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domingo, 4 de noviembre de 2012

Looper


Looper (Usa, 2012)
Dirección y guión: Rian Johnson.
Intérpretes: Joseph Gordon-Levitt, Bruce Willis, Emily Blunt, Paul Dano, Noah Segan.
Música original: Nathan Johnson.
Fotografía: Steve Yedlin.
Montaje: Bob Ducsay.
Idioma: Inglés.
Duración: 119 minuttos.



7/10 

Salvando un incierto futuro

Si en su estupenda carta de presentación, Brick, el director Rian Johnson se confesó deudor del mismísimo Dashiel Hammett -con resultados más que estimables en su acercamiento al moderno cine negro- en éste su tercer largo (pasemos de puntillas sobre Los hermanos Bloom), sus inspiradores tienen igualmente ilustres nombres y apellidos, ni más ni menos que los de Ray Bradbury o los de Philip K. Dick. La ciencia ficción es un enorme campo abierto en el que, cuando creemos que ya hemos visto todo, siempre aparece alguien para demostrar lo contario.

A priori Looper se puede presentar como la enésima cinta sobre viajes y paradojas temporales; como otra vuelta de tuerca sobre máquinas del tiempo y realidades paralelas. Y sí, lo es. Pero tras esa primera capa surge un brillante y redondo guión, una historia bien pensada que da sentido al uso de todos esos viejos tópicos mil veces vistos. Y no era tarea fácil, una sola pieza que fallase en el engranaje fabricado podía dar al traste con todo; y lo cierto es que, de principio al fin, todo encaja y rueda a la perfección. Cualquier detalle, por insignificante que pueda parecer (véase la aparición, en principio insustancial, de la telequinesia), va ganando y termina por tener relevancia dando lógica a lo contado; en un robusto “crescendo” que culmina en un sobrecogedor (algo autocomplaciente, pero bien resuelto) desenlace, de aquellos que dejarán huella en muchos espectadores.

Hay un arranque que interesa y engancha, partiendo de una de esas ideas que hacen a uno pensar aún que hay margen para la originalidad. Nos situamos en un futuro muy cercano donde algunos son conscientes de que más allá en el tiempo se podrá navegar en él. Y, siendo así, las mafias del futuro encargaran a nuestros protagonistas (los loopers) deshacerse de aquellos que les estorban, sin dejar rastro alguno, llevándolos 30 años atrás.

Pero si tras esta brillante idea no hubiera un respaldo dramático y unos personajes (que se terminarán reencontrando con ellos mismos) que llamaran nuestra atención poco más hubiera dado de sí. Y todo ello consigue el texto de esta cinta. Sobre todo desde el momento en el que el protagonista, Joseph Gordon-Levitt (que comienza a formar un dúo con Johnson que se prevé duradero), da con una granja donde viven una madre (Emily Blunt) con su pequeño hijo. Comienza entonces una compleja búsqueda y lucha por sobrevivir donde no sólo parece estar en juego el destino de los protagonistas (que buscan salvarse a ellos y a aquellos con los que saben que compartirán destino, décadas después) sino los de toda la humanidad. Complejo asunto al que se enfrenta, y en el que nos hace disfrutar a todos en su recorrido, el director.

Puede que alguna de las mil piruetas mostradas sea excesiva y recuerde al cine de acción más desatado, como alguna de las fugas en las que participa ese personaje venido del futuro que encarna un Bruce Willis, a cuya subtrama se le busca, algo forzadamente, la contundencia romántico/desesperada necesaria como para justificar su comportamiento. Todo ello provoca que el filme no crezca hasta alcanzar la altura que en algunos momentos uno espera que pueda llegar a lograr, pero en todo lo demás Looper está bajo control, es directa y no esconde su carácter de juego destinado a entretenernos con inteligencia.

En demasiadas ocasiones el cine (que en otras también ha sido cruel con nuestro destino en este planeta) nos ha dibujado el futuro lleno de mejoras, de avances tecnológicos impensables, de mil “gadgets” que harán nuestra vida más larga y llevadera. La ciencia ficción ha jugado con la idea de que el ser humano fabricará máquinas fascinantes que nos llevarán a otras galaxias, a otros mundos, y ha supuesto que esos artilugios y los soportes vitales que harían a un hombre permanecer con vida, podrán ser creados y, lo que es más difícil de pensar, podrán ser financiados en algún momento. Un futuro muchas veces en positivo.

Quizá uno de los puntos fuertes de Looper (en una estudiada y realista ambientación sin estridencias) sea enfrentarnos a un porvenir en el que nada de eso se produzca. Donde apenas, por ejemplo, los vehículos que ahora conocemos (hablo de los mismos literalmente) sean modificados con rudimentarias placas solares que nos hagan prescindir del petróleo y donde la miseria haya ganado terreno en lo que hoy llamamos primer mundo.

No es nada descartable que eso sea lo que nos espere. En Looper vemos a gente atemorizada por vagabundos que deambulan saqueando en busca de algo para sobrevivir. Vemos una civilización desorganizada y con menos recursos de los que hoy en día gozamos.
Y resulta fascinante mostrarnos ese posible entorno imaginario como fondo para una película que juega mucho con cierto estudio del mundo actual que nos rodea y que arranca en 2040 (o sea, pasado mañana).


Jorge R.


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