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martes, 17 de febrero de 2015

Nominaciones Oscar 2014: FOTOGRAFÍA

Por Paulo Campos

“Esta película tiene muy buena fotografía porque salen paisajes muy bonitos”. Frases como esta deberían ser incluidas en el Código Penal como legítima defensa cinéfila. La fotografía de una película no debe confundirse solamente con lo bonito que se ve la película. La colocación de la cámara, la iluminación y la planificación de la escena, y sobre todo, la construcción de un imaginario cromático que permanezca en la memoria es lo que debe valorarse en esta categoría.

De cómo de guapas salían las estrellas en los años 40 y 50, que contaban con sus propios fotógrafos en cada película se pasó a aquellas fotografías donde se pretendía recoger todo lo posible, desde desiertos perfectamente iluminados, a nieve brillante y apetecible, a todas las gamas de amaneceres y atardeceres. Ya después en los setenta y ochenta la grandilocuencia permanecía pero se pretendía mezclarla con iluminaciones naturalistas, vírgenes y puras, vamos lo que viene siendo la técnica Madonna. Ya en los ochenta y noventa la luz se vuelve artificial y los movimientos de cámara extraños e innovadores son los protagonistas para acabar en los dos mil con la llegada de la fotografía digital.

La academia es bastante correcta en este aspecto, abierta a innovaciones y al mismo tiempo muestra gusto por lo antiguo, aunque con trampas. Lo digo por los últimos blanco y negro nominados, que no son puramente respetuosos con el estricto blanco y negro antiguo. Por lo demás, cada vez le da más importancia a esta categoría. No en vano muchas veces una mala película permanece en la memoria por culpa de los fotógrafos que dotan colorido, calidad e iluminación al vertedero de imágenes que nos toca observar.

Las nominaciones de este año son:

Birdman (Emmanuel Lubezki)

El mexicano Lubezki defiende el premio que ganó el pasado año por Gravity. Lo hace con un trabajo espectacular mano a mano con el director, porque esa pretensión de hacernos creer que todo está rodado en un mismo plano secuencia es un trabajo altamente laborioso de colocación de cámara, de movimiento con los actores. Para ello utiliza la técnica de fotografía digital, la única de este año, que tan buenos resultados dio años anteriores.

Los claroscuros lógicos de los camerinos, donde los actores y técnicos pululan, la luz cegadora del escenario y sobre todo esos ojos gigantes de Emma Stone en los primeros planos son todo obra de Lubezki, que asesora a Iñarritu para otrogar a la película de un aspecto técnico brutal y que le debe a él mucho de su éxito.

Eso sí, hay que llamarse Lubezki para hacer algo como esto, no veo a un fotógrafo primerizo atreverse a dotar a una película de esta dificultad técnica. Es como dar un cheque en blanco y libre albedrío, vamos lo que ahora se están arrepintiendo hasta el suicidio los productores de M. Night (farsante) Shyamalan.

Opciones de triunfo: Muchas, es un trabajo titánico y espectacular, el único punto en contra es su victoria del pasado año.


The Grand Budapest Hotel (Robert Yeoman)

Otro caso de fidelidad, Yeoman es el fotógrafo de siempre de Anderson y eso se nota. Juntos construyen el universo visual de la película, dotándolo del colorido característico del cine del bueno de Wes. Si vemos cualquier película del friki este podemos observar un común uso de los colores, a veces infantiloides, y una iluminación poco naturalista que recuerda a postales coleccionables de esas que se venden en mercadillos de segunda mano.

Los planos simétricos, la creación del esplendor del hotel con luces brillantes, y más oscuras y apagadas cuando el hotel está en decadencia, son los mejores ejemplos del gran trabajo de Yeoman. También esa nieve totalmente artificial y atrezzada es labor de cómo la cámara la plasma, por eso no deja de ser una fotografía totalmente antinatural y juguetona.

La inclusión de la película en esta categoría indica que ha gustado mucho, porque es una fotografía que podría haber pasado desapercibida y sin embargo al analizarla no cabe duda de que es una de las mejores del año, lo que lleva a preguntarnos la cantidad de buenos trabajos técnicos que pasan desapercibidos por la poca entidad de las películas que representan y luego vemos como cualquier mierda de Adan (se te acaban los intentos para creerte actor serio) Sandler lo peta en taquilla y los Razzie.

Opciones de triunfo: Yo creo que no muchas, pero la película está siendo un boom en la carrera, con lo que puede que recoja votos que no quieren ver a Lubezki con un segundo Oscar.

Ida (Lukasz Zal & Ryszard Lenczewski)

Una película polaca sobre una monja y en blanco y negro parecía menos destinada a estar en estos premios que Belén (asco) Esteban en una simposio de física cuántica. Pero mira tú por donde que la cosa funcionó y los técnicos de fotografía recogieron de buen agrado los riesgos de estos dos señores a la hora de rodar la película.

Ya no sólo que sea una película pequeña, sino que para hacerla aún más snob y hacer gozar a críticos de esos que no ven películas de animación, van y dejan media pantalla con vacío. Es decir, los personajes de la película están reducidos a un 20% de la pantalla, seguro que tiene más explicación de la que yo puedo dar, tipo filosófico cinematográfico en plan: es para mostrar el poco lugar que ocupan esos personajes en un mundo que se les hace grande. Pero yo me quedo con que se les dio manga ancha y decidieron experimentar.

La verdad es que han quedado secuencias espléndidas, como la de la ventana de Agata Kulesza, que es precioso, o todas las que tienen lugar en el campo donde son más protagonistas los establos y las casas de pueblo que a las propias actrices. Además de las actuaciones musicales (no, quien no la haya visto que no se emocione, va a seguir pareciéndole un coñazo si no entras en el primer minuto) esa luz tenue protagoniza las escenas.

Opciones de triunfo: Yo diría que muy pocas, la nominación es suficiente premio (frase hecha y molesta donde las haya).


Mr. Turner (Dick Pope)

Seguimos con la fidelidad entre director de fotografía y director de la película. Es lógico, se entienden, saben donde le gusta a uno que el otro coloque la cámara, qué luces encender o que ventanas abrir, o a qué hora rodar para que quede bien en imagen. Vamos, es como el pobre señor cincuentón que le toca ir a comprar el traje de la boda de una tía y va con la mujer, sabe qué hacer en todo momento para no alargar la cosa diciendo a todo que sí.
Aquí Leigh da la oportunidad de oro a Pope de lucirse entrando en el mundo cromático de del pintor J.M.W. Turner, con brumas y colores apagados.  Y trasladar esos colores al Reino Unido del siglo XIX, donde entramos en casas de alto standing, casas de baja reputación (algunas de ellas con buena reputación), para finalmente regresar a una humilde pensión en las orillas del río, que sirven para dotar de luces nebulosas a las estancias.

El trabajo es quizá el que “más bonito” queda en pantalla, porque la campiña inglesa queda deliciosa, y ya el inicio de la película es un wowww, aquí hay fotógrafo. Aun así hay momentos en que puede llegar a saturar por la idea de fidelidad con la obra de Turner que presenta Pope.

Opciones de triunfo: Nada de nada. Había que nominarla, pero da la sensación de que ni dios se preocupa por esta película y no van a darle el voto a un perdedor.


Unbroken (Roger Deakins)

El señor Deakins consigue la docena de nominaciones, de las cuales no ha ganado ninguna. Da la sensación de que lo nominan para reirse de él, vamos como Keira (no hago absolutamente nada) Knightley. Así y todo es uno de los directores de fotografía más solicitados y respetados del mundo, y lo ha ganado a pulso.
Angelina (aquí acertó, los Coen le dirían que lo pillara a él) Jolie dejó en buenas manos la fotografía de su despropósito, y sin mucha dificultad la foto se convierte en lo mejor de la película. Además es que es como un manual de fotografía cinematográfica, porque le da la oportunidad a Deakins de mostrar todo lo que sabe hacer: carreras, agua (el mar está filmado genial), aire (con esas batallas de aviones), tierra (las cárceles japonesas), incluso videoclips de Lady Gaga (esas minas de carbón). Vamos, que si le mola su trabajo, Deakins se lo pasó pipa.

La pretenciosidad de la película hace que la foto siga el mismo camino y ni disimula en mostrar que está rodando la hostia de bien todo lo que vemos, es quizá el punto más negativo que de mi parte se topa Deakins, porque no hay como aspirar muy muy alto que como el resultado final falle caer desde muy arriba, y sino que se lo digan a Bazz (Australia) Luhrman.

Opciones de triunfo: un año de estos tendrán que premiar a Deakins, y mira tú que igual lo hacen por la peor peli que ha hecho.


La favorita: Birdman

Mi favorita: Birdman

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