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domingo, 15 de febrero de 2015

Nominaciones Oscar 2014: DISEÑO DE VESTUARIO

Por Paulo Campos

Lo mejor que le ha ocurrido este año a este apartado es que no hay ninguna película ubicada en la corte de un siglo cualquiera que no sea el XX. Porque ya ni miran otra, directamente le dan el premio, aunque sean unos diseños requetevistos, algo lógico a menos que les dé por vestir de largarterana medieval a la Reina Elizabeth, que déjate ver que Bazz (parecía parecía pero no) Luhrman no me pille la idea.


El trabajo de un diseñador de vestuario, y por lo que debería ser premiado, no es sólo por hacer vestidos pomposos y espectaculares sino por ayudar a que la historia no chirríe y los actores creen un personaje apoyados en sus vestuarios. Pero no siempre es así. Muchas veces la espectacularidad de los vestidos acaba imponiéndose ante la clase, la utilidad o la sobriedad de trajes que, aún ayudando a presentar a un personaje en tres segundos, no son vistosos.

En general no es una categoría demasiado polémica porque los vestuarios nominados tiene un nivel bastante elevado. Es una de las categorías que más atención atraen para las estrellas porque siempre quieren salir guapas y lucir vestidos bonitos, aunque sea haciendo de borracha drogadicta.

Las nominadas de este año son:

The Grand Budapest Hotel (Milena Canonero)

La señora Canonero es una auténtica institución en cuanto a los diseños de vestuario en el cine desde hace tres décadas y así lo avalan sus nominaciones, premios y reconocimientos. En esta ocasión Canonero hace un trabajo brillante en los diseños de los trajes tanto de los trabajadores del Hotel -ese esmoquin morado ya icónico del Budapest Hotel-, así como los elegantes vestuarios masculinos de los clientes. En cuanto a la parte femenina de la película destacan los trajes que llevan las clientas, ya entradas en años, que son las favoritas de Gustave, el personaje de Ralph (ha faltado un pelo para la nominación) Fiennes. También las sirvientas de la casa de la anciana, Nina, la trabajadora de la pastelería y de las mujeres de Zubrowka.

Los materiales con los que se hacen los trajes también son de auténtico lujo, puesto que diseñadores como Prada han prestado sus diseños, como la chupa de cuero de Willen (desparecido en combate) Dafoe. Incluso los abrigos de pieles de las viejunas, en concreto de Tilda (Molo) Swinton son de alta costura, es lo que tiene llamarte Milena Canonero y tener colegas

Opciones de triunfo: Bastantes, visualmente es la película del año y el vestuario contribuye mucho a lograrlo.


Inherent Vice (Mark Bridges)

En cuanto se vio el primer trailer de la película de Paul Thomas (tienes pinta de tener un ego más grande que la nariz de Carell en Foxcatcher) Anderson, uno de los aspectos más comentados fueron esos vestidos, de clara inspiración sesentas/setentas, que sólo con verlos ubicaban temporalmente al espectador en la época en que se desarrollaba la película.

Eso es lo que hace grande un buen trabajo de diseño de vestuario, y más cuando la obra en que se basa la película en que trabajas es como si mezclaras todo el pastillamen del botiquín de Pocholo. Vemos a Joaquin (más grande de lo que se le reconoce) Phoenix con unas pintas brutales y lo acompañan personajes cada cual con un vestuario adaptado a lo que el personaje requiere.

Opciones de triunfo: Muy pocas, ni es un trabajo vistoso como otros, ni la película ha tenido un gran reconocimiento en la Academia


Into the Woods (Colleen Atwood)

Atwood es otra leyenda en esto de vestir las películas. Una de las asiduas de Burton por fuerza tiene que ser buena para adaptarse al mundo freaky del amigo Tim. En esta ocasión traslada a la pantalla muchos de los trajes ya utilizados en la puesta en escena teatral de Broadway del libreto.

Aun así no le quiero quitar mérito, es cierto que los diseños no son arriesgados y pecan, quizá, un pelín de sin alma, un poco como la película; pero es cierto que el contraste entre los personajes de los cuentos es más fácil por la labor de Colleen. El panadero, la bruja, la cenicienta están mejor construidos en base a sus vestidos que en cuanto a su guión, lo cual habla muy bien de lo uno y muy mal de lo otro.

A los príncipes los viste como muy vintage, con esas camisas y pantalones de cuero, a Rapunzel con vestidos holgados y a caperucita una impoluta capa roja. Que no da puntada sin hilo, vamos.

Opciones de triunfo: Parece que pocas, desde luego no es un trabajo que vayamos a recordar mucho tiempo.


Maleficent (Anna B. Sheppard)

Desde que se estrenó la película y vimos a la Jolie con esas pintas de princesa trash venida del averno, con cuernos de cabra que ya quisiera la Bruja Lola, todos la dimos como nominada en esta categoría, más allá de por el icónico ya, vestido negro con capa y cuernos.

Lo mejor de la película son, sin duda alguna, los vestuarios que luce la malvada de la Jolie, pero no sería justo no destacar las vestidos de la corte el día de la presentación de la princesa, de corte vienés, elegantes y pomposos, que contrastan con las armaduras, corazas y adornos que el rey lleva a la hora de la batalla.

Un trabajo lujoso, donde la diseñadora puede recurrir a la inventiva, no se encuentra forzada por unas estrictas exigencias de vestuario, ya que la época es indeterminada y da mucho más juego de cara a componer ambientes mediante el vestuario.

Aquí, más que ayudar a crear un personaje y un perfil psicológico, da rienda suelta a que el espectador admire las creaciones como si de una pasarela se tratase. Es otra opción, que aunque se aleja de la utilización como elemento de guión de la película hace disfrutar más de su visionado.

Opciones de victoria: Da la sensación de que con la nominación tiene bastante. No veo a mucha gente foránea al gremio votando por los cuernos de la Jolie (si me lee la Aniston le da un multiorgasmo).


Mr. Turner (Jacqueline Durran)

Estamos aquí en el caso opuesto de Maleficent, aquí sí hay una época exacta a la que respetar, los vestuarios no pueden dejarse a la inventiva, es necesario estudio exhaustivo de patrones, telas, colores y formas para dotar de realidad a lo que nos cuentan. 

La sociedad inglesa se refleja en su totalidad en la película de Leigh desde las altas clases que pasean sus palmitos, con joyas a juego, chaquetas de terciopelo, hasta la clases más humildes con vestidos largos con poco vuelo, pantalones de trabajo e incluso camisones de faena para pintar.

Además que la máxima dificultad no es sólo calcular la tela para el traje de Spall sino el de charlar con el director de fotografía y el diseñador de producción para coincidir en los colores a utilizar y como el referente eran las pinturas de Turner no había mucha oferta, así que además de ceñirse el corsé había que ceñirse a esos marrones, grises, colores tenues que el pintor reflejaba en sus lienzos (que bonita esta últina frase, parece que me poseyó perales)

Opciones de triunfo: Poquitas, pero Durran ya sorprendiera hace años por Topsy Turvy así que un 1% de posibilidades hay.


La favorita: The Grand Budapest Hotel

Mi favorita: The Grand Budapest Hotel

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