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lunes, 31 de octubre de 2016

Crónicas: Seminci 2016 (II)

Por Alberto Gallardo



Aquarius (Doña Clara) (Kleber Mendoça Filho. Brasil-Francia, 2015)
Sección Oficial

Entre las películas más esperadas de esta Seminci estaba sin duda Aquarius, una de las favoritas de la competición oficial de Cannes la pasada primavera, por la que había pasado con una buena acogida pero sin reconocimiento en el palmarés. Idéntica suerte ha tenido en Valladolid, a pesar de la magnífica interpretación de su protagonista, la veterana Sonia Braga que completa un trabajo espléndido en un papel exigente, de esos que marcan una carrera.

La  película narra la lucha de una mujer de agitada vida, ya a las puertas de la tercera edad, en sus batallas particulares contra la enfermedad, contra una cultura moderna contraria a sus ideales y, sobre todo, contra una constructora que pretende echarla del edificio donde ha pasado toda su vida. Klever Mendoça construye un ambicioso y dilatado relato de resistencia alrededor de esta mujer y su familia, en la que equilibra con acierto drama intimista y pertinente reivindicación sociopolítica.


La madre (Alberto Morais. España-Rumanía-Francia, 2016)
Sección Oficial

El cine español ha estado dignamente representado en la sección competitiva de esta Seminci con la notable Las Furias de Miguel del Arco y también con La madre, el nuevo trabajo de Alberto Morais tras Los chicos del puerto. El director vallisoletano, insiste en el drama social aunque con mayores ambiciones y mejores resultados que en su anterior trabajo. En este caso sigue los pasos de un adolescente recién salido de un centro de menores que intenta convivir con normalidad con una madre sin recursos económicos ni anímicos para levantar la familia.
La película es áspera y seca, huye del melodrama y del didactismo, evitando hacer juicios tramposos o ser maniquea con sus personajes. Muestra un creíble relato a pie de calle cuya crudeza contrasta con el aire de fábula de ese otro cine social al estilo 'A cambio de nada'. Es un cine incómodo, que sacrifica la afinidad del espectador con sus personajes a cambio de optar por un propósito claro: exponer la cruda realidad sin proponer unas soluciones fáciles que no existen.


Hedi (Mohamed Ben Attia. Túnez-Bélgica-Francia-Catar-Emiratos Árabes Unidos, 2016)
Sección Oficial

Esta interesante película tunecina supone el debut en la dirección de Mohamed Ben Attia, apadrinado nada menos que por los hermanos Dardenne. En la línea del cine de los aclamados cineastas belgas, Hedi es cine social que abre debates morales alrededor de un personaje central que se transfigura en metáfora de un estado concreto de las cosas, en este caso en radiografía de un convulso y contradictorio Túnez en la resaca de la frustrada Primavera Árabe.
La película nos presenta a Hedi, un treintañero que trabaja como comercial para una empresa de automoción y se compromete a regañadientes con una mujer a la que apenas conoce por la presión que ejerce sobre él su familia. La línea marcada se difuminará cuando conoce a una empleada de un hotel en uno de sus viajes profesionales con la que vive un romance de final incierto. A pesar del incómodo hermetismo del personaje central, la película se sigue con interés gracias en buena parte al notable trabajo de sus protagonistas. Un prometedor debut.


La ciénaga - Entre el mar y la tierra (Carlos del Castillo. Colombia, 2016)
Sección Oficial

Latinoamérica suele estar bien representada en la sección oficial de la Seminci y de casi cualquier festival de cine independiente actual, dada la pujanza de nuevos talentos en su reciente cinematografía. Sin embargo, esta discreta película colombiana de Carlos del Castillo, premiada por el público en el Festival de Sundance, no se encuentra desde luego entre lo más destacable del cine iberoamericano que ha llegado esta temporada a nuestras latitudes.
Historia de batalla contra la enfermedad, muy en la línea de Mar Adentro -a la que copia de manera descarada en la ensoñaciones románticas del desvalido protagonista- la película tiene el valor de retratar un curioso paisaje físico y humano que rima con el estado emocional de su protagonista. Sus entregados actores elevan el nivel de un film que encadena subrayados (el uso de la música es terrible) y trampas melodramáticas, en una escalada manipuladora que desemboca en un final que es puro exceso. Floja.



Life, Animated (Roger Ross Williams. Estados Unidos-Francia, 2016)
Tiempo de Historia

También sobre la enfermedad, en este caso sobre el autismo, trata este interesante documental norteamericano que cuenta cómo un joven supera su patológico aislamiento gracias a los clásicos de Walt Disney, que le ayudan a lo largo de su infancia a desarrollar curiosas vías de comunicación con su familia y a reinsertarse en la vida cotidiana gracias a la visión simplificada y exagerada de los conflictos vitales que ofrecen estas populares películas infantiles.
La película tiene un descarado tono 'feel-good' y es un relato clásico de superación muy del gusto estadounidense, pero es honesta en el retrato de su carismático protagonista y no pinta de color de rosa los conflictos propios de su situación. Es un documental con un punto innovador en sus formas (mezcla animación e imagen real, además de insertar escenas cumbre de los clásicos Disney), que trata con respeto y espíritu didáctico el autismo, ofreciendo una vía de esperanza para los que conviven con dicha patología.

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