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viernes, 18 de enero de 2013

Los miserables


Les Misérables (Reino Unido, 2012).
Dirección: Tom Hooper.
Intérpretes: Hugh Jackman, Russell Crowe, Anne Hathaway, Amanda Seyfried, Eddie Redmayne, Sacha Baron Cohen, Helena Bonham Carter.
Guión: William Nicholson; basado en la novela de Victor Hugo, y en la obra de Claude-Michel Schönberg, Alain Boubill y Jean-Marc Natel
Fotografía: Danny Cohen.
Montaje: Chris Dickens, Melanie Oliver.
Idioma: Inglés.
Duración: 157 minutos.



4/10

La miseria como espectáculo

Versiones de la novela de Victor Hugo hay para aburrir. Teatro, cine, televisión…cualquier formato imaginable ha aprovechado las posibilidades de este relato épico-romántico. A estas alturas, resulta complicado impactar con un material tan sobado; así que el cine ha decidido que ya era hora de saquear el exitoso musical que lleva campeando casi treinta años por los escenarios de medio mundo. Las cosas se han tratado de hacer con cuidado, y muchos de los responsables de la obra se han involucrado en el film: Cameron Mackintosh, Alain Boublil y Claude-Michel Schönberg han participado de forma activa en labores de producción.

Ahora bien, la decisión fundamental se encuentra en la elección del director, responsabilidad que ha caído en Tom Hooper. Sí, aquel que ganó el Oscar por El discurso del rey, cuando todos sabíamos que ese premio debía ser para David Fincher. El caso es que la labor de Hooper ha generado no poca controversia, debido a algunas decisiones que no siempre benefician al film. Pero más allá de opciones estilísticas, el film parte de una premisa: todo es cantado. Un musical puro y duro, con dos horas y media en las que apenas hay respiro. Una sobresaturación que se termina haciendo difícilmente soportable.

La otra decisión fundamental es la de grabar las canciones durante el rodaje, en lugar del habitual método con playback posterior. En este caso sí acierta el director, con una fórmula que permite a sus intérpretes sacar toda la intensidad que requieren sus personajes. El problema es que no todos están a la altura de las circunstancias. El pétreo Russell Crowe poco más puede dar de sí, mientras Hugh Jackman alterna grandes momentos con otros que rozan lo ridículo. Bien Eddie Redmayne, lástima que su personaje se sitúe en el tramo más cargante del film. La que mejor aprovecha su oportunidad es Anne Hathaway, que aguanta con fuerza ese larguísimo plano con el que borda su canción estrella. Y tampoco me quiero olvidar de la secundaria que encarnada por Samantha Barks, cuya presencia es de lo más potable de esa segunda mitad.

Y es que cuando el film se pone épico, a Hooper la cosa le viene grande, y Los miserables termina haciendo aguas de forma preocupante. No cabe la emoción en un espectáculo atiborrado, que termina por embotar los sentidos. Cierto es que en las distancias cortas el director se maneja mejor, y consigue transmitir algo más. No obstante, hay recursos de los que abusa de mala manera. El mar de lágrimas en primer plano puede conmover la primera vez, pero termina cansando. Hasta dos personajes tan divertidos (en la primera mitad) como los de Baron Cohen y Bonham Carter terminan siendo cargantes.

La película está decidida a convertir todo en un espectáculo. Incluso el sufrimiento. Sobre todo, el sufrimiento. Ese París miserable que no esconde la pobreza y la enfermedad, pero que la muestra de forma circense, en una continua y grotesca exageración. Así que tras un primer tercio que incluso deja caer algún gran momento, el aparatoso castillo de naipes se desmorona con suma facilidad.


Manuel Barrero Iglesias



2 comentarios:

  1. Para mi, el mayor defecto de esta película es que es un coñazo increíble.
    Muy de acuerdo en que Hathaway está soberbia y que Jackaman en el inicio está de Oscar pero que se va desinflando poco a poco.

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  2. La mejor y lo mejor de la película es Samantha Banks, sin duda :)

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