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lunes, 15 de diciembre de 2014

Críticas: Hombres, mujeres y niños

5/10
Men, Women & Children (Estados Unidos, 2014).
Dirección: Jason Reitman.
Intérpretes: Adam Sandler, Jennifer Garner, Rosemarie DeWitt, Judy Greer, Dean Norris, Ansel Ergot, Kaitlyn Dever, Olivia Croicchia, Elena Kampouris.
Guión: Jason Reitman, Erin Cressida Wilson sobre la novela de Chad Kultgen.
Fotografía: Eric Steelberg.
Montaje: Dana E. Glauberman.
Idioma: Inglés.
Duración: 119 minutos.



Perdidos en la red

Por Manuel Barrero Iglesias

La supuesta acidez en el discurso de Jason Reitman nunca ha existido. Ni siquiera en la aclamada Gracias por fumar (2005), mucho menos incisiva de lo que nos hicieron creer en su momento. El toque conservador siempre está ahí, impidiendo que su cine se haga mayor. Desde la encantadora Juno (2007) a la bochornosa Una vida en tres días (2013), pasando por Up in the Air (2009). Quizás sea Young Adult (2011) -curiosamente, su film menos pretencioso- el que lance un mensaje más audaz. No es extraño que en Hombres, mujeres y niños aparezca alguna pincelada reaccionaria, aunque en esta ocasión Reitman se esfuerza por aparecer más equidistante. Al menos, de inicio.

El film habla sobre algunos de los males de la sociedad actual, centrando la mirada en internet. En realidad, los problemas son los mismos de siempre. Lo que hace el director es analizar como influye la actual sobredosis de interconexión en el desarrollo de los mismos. A saber. La construcción de la propia imagen durante la adolescencia. Los problemas de adaptación y la marginación. La sobreprotección maternal. O la disfunción sexual. Incluso hay lugar para problemas adultos, como la infidelidad y el desgaste matrimonial. Hay tiempo también para mostrar los problemas que surgen del choque generacional. El diagnóstico es certero y los estereotipos sirven para radiografiar con precisión determinados comportamientos

Al contrario de lo que pueda parecer, Reitman no demoniza la red, sino que denuncia el uso que se hace de la misma. Ya sea por abuso (el joven adicto a la pornografía) como por exceso de celo (la madre integrista). Tanto un extremo como el otro resultan perjudiciales. El problema está en la misma condición humana. El joven aislado jugaría al rol en vivo en lugar de on-line. La madre que exhibe a su hija en una web, haría lo mismo en la publicidad. El que tiene todo el porno al alcance de un click recurriría a las revistas o las cintas de vídeo. La madre que controla todo el tráfico de datos de su hija, lo haría con sus amistades "reales". Lo único que hace el film es actualizar todas estas disfunciones ante los innegables y vertiginosos cambios que se producen en el mundo. Y en ese terreno, la película consigue un retrato bastante fidedigno. 

Quizás sus ambiciones sean elevadas. Y los frentes abiertos, demasiados. Así, alguna de las tramas se queda demasiado en la superficie. Es el caso de la chica anoréxica, un tema muy delicado que no es tratado con el rigor que merece. Y luego está esa costumbre que tiene Reitman por suavizarlo todo. En el último tramo del film el director se entrega a la discutible tarea de cerrar todas las tramas de forma apresurada y, por supuesto, bienintencionada. Todos han aprendido la lección y son mejores personas tras las dos horas de metraje. Que no falte la moralina. Hombres, mujeres y niños era una magnífica oportunidad para retratar la naturaleza humana. Y bien es cierto que está llena de apuntes muy interesantes. Pero Reitman se empeña en juzgar a sus personajes. Luego, los perdona. Y, por último, los redime. Y un director debe cuidarse mucho de mirar a sus criaturas por encima del hombro.







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