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sábado, 24 de septiembre de 2011

Crónicas Festival San Sebastián 2011 (V)

Última jornada de la sección oficial. A pocas horas de que se conozca el Palmarés definitivo, os resumimos como se desarrolló la jornada de ayer, en la que volvía todo un clásico: el mexicano Arturo Ripstein.


Sección oficial


La griega Mundo injusto es una de las películas más flojas que se han presentado a competición. Una especie de Käurismaki venido a menos, donde los pretendidos toques de humor causan más estupor que risa. La situación de la actual Grecia es muy propicia para que salgan películas de este corte, donde la gente con dificultades económicas tiene gran protagonismo. Y donde el tono de pesimismo es inevitable, intentando aliviarlo mediante los referidos toques de humor negro.
Y a pesar de que el planteamiento resulta de cierto interés, el desarrollo se vuelve cada vez más disparatado (en el peor sentido de la palabra); y la narración, en exceso mortecina.

Arturo Ripstein y su habitual guionista, Paz Alicia García-Diego, vuelven a la gran pantalla con una libérrima versión de Madame Bovary. Al contrario de lo que ocurría con la griega, en este film cuesta bastante entrar. Algunos diálogos que chirrían impiden que el espectador se entregue del todo a esta historia de amor fou, que nos va atrapando poco a poco.

Lo que es indiscutible es la maestría de Ripstein a la hora de mover la cámara, persiguiendo con clarividencia a ese apasionante (a la vez que odioso) personaje principal. Con una bellísima fotografía en blanco y negro, la atmósfera opresiva acaba por agarrarnos sin remisión. No sería de extrañar que La razones del corazón estuviera presente en el Palmarés.




Zabaltegi

Ayer se pudo ver en Perlas una de las sensaciones de este año: The Artist, una película muda en pleno siglo XXI. Muda, por la ausencia de diálogos, no porque los códigos sean los mismos que el de aquel cine. Hazanavicius retrata justo la época de transición hacia el sonoro, con lo cual es el protagonista el que se comporta de manera desfasada. Excelente trabajo de Jean Dujardin, que se transforma en todo un actor mudo (de la época). Y así, el contraste con los escasos momentos de sonoridad son aún más impactantes.

Terminar el Festival degustando Neil Young Journeys en un inmenso placer. Más aún si uno es fan del viejo rockero. Un par de conciertos en Canadá le sirven a Jonathan Demme para grabar unas bellísimas imágenes que poseen casi tanta pasión como el mismo Young al interpretar sus magníficos temas. Esa cámara bajo el micrófono capta unos primero planos tremendos de un entregado músico que sigue en buenísima forma.


Horizontes latinos

Ganadora de la Caméra d’Or (mejor ópera prima) en el pasado Festival de Cannes, Las acacias es una de esas películas argentinas que se recrean en el silencio, y en los detalles de la cotidianeidad más minimalista. Un film que se toma su tiempo para ir recreando esta relación entre un solitario camionero y una madre que viaja a Buenos Aires con su hija pequeña. Lo mejor, sin duda, el trabajo de Germán de Silva, que refleja en su rostro toda la desesperación que provoca la soledad, especialmente cuando uno se hace consciente de que la ha sufrido durante mucho tiempo.
 
American Way of Death

Uno ve ciclos como éste, y le dan ganas de perderse una y otra vez por él, para volver a disfrutar en pantalla grande de obras tan grandes como Uno de los nuestros, Reservoir dogs, Seven, Fargo, Sospechosos habituales, o Días extraños. Pero la actualidad manda, y las películas inéditas terminan centrando toda la atención.
Pero antes de abandonar la ciudad donostiarra, nos decidimos por asistir al pase de una película no vista en su momento. La muy divertida Kiss Kiss Bang Bang, en la que muy poco importa lo que nos cuenta, pero sí el cómo. Un muy inspirado Robert Downey Jr., diálogos ingeniosos y mucho sentido del humor, para una curiosa vuelta de tuerca al género.


Manuel Barrero Iglesias

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