todo a favor se van añadiendo cosas. Al final la película tiene una factura que para mí era impensable. Con el presupuesto que teníamos nunca creí que pudiéramos llegar ahí.

-Ha comentado que no quería mostrar al personaje de Picasso pintando, que no quería aburrir al público. Este año Trueba ha hecho también una película sobre un artista...
Espero que no lo hayan tomado mal...

-...una película más intimista, que indaga más en el proceso de creación, ¿qué le ha parecido El artista y la modelo?
Bien, me entretuvo mucho. En principio, me gustan todas las películas de Trueba, eso ya es un aliciente. Y también todo lo que está relacionado con el mundo del arte. Siempre me gustó, pero con el training que llevo en esta década...de hecho, ahora estoy pintando. Sí, disfruté. Es otra opción distinta, porque en la mía no dejan de pasar cosas, y la otra es más sosegada.

-A principios de la década hizo un par de películas de época, y ahora vuelve a este tipo de cine. A medida que pasa el tiempo, ¿le interesa cada vez menos el presente y más el pasado?
Efectivamente. Creo que es cosa de la edad, porque le pasa a Trueba, a Garci...te vas haciendo mayor, y te da por hacer películas de época. Yo, si puedo, voy a intentar compaginar. Pero sí que es verdad que con treinta años no se me ocurría hacer una película de época ni por asomo. Pero ahora mismo la realidad es tan deprimente... y tan obvia. Lo que no voy a hacer es una película que se pueda hacer mejor en documental. La realidad inmediata no me gusta.

-También es una época muy distinta a los 70-80, en la que había más ilusión.
Exactamente. Cuando yo empecé justo fue el fin de la dictadura, y entonces había en España un momento muy especial. Ahora es el comienzo de la dictadura económica. Hemos descubierto que somos esclavos, y estamos jodidos. Pero hay que rebelarse.

-Le quería preguntar por Verónica Sánchez, de la que fue descubridor. ¿Siente alguna especie de “orgullo paternal”?
Estoy muy orgulloso de ella, es una actriz estupenda. Y una persona maravillosa, de una gran madurez. Ya lo era cuando rodamos (Al sur de Granada). Tenía veinticuatro años, y por experiencia parecía que tenía cuarenta. Por físico, dieciocho, porque es monísima; pero es una tía de una gran serenidad y tranquilidad.

-Usted no ha dejado de trabajar en televisión, ¿no cree que es un medio desaprovechado en España?
Totalmente de acuerdo contigo. Esto va a parecer una tontería, pero el cine español es infinitamente más atractivo que el americano. No digo industrialmente, porque ellos son la potencia. Pero como tienen que llegar a tanto público, cada vez es más soso. Y sin embargo, la televisión es todo lo contrario. Aquí sucede al revés. Hay un cine muy interesante, pero la televisión (con alguna excepción) puede dar mucho más de sí. Pero ahí estamos muy condicionados por las cadenas, que son las que mandan.

-La película está rodada en francés, pero también tiene diálogos en español o en otros idiomas. Pienso que es una pena que hayan salido copias dobladas.
Yo también. Sí, recomiendo que se intente ver en la versión original. No quiere decir que la versión doblada esté mal, hemos dedicado el doble de tiempo que se dedica a una película americana en el doblaje.

Bestias del sur salvaje


Beasts of the Southern Wild (USA, 2012).
Dirección: Benh Zeitlin.
Intérpretes: Quvenzhané Wallis, Dwight Henry, Levy Easterly, Lowell Landes, Pamela Harper, Gina Montana.
Guión: Lucy Alibar, Benh Zeitlin, basado en la obra de teatro de Lucy Alibar.
Música original: Dan Romer, Benh Zeitlin
Fotografía: Ben Richardson.
Montaje: Crocett Doob, Affonso Gonçalves.
Idioma: Inglés.
Duración: 93 minutos.


7/10

Paraíso apocalíptico

Aquí tenemos la película independiente de la temporada en Estados Unidos, ópera prima de un joven director que acaba de superar la treintena. La tremenda fuerza de Bestias del sur salvaje no se puede explicar sin hablar del entorno en el que está rodada. Una zona pantanosa formada por los meandros del Mississippi, y separada del mundo por un dique. Un lugar destinado a desaparecer bajo las aguas.

Un sitio fascinante, una extraña belleza que surge de la combinación entre naturaleza y los desperdicios del capitalismo. En esta fábula con tintes apocalípticos, los habitantes de “La Bañera” viven de forma salvaje, ignorando por completo los dictados del mundo que les rodea. Una especie de oasis mugriento en el que unos pocos valientes resisten, negándose a abandonar ese hábitat tan peculiar. Una rebeldía que es muy visible en Wink, personaje que sigue a rajatabla aquello de que es mejor morir de pie que vivir de rodillas.

Un claro alegato anticapitalista rociado con un tono poético que termina siendo algo cargante. Da la impresión de que Zeitlin no confía del todo en la fuerza de la imagen, y acaba quemando el recurso de la voz en off de la protagonista. Una poesía cursi que contrarresta el tono salvaje, y no precisamente para bien. Imágenes tan poderosas como las que podemos ver en la inundación tras la tormenta no necesitaban de tanta retórica.

Mucho más estimulante es el caos que reina en un film tan desordenado como la vida de sus personajes, encarnados por actores no profesionales. Resulta imposible no destacar a Quvenzhané Wallis, en una de las interpretaciones infantiles más poderosas que uno recuerda. Una niña de siete años que impone su presencia, y agiganta su figura en la gran pantalla. Asombroso.

Zeitlin apunta maneras. Su cine tiene fuerza, e intenta ser libre. No le asusta que los personajes crezcan fuera de su control, aunque no resulta nada fácil reinar dentro del caos. Talento hay. Defectos también, pero tiene toda una carrera por delante para pulirlos. Por el momento, le agradecemos que se atreva con un primer trabajo que arriesga, y que no se conforma con la modestia y el intimismo (que están muy bien, pero que siempre es un terreno cómodo para el independiente principiante). Zeitlin ha ido a por todas, un salto sin red que no siempre sale bien, pero que consigue unos cuantos momentos fascinantes.

Manuel Barrero Iglesias



Django desencadenado


Django Unchained (USA, 2012).
Dirección y guión: Quentin Tarantino.
Intérpretes: Jamie Foxx, Christoph Waltz, Leonardo DiCaprio, Kerry Washington, Samuel L. Jackson.
Fotografía: Robert Richardson.
Montaje: Fred Raskin.
Idiomas: Inglés, alemán, francés.
Duración: 165 minutos.



8/10

Espaguetis a la tarantina


Parece Tarantino decidido a ajustar cuentas con la humanidad, y las atrocidades perpetradas a lo largo de la historia. Si en Malditos bastardos reescribía la Segunda Guerra Mundual, ahora le toca el turno a la esclavitud en Estados Unidos. Django desencadenado es una de las películas más antirracistas -a pesar de lo que diga el pesado de Spike Lee- que se hayan hecho nunca.

Pero, efectivamente, hay muchos que no perdonan al director su aparente frivolidad. Tratar un tema tan serio como la esclavitud a través de un spaghetti western, ¿a quién se le ocurre? Pues a un genio que es capaz de hacer virguerías tomando como referentes elementos de lo más dispares. Y que tiene la suficiente lucidez para no tomarse las cosas demasiado en serio. Siempre he pensado que el humor es el mejor (y más inteligente) arma para tratar temas serios, más aún si se trata de criticar. Si quieren solemnidad, vayan a la sala de al lado, muy probablemente estén poniendo Lincoln.

Pero si lo que quieren es disfrutar de un vibrante espectáculo, ahí tienen a Tarantino. Un director que no teme verse desbordado por los excesos de su torrente creativo, y que nos vuelve a traer un trabajo de casi tres horas de duración. Puede que algo irregular, quizás sobre un poco de aquí y de allá. Pero en este sentido, acaba siendo mucho más redonda que Malditos bastardos, film con el que está muy emparentado, pero que sí acusaba una irregularidad mucho más manifiesta.

Como suele ser ya marca de la casa, el film empieza con una secuencia magistral, dejando el listón muy alto. Deslumbrante presentación de Schultz, un personaje que se define a la perfección en ese inicio. Christoph Waltz, como ya hiciera con Hans Landa, realiza una composición magistral. Tarantino, incluso, le da la oportunidad de “redimirse” de aquel villano, dándole la oportunidad de ser ahora el bueno de la película: un blanco antirracista. En el otro extremo se sitúa el personaje negro que sabotea las posibilidades de su propia raza, creyendo en su propia inferioridad. Un elemento clave que representa la parte que hay en cualquier minoría, esa que ejerce el dañino autorracismo. Samuel L. Jackson vuelve a dar toda una lección, encarnando a uno de los personajes más antipáticos del universo tarantiniano.

El dibujo de los personajes es nítido y preciso. DiCaprio juega de maravilla como ese joven millonario y aburrido, mientras que Don Johnson representa al racista por convicción. Y luego está Django, personaje que no para de evolucionar, sufriendo un crecimiento brutal en el camino que va de esclavo hasta héroe indestructible. En ese recorrido hay un momento clave: la llegada a Candyland. Por aquel entonces ya es -y se siente- un hombre libre. Y ya ha cometido su primer asesinato a sangre fría. Entonces debe contemplar el vil despedazamiento de uno de los suyos, conteniendo toda su rabia interna. Si el trabajo de Foxx es excelente durante todo el film, en esta secuencia consigue el tono perfecto, ese que muestra de forma muy sutil la angustia que su personaje debe soportar por amor.

Sí, por amor. Y es que podemos decir que Django desencadenado es la primera película romántica de Tarantino. Todo lo que ocurre a partir de la primera hora gira alrededor del rescate de la amada en cautiverio. Un elemento inaudito en el cine del director de Pulp Fiction, pero que acentúa aún más el carácter fabuloso de la historia. Y es que este trabajo prescinde de cualquier vocación histórica, agarrándose al espíritu de cómic para regalarnos un maravilloso festín.

Era inevitable. Todos sabíamos que Tarantino terminaría haciendo un western, género de cuyos códigos se ha servido a largo de su carrera, y que al fin recibe su merecido homenaje. Con sus innumerables referencias (empezando por el título) y sus zooms imposibles. Podemos encontrar todo lo esperable: Violencia, en su justa medida. Humor incisivo (genial secuencia la del Ku Klux Klan). Unos personajes que derrochan carisma. Y, como siempre, un uso de la música espectacular (aunque me sobran los temas raperos).

Y detrás de todo ello, una carga de desprecio por la humanidad y las barbaridades cometidas a lo largo de nuestra trayectoria en el mundo. El director vuelve a utilizar la violencia de ficción como venganza contra aquellos que la usaron en la realidad. Una venganza catártica e imaginada que habla de un hecho vergonzoso en la historia de los Estados Unidos. Y lo hace a través de un género que ha ocultado de forma sistemática la esclavitud.

Es reconfortante comprobar como Tarantino sigue reinventando el cine una y otra vez, medio en el que ya está todo interrelacionado. Él es de los pocos que no se molestan en disimular sus referencias, al contrario, las exhibe con orgullo y admiración. A partir de ahí, ha sido capaz construir su propio y singular discurso. Decíamos que lo bueno del director es que no se tomaba nada en serio. Matizo. Su amor por el cine es algo que se toma muy en serio, y su conocimiento de este arte no está al alcance de muchos. El talento para reinterpretar de forma tan brillante el séptimo arte es algo destinado para unos muy pocos elegidos. Y él es uno de ellos.



Manuel Barrero Iglesias




Proyecto Nim


Project Nim (USA, 2011).
Dirección y guión: James Marsh.
Documental con Stephanie LaFarge, Herbert Terrace, Jenny Lee, Laura-Ann Petitto, Bill Tynan.
Música original: Dickon Hinchliffe.
Fotografía: Michael Simmonds.
Montaje: Jinx Godfrey.
Idioma: Inglés.
Duración: 93 minutos.



7/10

Jugando a ser Dios

La utilización de animales en investigaciones científicas es un tema que genera mucha controversia, especialmente en torno al trato que estos reciben; e incluso acerca de si los seres humanos tenemos derecho a utilizar/torturar a otras especies en nombre de un bien mayor.

En este documental de James Marsh se tratan estos temas, y algunos más, mientras se nos cuenta la historia de un chimpancé que fue utilizado para investigar su capacidad para aprender lengua de signos, y por lo tanto comunicarse de una manera parecida a la de los humanos.

Para ello el chimpancé, llamado Nim, es introducido en una familia humana cuando es un recién nacido. Es tratado prácticamente como un miembro más de la familia, intentando reproducir el proceso por el que pasa un bebé humano cuando aprende a hacer uso del lenguaje.

Al principio parece una gran idea y al pobre animal se le ve muy feliz con su nueva familia, pero como todo experimento, está sujeto a resultados. Y parece ser que no era el mejor contexto para llevar un registro exhaustivo de los progresos del animal, o para que se siguiera una estricta disciplina en cuanto a los métodos de enseñanza; por lo que los responsables de la investigación deciden separarlo de la familia y llevarlo a otro lugar donde los progresos de Nim puedan ser controlados adecuadamente.

En el documental se nos muestran las decisiones que se toman en relación a la vida del animal, sin pensar en ningún momento qué es lo mejor para él, como si de un objeto se tratase. Planteando preguntas incómodas, como qué pasa con este tipo de animales cuando dejan de ser útiles para la investigación.

Se trata de una de esas historias que hacen que uno le coja manía a la raza humana, un documental apasionante que genera muchas preguntas y no demasiadas respuestas, especialmente porque las preguntas se responden casi por si mismas. El ansia del hombre por controlar todo lo que le rodea llega hasta el extremo de querer controlar la naturaleza y al resto de especies, jugando a ser Dios. Ese podría ser un resumen de la película.

Un documental necesario acerca de un tema tal vez ya demasiado visto, pero abordado de una manera muy cercana (tierna y cruel a partes iguales); con una capacidad pasmosa para hacer que el espectador se indigne con facilidad. Projecto Nim es un alegato en contra del maltrato animal que cumple su objetivo con creces.


David Sancho


domingo, 27 de enero de 2013

Presentación "El vuelo" en Madrid: Robert Zemeckis-Denzel Washington


Denzel Washington y Robert Zemeckis estuvieron presentando la película El vuelo en Madrid. Nominada a dos Oscar (actor principal y guión original), en opinión de Washington "pensé que íbamos a tener más nominaciones". Aunque en Tierra Filme pensamos que ya las dos que tiene el film son excesivas.

Zemeckis, por su parte, habla de una "película muy arriesgada para los estándares de Hollywood, por su contenido", como una de las razones por las que no pudieron contar con mayor presupuesto para el film. Pues si esto es arriesgado...

Eso sí, la habilidad de Zemeckis para recrear la secuencia del accidente es tremenda: "Desde el principio empezamos a planificar la escena porque sabíamos que iba a ser complicada".

sábado, 26 de enero de 2013

Estrenos España: 25 enero 2013

Destacamos esta semana el estreno de Bestias del sur salvaje, película que se ha colado en las nominaciones importantes de los Oscar (película, dirección, actriz principal y guión adaptado). Caótica, pero de tremenda fuerza, presten atención a la interpretación de Quvenzhané Wallis, que hace un trabajo espectacular con siete años.

Se estrena también El lado bueno de las cosas, que consiguió ocho nominaciones, incluyendo todas las categorías importantes, y metiendo a un intérprete en cada una de las cuatro posibilidades de premio. De hecho, Jennifer Lawrence tiene serias opciones de ganar, aunque las presencia de De Niro y Weaver parecen más de relleno que otra cosa. Estamos ante una especie de comedia romántica con personajes al borde del abismo.

Su par de nominaciones ha recibido El vuelo. Era inevitable la mención a Denzel Washington como mejor actor principal, en un rol de los que tanto gustan en Hollywood: superación personal, redención... Más extraña supone la candidatura de un guión bastante flojo y convencional.

Los otros dos estrenos estadounidenses andan alejados de los premios. El debut en la dirección de Ralph Fiennes se llama Coriolanus, y es una adaptación de la obra de Shakespeare ambientada en la Roma contemporánea. Por su parte, Movie 43 es una pretendida comedia gamberra compuesta de varios sketches independientes, que cuenta con estrellas como Hugh Jackman, Halle Berry, Gerard Butler o Naomi Watts.

Dustin Hoffman debuta en la dirección con El cuarteto, una película sencilla y ligera, que transcurre en una residencia para cantates de ópera ya retirados. Maravillosa Maggie Smith, en un film que retrata una divertida lucha de egos.

También procedente de Gran Bretaña llega Proyecto Nim, documental sobre los experimentos que se hicieron en los 70 con un chimpancé criado como si fuera un ser humano.

El estreno español de la semana es La banda Picasso, proyecto que le ha llevado a Fernando Colomo diez años, y que retrata las andanzas de un joven Picasso en París, junto al grupo de amigos que por entonces iba con él a todas partes.

Por último, la italiana Il villaggio di cartone, película de Ermanno Olmi, que nos cuenta la historia de un sacerdote que decide asilar a un grupo de inmigrantes clandestinos que se refugia en su parroquia.


viernes, 25 de enero de 2013

El lado bueno de las cosas


Silver Lining Playbook (USA, 2012).
Dirección y guión: David O. Russell.
Intérpretes: Bradley Copper, Jennifer Lawrence, Robert De Niro, Jacki Weaver, Chris Tucker, Julia Stiles.
GuiónDavid O. Russell, basado en la novela de Matthew Quick.
Música original: Danny Elfman.
Fotografía: Masanobu Takayanagi.
Montaje: Jay Cassidy, Mary Vernieu.
Idioma: Inglés.
Duración: 122 minutos.



6/10

No es oro todo lo que reluce


David O. Russell es un director con mucha mejor publicidad que currículum. Unas cuantas películas resultonas como Tres reyes, The Fighter y Extrañas coincidencias, y poquito más. Ahora presenta una de las grandes sorpresas de la temporada; una película que viene precedida de buenas críticas en Estados Unidos y un buen puñado de nominaciones, tanto a los Globos de Oro, como a los Oscar.

La película básicamente trata de dos individuos con graves problemas -mentales en uno, y emocionales de profundo calado en la otra- que se encuentran cuando están en proceso de recuperación. La relación de amistad que en un primer momento se da entre ellos sirve de acicate para que encaucen sus vidas.

Lo cierto es que sigo creyendo que Russell está muy sobrevalorado, y que tras la apariencia de comedia dramática profunda y perturbada no deja de haber una película romántica más que se avergüenza de serlo; o tal vez una muy buena película que tiene miedo de no gustar al público y que se acaba vendiendo.

Porque la cosa empieza muy bien, la historia fluye gracias a buenos diálogos y unas interpretaciones excelentes. Ha habido grandísimas alabanzas a la interpretación de Jennifer Lawrence, llegando a ganar el Globo de Oro a la mejor actriz de comedia o musical -y lo cierto es que ella está muy bien-; pero realmente los dos actores que sobresalen por encima del resto son Robert De Niro y, sobre todo, Bradley Cooper.

De Niro destaca principalmente porque nos entrega su primera interpretación más que aceptable en quince años, y Bradley Cooper porque está excelente en su papel de tarado con problemas para controlar su ira. Las escenas padre/hijo entre estos dos actores, escoltados por la siempre genial Jacki Weaver, son aún más divertidas que las que se dan entre Lawrence y Cooper.

Lástima que la cosa vaya perdiendo fuelle a medida que se acerca el desenlace, cambiando ese tono absurdo y esquizofrénico para entregarnos un final al uso, sensiblero e innecesario; que posiblemente sea lo que hace que la película sea objeto de nominaciones, pero que la lastra y la vulgariza.

Un film que podía haber sido un “ocho” pero que se queda en un “seis” por falta de valentía, por no tener el arrojo de echar un órdago y mantenerse fuera de los cánones que exige Hollywood para triunfar.


David Sancho




El club de los cinco


The Breakfast Club (Estados Unidos, 1985). Dirección y guión: John Hughes. Intérpretes: Molly Ringwald, Emilio Estevez, Judd Nelson, Anthony Michael Hall, Ally Sheedy, Paul Gleason, John Kapelos. Música original: Keith Forsey. Fotografía: Thomas Del Ruth. Montaje: Dede Allen. 




jueves, 24 de enero de 2013

El vuelo


Flight (USA, 2012).
Dirección: Robert Zemeckis.
Intérpretes: Denzel Washington, Kelly Reilly, John Goodman, Don Cheadle, Melissa Leo, Bruce Greenwood.
Guión: John Gatins.
Música original: Alan Silvestri.
Fotografía: Don Burgess.
Montaje: Jeremiah O’Driscoll.
Idioma: Inglés.
Duración: 138 minutos.



5/10

Cine de bajos vuelos


Robert Zemeckis es un director con muchísimo caché en Hollywood, un caché que se ganó sobradamente en los ochenta gracias a Tras el corazón verde, ¿Quién engañó a Roger Rabbit? y, sobre todo, la saga de Regreso al futuro. De los noventa en adelante tuvo sonados éxitos como Forrest Gump o Náufrago, mientras que el resto de su filmografía como director es en el mejor de los casos bastante discreta, rozando la vergüenza ajena en más de una ocasión. Tras varios proyectos animados Zemeckis volvía al cine de acción real, y se nos vendía como la vuelta del gran director que fue. Pero lo cierto es que aún está muy lejos de su mejor nivel.

En El vuelo vemos a Denzel Washington en la piel de un piloto de avión drogadicto, con cierta predilección por el alcohol, que durante un vuelo comercial tiene que conseguir aterrizar el avión bajo circunstancias poco favorables debido a graves problemas técnicos. Tras el aterrizaje de emergencia se abrirá una investigación en la que un test de drogas tendrá gran importancia.

La película básicamente se divide en dos partes. La primera es la escena del aterrizaje forzoso, y la segunda todo el drama que este desencadena. La primera parte es sobresaliente; la segunda, extremadamente convencional.

La capacidad de Zemeckis para generar tensión es admirable -nadie le va a negar ahora su habilidad para forjar espectáculos de nivel-, y todo ello se ve reflejado de manera excelente en esa primera parte de la película. Un comienzo prometedor que nos hace pensar que ciertamente nos encontramos ante la mejor película de su director en años, pero que en su segunda parte no hace más que decaer.

El problema de esta película es la forma en la que Zemeckis nos cuenta el proceso de recuperaciones y recaídas de este alcohólico, su relación con una heroinómana de muy buen ver -igualita que las que desfilan un día cualquiera por la Cañada Real-, y la investigación sobre el accidente. Como poco, diríamos que es convencional

Todo nos suena a cien veces visto; no hay nada en esa segunda parte que nos sorprenda, o que nos haga pensar que esta no es otra de esas producciones hollywoodienses sobre superación personal y redención. Zemeckis tira de todos los tópicos del género y echa por tierra todo el trabajo bien hecho anteriormente.

Cierto es que Denzel Washington está muy bien en su papel, pero tampoco es nada que no le hayamos visto hacer anteriormente, y su interpretación no es tan descomunal como para salvar la película por si sola.

Una película que prometía mucho pero de la que solo permanecerá en nuestra memoria ese excelente inicio, quedándose en un producto más para el lucimiento de su protagonista.

David Sancho



Taquilla España: 18-20 enero 2012

Tarantino conquista la taquilla española superando Django desencadenado los dos millones y medio en su primer fin de semana. Otro estreno se coloca en la segunda posición, el Lincoln de Spielberg, que supera ampliamente el millón y medio.

Tras las dos películas sobre la esclavitud se sitúa ¡Rompe Ralph!, que esta semana apenas ha perdido espectadores, subiendo hasta la tercera posición con 0'61 millones. Muy cerca de esas cifras se queda Los miserables en cuarto lugar.

Jack Reacher baja en su segunda semana del primer al quinto puesto, superando apenas el medio millón de recaudación. Una cifra a la que no llegan por poco El Hobbit y La noche más oscura

Cerrando el top tenemos el terror español de El cuerpo (0'38), el dramón italiano de Volver a nacer (0'33), y la veterana La vida de Pi (0'23) en su ya octava semana

miércoles, 23 de enero de 2013

Calles de fuego


Streets of Fire (Estados Unidos, 1984). Dirección: Walter Hill. Intérpretes: Michael Paré, Diane Lane, Willem Dafoe, Rick Moranis, Amy Madigan, Robert Townsend, Bill Paxton. Guión: Walter Hill, Larry Gross. Música original: Ry Cooder. Fotografía: Andrew Laszio. Montaje: Freeman A. Davies, Michael Ripps.



martes, 22 de enero de 2013

Fernando Guillén: 22-11-1932/17-01-2013

Actor español que empezó su carrera a principios de los años cincuenta en el teatro, medio que jamás ha abandonado, hasta que en 2008 anunció su retirada de los escenarios. La Celestina, Otelo, Medea, Don Juan Tenorio, Fuenteovejuna, Seis personajes en busca de autor o Julio César son solo una pequeña muestra de las obras que representó a lo largo de su vida.

A finales de los cincuenta empieza su carrera en el cine, que a principios de los sesenta se ve ampliada hasta la televisión. Sus participaciones en Estudio 1 le dieron popularidad, en un medio que tampoco dejó nunca.

En la gran pantalla lo hemos podido ver en títulos como Vente a Alemania, Pepe (1971), La estanquera de Vallecas (1986), La ley del deseo (1987), Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988), Don Juan de los infiernos (1991), El amante bilingüe (1992), Acción mutante (1993), El abuelo (1998), Todo sobre mi madre (1998), Otros días vendrán (2005) o Fuga de cerebros (2009).

Nagisa Ôshima: 31-03-1932/15-01-2013

Director de cine japonés que alcanzó su mayor nivel de notoriedad con El imperio de los sentidos (1976), película que contiene secuencias de sexo explícito (la versión sin censura es imposible aún hoy día de encontrar en Japón). 

Su carrera se ha repartido entre la televisión (medio en el que ha rodado multitud de documentales) y el cine. Aquí destacan también títulos como El imperio de la pasión (1978) y Feliz Navidad, Mr. Lawrence (1982). Su último film fue Gohatto (1999), una historia de homosexualidad dentro del mundo samurai del Japón feudal.

El sentido de la vida


The Meaning of Life (USA, 1983). Dirección: Terry Jones, Terry Gilliam. Intérpretes y guión: Graham Chapman, John Cleese, Terry Gilliam, Eric Idle, Terry Jones, Michael Palin. Música original: John Du Prez. Fotografía: Peter Hannan, Roger Prat. Montaje: Julian Doyle.





Entrevista: Pascal Laugier


"Me gusta utilizar los arquetipos, pero no que me acaben limitando"




El francés Pascal Laugier impactó al mundo con Martyrs, película de explicitud sangrienta que consiguió aquello tan estimulante de tener reacciones encontradas. Antes, ya había debutado con El internado, un film que tuvo una acogida bastante mala. Asentado ya en el cine de género, el director estrena ahora en España El hombre la sombras. Rodada en Estados Unidos, deja de un lado la crudeza de su anterior trabajo, para inclinarse por el terror psicológico con mensaje. Con motivo de la presentación en Sitges de este trabajo, pudimos charlar sobre pasado, presente y futuro con el director.



Por Manuel Barrero Iglesias

Es consciente de que muy posiblemente haya defraudado a los fans que surgieron tras Martyrs: “Tenía muy claro que iba a tener al público dividido, que una parte me iba a odiar por haberme alejado tanto de Martyrs. Pero es la decisión que tomé desde el principio, dejar de lado el gore y la violencia radical. No quería que se me encasillara en este tipo de cine. El que me habló de que esto podía ocurrir fue Ruggero Deodato. Me dijo me iba a perseguir el mismo problema que le había perseguido a él durante veinte años. Había rodado quince películas después de Holocausto caníbal, pero le siguen identificando con el gore”.

Lo que parece claro es que a Laugier le gusta transmitir sus inquietudes a través del cine de género: “Hago las películas que quiero hacer, y el próximo proyecto irá todavía más lejos de lo que ido con el argumento de El hombre de las sombras. Va a ser una historia más compleja, cuyo punto de partida es el amor. Me gusta describirla como un thriller romántico. Va a ser una película inquietante, que se irá haciendo cada vez más negra, y al mismo tiempo irá analizando las relaciones entre hombre y mujer. Llegaremos a analizar esa inquietud metafísica que se produce cuando un hombre se enamora de una mujer que considera demasiado perfecta para él. Pero va a seguir siendo una película de género, en la que veremos mucho suspense”.

Al director le gusta jugar con el género, y en su última película podemos encontrar alguna subversión de las reglas: “Como director me gusta utilizar los arquetipos, pero no me gustan que me acaben limitando. Más bien, los tomo como punto de partida para una originalidad, y darles una forma nueva. Eso es lo que me parece realmente emocionante a la hora de hacer cine. Lo que ocurre es que esto lleva al pez que se muerde la cola. Partiendo de las misma ideas, acabas haciendo cine posmoderno. Nos encontramos con películas muy estériles y banales. Yo, con toda la modestia del mundo, intento salir de todo esto”.

Hay varios motivos que llevaron al autor a situar la película en una localidad de la América profunda. Por un lado: “Es verdad que, a raíz de la crisis, podemos encontrar miseria en todas partes; pero en Estados Unidos es mucho más patente. En Francia creo que todavía no la encontramos de forma tan espectacular”.

Pero hay razones ideológicas también detrás de esa decisión: “Es una historia que podría haber pasado en cualquier parte del mundo, pero tenía muy claro que quería situarla en Estados Unidos. Quería hacer una crítica, una respuesta a la dominación política y militar a la que está sometido prácticamente todo el mundo. Es una idea que detesto, y a la que no me puedo acostumbrar. De alguna manera, yo quería lanzar una provocación, decirle a Estados Unidos que en vez de intentar ocupar el resto del mundo, porque no se ocupan de su propio territorio”.

Entonces, ¿es Laugier un provocador?: “Hablo de provocación, pero no es exactamente eso. Es algo que me viene dado por el hecho de ser francés. He crecido un una cultura de la duda, donde cuestionamos las cosas, donde siempre se nos ha dicho que es difícil discernir entre lo bueno y lo malo. En estados Unidos es totalmente diferente. Necesitan tener siempre la diferencia entre lo bueno y lo malo muy clara. De todas maneras, tomé los arquetipos que nos da el cine estadounidense para crear esa ambigüedad”.

 
 
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