Social Icons

miércoles, 20 de marzo de 2013

Món petit (Mundo pequeño)


6/10
Món petit (España, 2012)
Dirección: Marcel Barrena.
Documental con Pili Alamán, Alba Casals, Albert casals, Àlex Casals, Anaïs Galván.
Guión: Adriá Cuatrecases, Víctor Correal, Marcel Barrena.
Música original: Pau Vallvé.
Fotografía: Albert Serradó, Víctor Torija.
Montaje: Marcel Barrena, Domi Parra.
Idiomas: Catalán, español, inglés.
Duración: 83 minutos.



El loco del pelo azul


Aunque el estreno de Món petit se haya producido en España casi de tapadillo, en realidad se trata de una película con una exitosa carrera en festivales, destacando sus premios en el Festival Internacional de Documentales de Amsterdam (IDFA), probablemente el más importante del mundo de cine documental.

Viendo la película, no resulta extraño que allí, además de lograr el premio DocU, obtuviera el tercer puesto en el Premio del Público, en una edición en la cual la vencedora fue la maravillosa Searching for Sugar Man. Puede que, al igual que en aquélla, gran parte de su éxito se deba a que cuenta una historia fascinante (salvando las distancias) que en lugar de torturar, emociona al espectador provocándole alegría, y cuyo protagonista es una persona que representa un modelo de vida del que se puede aprender mucho. Ahí se terminan las similitudes, pues el español está muy lejos de la calidad cinematográfica del sueco.
Marcel Barrena cuenta el viaje de Albert desde Barcelona hasta el faro que se halla justo en las antípodas, en East Cape, Nueva Zelanda. Lo que tiene de especial este viaje es que Albert lo hará sin utilizar el avión como medio de transporte y partiendo únicamente con veinte euros como presupuesto. Y en silla de ruedas, algo sobre lo que quizás se insiste demasiado. Dado que esa aventura Albert quiso hacerla con la única compañía de su novia, las grabaciones del viaje que pueden verse en Món petit son las realizadas por ellos mismos. Barrena alterna dichas grabaciones con testimonios de diferentes personas cercanas a Albert y con vídeos caseros de cuando era niño.

Si bien muchos de esos testimonios (en especial los de sus padres y su abuela) resultan esclarecedores y complementan perfectamente las motivaciones del protagonista y el sentido vital de la película, en ocasiones se evidencia que vienen a suplir la carencia de material suficiente como para poder narrar el viaje –y eso que hay algunos maravillosos, como la experiencia de Albert con un líder espiritual en Indonesia-. Tampoco todas las entrevistas aportan demasiado, siendo algunas de ellas prescindibles por superficiales (las apariciones de las amigas de la novia) o redundantes (las del médico que trató a Albert de la leucemia que le dejó postrado en silla de ruedas). El acierto es mayor con las grabaciones de la niñez. No sólo están acertadamente escogidas y coherentemente insertadas, sino que la película adquiere un mayor significado gracias a ellas. Unos documentos impagables que permiten conocer más de cerca la infancia de Albert, lo cual ayuda comprender su lucha y sus intensas ganas de vivir.

La admiración por el protagonista y el hecho de que él, con su carácter y filosofía, conquiste al espectador, están por encima de los valores cinematográficos de una película que hubiera resultado más satisfactoria si se hubiera centrado más en exponer que en intentar convencer; no se permite al espectador sacar sus propias conclusiones. Pese a todo, se trata de un film digno de ver, e incluso sentir, con el que es fácil terminar con una sonrisa en la boca y que puede servir para que uno se replantee la vida en un momento dado. Películas como éstas son, de alguna forma, necesarias.

Jorge Marugán



No hay comentarios:

Publicar un comentario

 
 
Blogger Templates