La crisis y sus estragos han llegado al Festival de Sevilla. Recortes por doquier para una edición en la que ni tan siquiera teníamos una guía de las películas que participaban. Era muy significativo escuchar a la presentadora de las ruedas de prensa repetir una y otra vez lo "vivo" que estaba el festival con sus continuos actos. No hay mayor indicativo de que algo no marcha bien que tener que recordar constantemente que sí va.
Esperemos que no ocurra lo que ya ha sucedido con la Mostra valenciana. Sería una auténtica pena, porque el Festival de Sevilla es un magnífico marco para la reunión del cine europeo. De hecho, es en la ciudad hispalense y durante la celebración del Festival, cuando se anuncian los nominados a los Premios del Cine Europeo.
Y no es que esta edición se haya caracterizado por la brillantez, ni mucho menos. Pero este mal lo acusan muchos festivales, incluido alguno de los 'grandes'. Y siempre tenemos la oportunidad de encontrar alguna joya que otra. Las secciones paralelas han mostrado a un Kaurismaki en forma; a la película de moda (The Artist); o el más actual cine ruso, en el que cabe la comedia encantadora o el drama histórico lleno de fuerza.
En cuanto a la sección oficial, el festival se apuntó un tanto con la presencia de Shame. Los premios a mejor director y mejor actor son absolutamente indiscutibles. De hecho, también tendría que haberse llevado el Giraldillo de Oro a la mejor película. Pero como no se los puede llevar todos, me parece una muy acertada decisión haber elegido Siempre feliz para el premio gordo.
La película noruega se encuentra entre los tres mejores filmes de esta sección oficial. Un ejemplo de buen cine hecho, mezclando la mala leche y lo encantador. Y el premio le será más útil, ya que así aumentarán las posibilidades de que se estrene comercialmente. Por su parte, la película de Steve McQueen ya tiene distribución asegurada, por lo tanto el galardón no hubiese tenido tanta utilidad práctica.
Si no nosotros, ¿quién? también ha tenido su ración doble de premios. El Giraldillo de Plata y el de mejor actor (compartido con Fassbender) para August Diehl. La película alemana era una apuesta segura, una cinta clásica que no destaca demasiado...ni para bien, ni para mal. Uno siempre espera que los jurados se arriesguen un poco más en sus decisiones.
Aún no me explico como la excelente Mercado de futuros se ha ido de vacío. La película de Mercedes Álvarez hizo subir el nivel de la participación española, entre las que se encontraba la fallida Las olas, o las deficientes Los muertos no se tocan, nene y Kënu.
Aunque tampoco hay mucho más destacable del resto de producciones a concurso. Sí me gustaría destacar la propuesta (sobre todo estética) de El molino del tiempo, que vio recompensado su atrevimiento con el Premio Especial del Jurado. Alps y Elena fueron las otras dos películas con cierto interés, aunque lejos de ser redondas.
Precisamente esta última logró el premio a la mejor actriz para la rusa Nadehhda Markina. Y al igual que el de mejor actor, el galardón fue compartido. Bien de Moor por Code Blue es la otra intérprete premiada, en un trabajo muy complicado.
En definitiva, un festival con un nivel más bien tirando a pobre, pero en el que hemos podido disfrutar de alguna que otra buena película. Un certamen que esperemos supere las dificultades de esta edición y vuelva con más fuerza para el próximo año.
Manuel Barrero Iglesias
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