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jueves, 10 de marzo de 2016

Críticas: La serie Divergente: Leal

2/10

The Divergent Series: Allegiant (Estados Unidos, 2016).
Dirección: Robert Schwentke.

Intérpretes: Shailene Woodley, Theo James, Naomi Watss, Miles Teller, Ansel Elgort, Jeff Daniels, Zoë Kravitz, Octavia Spencer, Maggie Q.
Guión: Noah Oppenheim sobre la novela de Veronica Roth.
Música original: Joseph Trapanese.
Fotografía: Florian Ballhaus.
Montaje: Stuart Levy.
Idioma: Inglés.
Duración: 121 minutos.

Ánimo, que queda sólo una

Por David Sancho
*Antención: Esta crítica puede contener spoilers

La saga Divergente llega a su tercera película en baja forma. La primera de las entregas no fue nada del otro mundo, pero reconozco que pasé un buen rato, por lo que afronté la segunda con ciertas expectativas, lo cual fue un error, ya que se trataba de una película menor. Así que ahora por lo menos todo el mundo debería ir a ver esta tercera entrega con escepticismo, o simplemente no ir.

Esta saga surge principalmente por el éxito que han tenido otras como Crepúsculo o Los juegos del hambre, que a su vez aprovecharon el tirón de otras como El señor de los anillos y Harry Potter. Cuando se trata de aprovechar modas, a los grandes estudios les surgen pocas dudas.

Pero Divergente no ha tenido tanta suerte. No es que haya fracasado en taquilla, de ser así no hubiese pasado de su primera entrega, pero no ha conseguido ni acercarse al éxito arrollador de sus hermanas mayores. Aún así ha sabido aprovechar el tirón que tiene ahora mismo la ficción serializada y hacerse su hueco.

La tercera entrega nos cuenta como Tris y los suyos deciden ir más allá de los muros que aíslan la ciudad en contra de lo ordenado por Evelyn, madre de Cuatro, que es quien ostenta el poder en ese momento. A su vez, dentro de la ciudad se está ejecutando a los afines a Jeanine, los cuales confiesan sus pecados gracias al suero de la verdad (todo muy Kallocaina, famosa novela distópica sueca de los años 40). Ello hace que Johanna y los suyos se distancien de Evelyn y comience la guerra.  Cuando Tris consigue cruzar el muro se encuentra con un nuevo mundo, aparentemente idílico que, obviamente, no es lo que parece.

Lo que hace mala a la película es básicamente que nada tiene demasiado sentido. Curtidos soldados que se quedan de pie, dando la espalda a los que les persiguen, anonadados antes el paisaje que se extiende ante sus ojos, sin tan siquiera pensar que podrían llegar a dispararles por la espalda. Maquiavélicos políticos que llevan a Tris a una reunión en la que el noventaynueve por ciento de lo que en ella se podría decir revelaría las mentiras que se le ha contado y echar al traste sus planes.

Los chistes de Miles Teller son también para darles de comer aparte. El chico tiene gracia, es un actor al que le tengo bastante aprecio, pero el papel que ha aceptado interpretar, no le deja mucho margen de maniobra. Si su personaje debía aportar el respiro cómico que la película necesita, vamos apañados.

Además, se intenta crear un nuevo mundo, ese que se encuentra Tris tras los muros, y con él, nuevos personajes y relaciones, en tan poco tiempo que deja una sensación de estar todo cogido con pinzas.

El final de la película es mucho más cerrado que el de las dos entregas anteriores, a pesar de tratarse de una adaptación de la mitad del último libro de la saga. Por lo tanto tendremos cuarta, y esperemos que última entrega, el año que viene.

Tras el descalabro de esta entrega sólo nos queda rezar para que la siguiente encauce un poco el rumbo y nos permita, cuanto menos, pasar un buen rato con el desenlace de la saga, pero seguro que sus responsables se aseguran de que no sea así.


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