Social Icons

lunes, 13 de agosto de 2012

Amanda Seyfried: Talento desperdiciado.


Amanda Seyfried es una actriz de gran talento, con aspecto angelical, y -si tenemos en cuenta las entrevistas de las que ha sido objeto- más rara que un perro verde. Siempre que la veo en un late night americano me da la impresión de que está bajo los efectos de algún tipo de sustancia -casi la misma sensación que con Aubrey Plaza, aunque menos acentuada-, lo cual no hace más que acrecentar su carisma, al menos desde mi punto de vista.

No voy a decir que Amanda Seyfried tenga una carrera modélica, o que se trate de la gran esperanza del cine americano, porque no lo es. Pero hay suficientes grandes momentos dentro de su carrera como para poder decir que se trata de una actriz prometedora que está siendo desaprovechada.

Comenzó con telenovelas al más puro estilo Santa Barbara, cuando era simplemente una adolescente, hasta que en 2004 consiguió un papel en la excelente comedia negra, escrita por la siempre interesante Tina Fey, Chicas malas. No destacaba en exceso dentro del conjunto, pero tampoco pasaba desapercibida. La película fue todo un éxito y le sirvió para ir enlazando proyectos bastante interesantes.

Primero, su participación en la genial serie Veronica Mars, donde jugaba un papel capital en la primera temporada; a la vez que rodaba películas de cierto nivel, como Nueve vidas de Rodrigo García y Alpha Dog de Nick Cassavetes, aunque con papeles secundarios de no demasiada enjundia.

Su primer gran papel le llegó de mano de la HBO, consiguiendo el rol de la hija mayor de esa familia polígama y mormona encabezada por gente de nivel como Bill Paxton y Chloë Sevigny. La serie no fue una de las más exitosas de la cadena, pero constó de cinco temporadas y supuso un gran escaparate para Amanda, que al finalizar la cuarta temporada anunció su intención de abandonar la serie para dedicarse por completo al cine, volviendo al final de la serie en un par de episodios.

Posiblemente la película que le valió para dar el salto de calidad dentro de su carrera sea ¡Mamma Mia!; cinta que no lograba convencer, pero en la que ella destacaba especialmente, incluso por encima de gente como Maryl Streep o Colin Firth. Se mostraba comodísima cantando y bailando, a la vez que derrochaba naturalidad en cada plano.

Posteriormente, un par de proyectos de medio pelo que no merece la pena ni mencionar y que ni le ayudaron ni le perjudicaron, para posteriormente enlazar películas cuanto menos interesantes. En Jennifer´s Body, el esperado segundo proyecto de Diablo Cody como guionista, compartía cartel con Megan Fox, a quién se comía en todas las escenas en las que coincidían, convirtiéndose en la gran estrella de una película que, todo sea dicho, no era nada del otro mundo. Y luego su proyecto, a priori, más interesante hasta la fecha. Chloe no fue todo lo que se esperaba de ella, pero una película dirigida por un grande como Atom Egoyan y en la que en el reparto figuran Julianne Moore y Liam Neeson, tenía toda la pinta de que podía ser el empujón definitivo que necesitaba Amanda para convertirse en una estrella además de en una actriz respetada. La película no funcionó en taquilla y las críticas fueron tibias, pero lo arriesgado del proyecto se le valora.

Tras Chloe, solo un puñado de películas de usar y tirar, que si bien aumentaron su popularidad, echaron por traste muchas de las esperanzas que había puestas en que creciese como actriz. Querido John, Cartas a Julieta, In time o Caperucita Roja son claros ejemplos de estas malas elecciones, películas que realmente no hay por donde cogerlas.

Pasemos por alto la película que tiene ahora mismo en cartel, Sin rastro,  que se enmarca perfectamente en la categoría de “malas decisiones”, y centrémonos en el futuro próximo, el cual es mucho más prometedor.

Amanda Seyfried tiene ya rodadas cuatro películas que están pendientes de estreno, y que no pintan mal del todo. La primera, Los miserables de Tom Hooper -director de la mediocre El discurso del Rey-, en la que comparte pantalla con gente como Hugh Jackman, Russell Crowe, Anne Hathaway o Helena Bonhan Carter; y que puede devolverle el prestigio perdido, al igual que a su director, años atrás grande gracias a sus geniales trabajos para la HBO.

A Los miserables hay que unirle el biopic, ¡Basta de Biopics!, de la actriz porno Linda Lovelace, protagonista de Garganta profunda; una comedia de bodas con De Niro, Susan Sarandon y Diane Keaton -vale esta pinta regular tirando a mal-, y un drama con toques de terror australiano de bajo presupuesto llamado Love written in blood.

Mi conclusión es que no hay que perder la esperanza, creo que Amanda Seyfried tiene mucho que ofrecer aunque se empeñe en dejárnoslo ver con cuenta gotas. El problema es que la paciencia tiene un límite, y ella se está acercando.

David Sancho

No hay comentarios:

Publicar un comentario

 
 
Blogger Templates