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sábado, 20 de junio de 2015

Críticas: Tomorrowland

5/10
Tomorrowland (USA-España, 2015).
Dirección: Brad Bird.
IntérpretesBritt Robertson, George Clooney, Raffey Cassidy, Hugh Laurie, Thomas Robinson.
GuiónDamon Lindelof, Brad Bird, Jeff Jensen.
Música original: Michael Giacchino..
FotografíaClaudio Miranda.
MontajeWalter Murch, Craig Wood.
Idioma: Inglés, francés, japonés.
Duración: 130 minutos.


Futuro Simple

Por Alberto Gallardo

Es oficial. Tomorrowland tiene el dudoso honor de ser uno de los grandes batacazos comerciales de la temporada. Ni siquiera Disney es infalible en taquilla, menos aún cuando se aleja de la imagen animada y de la fantasía familiar más accesible (ahí están recientes fiascos como 'Prince of Persia' o John Carter).

Si Andrew Stanton (Buscando a Nemo, Wall.E) tuvo ocasión de estrellarse estruendosamente con la fallida -aunque entretenida y vistosa- adaptación de 'Una princesa de Marte', ahora es el turno de otro de los grandes nombres de Pixar, Brad Bird (Ratatouille, Los increíbles), encargado de llevar las riendas de un proyecto muy atractivo sobre el papel: una aventura entre lo utópico y lo distópico con elementos clásicos de la ciencia ficción, como los viajes en el tiempo y las sociedades secretas.

Si a ello le sumamos una gran campaña promocional, el habitual cheque en blanco para contar con un diseño de producción magnífico (que convierte por cierto la Ciudad de las Artes de Valencia en epicentro de un universo paralelo) y poder tener en el reparto a una gran estrella como George Clooney, resulta difícil explicar qué ha podido pasar para que el patinazo se hiciera efectivo.

Pero dejando a un lado el marketing y los negocios, nos preguntamos ¿es Tomorrowland también un patinazo en lo meramente cinematográfico? La respuesta es un triste y rotundo 'sí'. La película de Brad Bird tiene una idea central potente ligada a una calculada proyección pesimista del futuro del planeta y -en la línea de la reciente Interstellar- reivindica la capacidad de la humanidad, más allá de su triste deriva autodestructiva, para avanzar en positivo a través del progreso tecnológico.

Sin embargo, el guion firmado por el temible Damon Lindelof no explota su interesante punto de partida, se extiende en una introducción dilatadísima y recurre demasiado a menudo a elementos muy manidos del fantástico (tópicos de la robótica y villanos de manual incluídos). No hay una pizca de magia en una historia que se sigue con cierto interés, pero que apunta alto en el inicio para quedarse en un rutinario y tibio ejercicio de género que ni siquiera deslumbra en lo visual.

Tampoco aciertan Lindelof y Bird al confrontar a sus protagonistas antagónicos: la inquieta y optimista adolescente interpretada por Britt Robertson y el genio desencantado al que da vida un Clooney en piloto automático. No hay un atisbo chispa en el encuentro de estos dos personajes -como tampoco la hay en un villano de nulo carisma interpretado por Hugh Laurie-  y por tanto sus peripecias no terminan de enganchar.

En definitiva, Tomorrowland es una rutinaria -y muy light- aventura de corte fantástico, que recurre a elementos muy gastados sin lograr darle entidad a un conjunto moderadamente entretenido pero blando e inmediatamente olvidable. Una película correcta, que no responde en absoluto a las expectativas que llevaba aparejadas un proyecto de tales dimensiones.





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