Cumbres borrascosas

6/10

Wuthering Heights (Reino Unido, 2011).

Dirección: Andrea Arnold.

Intérpretes: Kaya Scodelario, James Howson, Shannon Beer, Solomon Glave, Paul Hilton.

Guión: Andrea Arnold, Olivia Hetreed; sobre la novela de Emily Brönte.

Fotografía: Robbie Ryan.

Montaje: Nicolas Chaudeurge.

Idioma: Inglés.

Duración: 129 minutos.

Postales de Yorkshire

Muchos han sido los acercamientos a esta novela de Emily Brontë a lo largo de la historia del cine. Desde la versión clásica de Hollywood de William Wyler, protagonizada por Laurence Olivier y Merle Oberon, o las más recientes adaptaciones inglesas para cine y televisión; hasta adaptaciones que transportaron esta historia de amor a lugares tan diversos como Mexico en Abismos de Pasión (Luis Buñuel, 1954), la campiña francesa en Hurlevent (Jacques Rivette, 1985) de o el Japón feudal en Arashi ga Oka (Yoshishige Yoshida, 1988) de. En este caso, aunque Andrea Arnold se quede en Inglaterra, su forma de plasmar el relato de Cumbres borrascosas no es para nada convencional.

A pesar de tratarse de una adaptación literaria; las palabras están prácticamente ausentes, y la banda sonora es la del propio ambiente que ayuda a ser envuelto aún más por unas imágenes que bien merecieron el premio a Mejor Fotografía en el pasado Festival de Venecia. Hermosas imágenes de una naturaleza que puede ser apacible y colérica; así como lo son Cathy y Heathcliff, caprichosas fuerzas de la naturaleza. Sin embargo, su mayor virtud es a su vez su mayor defecto.

Las imágenes y sonidos naturales que las acompañan atrapan más que la propia historia; que en algunos momentos puede llegar a resultar confusa, y que paulatinamente va perdiendo todo el interés. Vemos como los personajes sufren injusticias, dolor, aman; pero no podemos compadecerles porque al escarbar bajo sus duras cáscaras encontramos que están huecos. Y las imágenes, a pesar de su belleza, no transmiten nada más allá de una bonita fotografía.

No deja de ser un buen intento de adaptar una novela de una manera diferente, pero es una lástima que no de manera tan efectiva como cabría desear, siendo la única sensación que nos deja la de haber disfrutado de un hermoso paisaje.

M. Lofish