Dirección,
guión y música original:
Bertrand Bonello.
Intérpretes:
Hafsia Herzi, Céline Sallette, Jasmine Trinca, Adèle Haenel, Alice
Barnole.
Fotografía:
Josée Deshaies.
Montaje:
Fabrice Rouaud.
Idioma:
Francés.
Duración:
122 minutos.
7/10
Belleza
que duele
Desde
que el mundo es mundo, existe la prostitución. Y desde que el cine
es cine, habla sobre ella. En los últimos tiempos, eso que llaman
conciencia social obliga a que el tema se trate siempre con la
palabra denuncia planeando de forma constante. El problema es que
esos intentos suelen ser bastantes obvios y torpes, todo hecho bajo
fórmulas casi de manual.
El
autor huye de la sordidez. Al contrario, el retrato de estas jóvenes
hace relucir la belleza en todo su esplendor. Muy elocuente es
esa secuencia (una de las únicas exteriores) de la excursión
campestre. Un hermoso canto a la gracia femenina, una demostración
de que la candidez es posible incluso en cuerpos que son
constantemente utilizados como mercancía.
Un
film que esconde tras su aparente tono frío y contemplativo, un
relato lleno de pasión y dolor. Pasión por las mujeres y dolor
por verlas convertidas en carne de mercadeo. Es significativo que el
único personaje que accede a este mundo de forma voluntaria, tarde
bien poco en huir de él.
Unos
personajes magníficamente descritos en pocas pinceladas, con una
vidas interiores apasionantes, que ahí están para el que quiera
descubrirlas. Unos personajes de carne y hueso, incluidos la madame y
los clientes. Y una película que te atrapa y te golpea sin
necesidad de recurrir a sucios trucos efectistas.
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