Los vengadores

5/10

The Avengers (USA, 2012)

Dirección: Joss Whedon.

Guión: Joss Whedon, Zack Penn; sobre el cómic de Stan Lee y Jack Kirby.

Intérpretes: Robert Downey Jr., Crhis Evans, Mark Ruffalo, Chris Hernsworth, Scarlett Johansson, Jeremy Renner, Tom Hiddleston, Samuel L. Jackson.

Música original: Alan Silvestri.

Fotografía: Seamus McGarvey.

Montaje: Jeffrey Ford, Lisa Lassek.

Idioma: Inglés.

Duración: 143 minutos.

Apuesta… ¿segura?

Hay buen cine de entretenimiento. Cine de acción y aventuras eterno. Nombres ilustres nos vienen a la cabeza al recordar obras creadas para el consumo masivo pero que han logrado permanecer para siempre. Otras muchas, sin embargo, han cumplido su objetivo movilizador sin más. Se disfrutan y se agradecen (en el mejor de los casos), sin dejar el más mínimo rastro tras ellas.

No se deben olvidar nunca los referentes. Nunca. Algunos pusieron el listón a cierta distancia del suelo y no conviene bajar la guardia en las comparaciones.

La última megaproducción salida para arrastrar a las salas a millones de espectadores desde Estados Unidos vuelve a surgir de las casi siempre lucrativas adaptaciones que el mundo del cómic ha aportado al cine estos últimos años. Y si de cómic hablamos, la casa que más seguidores y fans ha acumulado durante décadas y décadas ésa ha sido la Marvel. Seguidores que en muchos casos han convertido su hobby en una pasión sana o insanamente enfermiza.

Decenas de films vinculados a su legión de superhéroes han plagado casi desde siempre las carteleras, pero es en los últimos lustros cuando el filón se ha hecho más evidente.

Al abrigo de los personajes de viñeta nos ha llegado de todo en la historia ya centenaria del séptimo arte. Desde alguna basura a alguna (pocas) obra maestra… Desde, por ejemplo, intentos visuales con cierta maestría pero carentes de alma como los primeros Batman de Tim Burton, hasta los deslumbrantes y complejos trabajos realizados por uno de los cineastas más relevantes nacidos para este oficio en los últimos años: Christopher Nolan, citando al superhéroe, de la acera vecina (DC Comics, también responsable de Superman), que más jugo ha dado en la gran pantalla pese a haberlo exprimido hasta la saciedad.

Los Vengadores quizá se presentaba como el gran reto. Como la película que debía sumar y conjuntar todo lo anteriormente mostrado entorno al universo Marvel para multiplicarlo y elevarlo hasta el límite que la tecnología digital actual permita. Ahí están Hulk, Ojo de halcón, Viuda negra, Ironman, Capitán América, Thor… Falta alguno de esos Avengers primigenios que muchos reconocen pero el conjunto es para dejar sin palabras a los enamorados de Marvel y sin tiempo para contar los billetes que van a ganar a los que han invertido en el proyecto.

Y con esos mimbres y una historia típica y épica de libreto de cómic (es decir: un malo malísimo y unos buenos algo atormentados que intentar salvar a la humanidad de toda hecatombe) construye el casi novato Joss Whedon (Buffy, Caza vampiros) un divertimento elevado únicamente en su resolución. Una larga batalla final que hace inevitable que el tiempo pase volando y deje casi agotada (por puro despliegue de pirotecnia de la buena) la mente del espectador.

No sería justo no reconocer el esmero y la entrega vertida por Whedon en la recreación de batallas, luchas y disputas tanto individuales como colectivas a lo largo de la cinta.

Hay, por el contrario, una estiradísima parte inicial que deja mucho que desear. La presentación y captación de los héroes se puede hacer algo tediosa. Lo hemos visto mil veces. La búsqueda de la cuadrilla perfecta. En ocasiones creí estar viendo el inicio de Armageddon. Y en cuanto al malvado hermanastro de Thor, el Loki al que da vida Tom Hiddleston, toda su historia de envidias fraternales y venganza contra el planeta Tierra tiene la consistencia justa como para mantener la fuerza de la trama y no deja de estar falta de substancia y, pese a dedicar tiempo a desarrollar los traumas interiores de cada protagonista, parece que no hay talento excesivo en la profundidad de lo mostrado a poco que uno rasque.

Es probable que muchos digan que todo lo anterior no cuenta; que lo importante es que el cómic se traslade a la imagen forma verosímil y que dichas historietas son lo que son, pero yo no bajo el listón. No, porque hubo quien con casi los mismos elementos sí ha creado cine relevante, cine que perdura.

No me vale un plano secuencia (algo tramposillo pero magnífico) que me deje con la boca abierta, no me vale algún que otro excelente gag a costa de un inspirado Robert Downey Jr. en su papel de un irónico Ironman, no me vale un Mark Ruffalo sufriendo por la bestia verde que lleva dentro o algún que otro guiño inteligente al material original (como esa “A” que cuelga solitaria cuando para la tormenta). Para ver todo eso mejorado sólo tengo que irme, por hacer una mención entre decenas, a la reciente adaptación de Tintin que estrenó Spielberg hace pocos meses.

Para imaginar lo que se puede hacer y no se hizo aquí, sólo debo descontar los días hasta que se entrene El caballero oscuro: la leyenda renace, seguramente la película de consumo masivo que espero con más ganas en mucho, mucho tiempo.

Como sugerencia/curiosidad para fans recomendar que aguanten los primeros créditos finales porque encontrarán una escena escondida que anticipa secuela y en la que poder jugar a reconocer el nuevo personaje Marvel que se nos presenta.

2012 está siendo el año en el que más y mejor se están recreando muchos directores a la hora de mostrarnos posibilidades entorno al fin de nuestro mundo. Los Vengadores”se regodea también en esa posibilidad mandando a La Tierra un ejército de seres maléficos y despiadados que cargan contra los inocentes ciudadanos del mundo occidental (porque sí, ya sabemos que todas estas cosas ocurren siempre en Norteamérica). Sirva como consuelo para quien, como yo, no apreció mucho arte en lo rodado, la idea que me rondaba la cabeza: la de imaginar que sí… que no nos vendría mal algún que otro vengador contra esos otros seres (humanos en este caso pero igualmente malvados) que han llevado a ese mundo desarrollado en el que nos habíamos instalado a su casi extinción.

Jorge R.