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miércoles, 10 de junio de 2015

FILMADRID 2015: Entrevista Javier H. Estrada


"Queríamos ofrecer una mirada muy amplia a nivel de propuestas formales y a nivel geográfico"


Madrid necesitaba un festival como este. La capital española ha estado mucho tiempo huérfana de un certamen abierto a todo tipo de propuestas y cinematografías. Así nace Filmadrid, bajo la dirección de Nuria Cubas y Fernando Vilchez, con la idea de traer las propuestas más insólitas y variadas. Y como responsable de la programación Javier H. Estrada (Valencia, 1983). A sus 32 años ya es uno de los críticos más reputados de nuestro país, y su presencia como programador garantiza que vamos a ver una selección compuesta por el riesgo y la búsqueda. Unos días antes del comienzo del Festival charlamos con él para que nos contara sus impresiones previas a esta emocionante primera edición.



Foto de Carlos Alonso para FILMADRID




Por Manuel Barrero Iglesias



-Mantienes una relación estrecha con los dos directores del Festival, Nuria Cubas y Fernando Vilchez, ¿de dónde surgió la idea de hacer un certamen de este tipo en Madrid?
La idea surge de dos áreas. Por una parte está Pasajes de Cine, que lleva Nuria Cubas. Es un proyecto muy interesante, en el que se muestran obras de cineastas jóvenes que están despuntando. Y por otra parte está el Festival Lima Independiente, en el que soy programador desde hace un año y medio, y en el que Fernando Vilchez lleva la dirección artística. Entonces en septiembre Nuria y Fernando que por qué no hacíamos un festival internacional en Madrid, llevando el espíritu de Pasajes de Cine por un lado, y el de Lima Independiente por otro. Me encomendaban un poco la labor que estaba haciendo en Lima Independiente. Dije que me parecía muy interesante, pero también muy complicado. Todos sabemos cuál es la situación en Madrid, en España en general, pero Madrid es una ciudad muy difícil para la exhibición de cierto tipo de películas. Pero ese era el reto. Desde que tenía trece años siempre nos quejábamos de que había muchas películas que no llegaban a Madrid. Han pasado los años y hay que reconocer que hay festivales estupendos en Madrid y otras plataformas muy interesantes para la difusión de este cine digamos más artístico, más de autor, de otras cinematografías menos atendidas. Siempre notábamos que había un hueco. De alguna Filmadrid nace así, con ese compromiso.

-Filmadrid abre con Pedro Costa, cierra con Manoel de Oliveira, y por medio está Godard. Esto ya es toda una declaración de intenciones.
Sí, sin duda. También como primera edición del festival hay la necesidad o la ilusión decubrir ciertos intereses que se han acumulado durante años. Estas tres figuras son mitos para el equipo de Filmadrid. Para mí Pedro Costa es, junto a Lav Diaz, el cineasta más importante de los últimos treinta años, de esa generación que ha surgido para cambiar un poco los moldes del cine. Creemos que Cavalo Dinhero es una película que debía verse en Filmadrid. Tenerla como inauguración es como una especie de sueño cumplido, además con la presencia de Costa.
Adiós al lenguaje solo se había visto en España una vez en 3D, en Sitges. Tuvo una distribución en 2D, que no es lo adecuado, porque Godard experimenta e indaga en las posibilidades del 3D.
Y por último la calusura es una circunstancia muy especial. Parecía que Manoel de Oliveira no iba a morir nunca, y por suerte cada año nos iluminaba con una nueva película. Finalmente ha fallecido este año, y dejó esta película del año 82 (Visita ou Memórias e confissões) como una obra que debía ver la luz cuando él muriera. Y así fue, se pasó hace un mes en Lisboa y Oporto, hace unos días en Cannes y justo ahora en Filmadrid. Para nosotros es realmente emocionante cerrar el festival con la obra póstuma de Oliveira, que además vamos a acompañar de O velho do Restelo, la última obra que filmó.
Foto de Laura Arana para FILMADRID

-Hablando de la Competición Internacional, ¿qué debe tener una película para haber sido seleccionada?
Nos trazamos una línea que sigue la que estamos trabajando en Lima Independiente. Me parece interesante remarcar esto, porque realmente Filmadrid es hijo de un proyecto peruano. Queríamos ofrecer una mirada muy amplia a nivel de propuestas formales y a nivel geográfico. Nos planteábamos que a Madrid le hacía falta un festival abierto a todos los géneros, y nuestra oferta tenía que ser muy fuerte por ahí. Yo soy un apasionado de los cines de África, Extremo Oriente, Oriente Próximo y Latinoamérica. Siempre me ha interesado mucho salir del eje Europa-Norteamérica, porque creo que en otros países se hace un cine tan interesante o más. Nuestra línea ha sido abrir mucho geográficamente la mirada, y apostar mucho por un cine joven en cuanto a espíritu. Un cine que busca tanto a nivel formal como temático. Aún así, creo que la selección no se escora hacia radicalismos, no son películas inaccesibles ni mucho menos. Son películas que conectan con un público inquieto, pero no tiene por qué ser especializado.

-Pude ver El complejo de dinero en Berlín y encaja perfectamente en esto que dices.
Nos hace mucha ilusión tener la película de Juan Rodrigañez. Por cierto, hablando con críticos punteros de diferentes publicaciones del mundo es una película que gustó muchísimo. El uso del espacio, el uso del humor...al fin y al cabo, es una comedia sobre la situación que vivimos ahora, pero desde una perspectiva muy novedosa. Es un buen ejemplo de lo que buscamos. Películas sobre cuestiones que más o menos podamos conocer, desde una mirada realmente nueva.

-Supongo que en la sección Vanguardias seguís la misma línea, pero aún más radical.
Sí, la verdad es que estoy muy contento con la composición de la sección. Vanguardias sí es una apuesta explícita por el cine experimental. Es una cuestión que nos preocupaba mucho, ya que desde que no existía la Semana de Cine Experimental de Madrid había un vacío muy grande. Afortunadamente, por ejemplo La Casa Encendida ha ido cubriendo ese hueco durante este período. Pero claro, hay demasiados trabajos interesantes, y había un vacío. Yo diría que el 90% de lo que tenemos en Vanguardias es estreno en España, y es una apuesta por diferentes formas de entender el cine experimental hoy. Hay trabajos realmente muy radicales y luego hay miradas que son un híbrido entre el cine narrativo y el experimental. Es una sección de explosiones formales, de mucha búsqueda. Queríamos dejar muy claro que el cine experimental se realiza en todo el mundo. Es una cuestión de romper ciertos moldes, que a veces tenemos la percepción de que solo se hace cine experimental en Estados Unidos y Austria. Por suerte, hay cineastas inquietos en cualquier lugar, y así se refleja en esta sección.
También quería incidir en Vanguardias Live, una sección que para nosotros es muy importante, quizás la aportación más original que tenemos. Hay pocos festivales que trabajen este concepto. Le dijimos a tres cineastas jóvenes que hicieran un evento en directo, en el que hubiera un diálogo entre la imagen audiovisual y un concepto performativo. Los directores son Salomé Lamas, Lois Patiño y Juan Barrero. Tenemos mucha curiosidad por ver que va a pasar, le hemos dado carta blanca a los cineastas, creo que la gente que venga a los Vanguardia Live va a compartir con nosotros el asombro y la expectación por ver qué han hecho estos cineastas ante la circunstancia de trabajar en directo sin protegerse con período de postproducción ni nada. Creo que va a ser apasionante.

-¿Hay muchas películas que te hubiera gustado traer y que se hayan quedado fuera?
Sí, por supuesto, porque ves constantemente películas que te interesan. Pero también hay una cuestión, y es que a veces es peligroso saturar demasiado y hacer festivales mastodónticos. Por supuesto en un primer año hubiera sido suicida, pero incluso para el futuro creo que es bueno encontrar una medida en las películas. Aún así creo que tenemos bastante material, excesivo para un primer año. Creo que debemos encontrar una cohesión, que las películas no sean demasiadas, pero que dialoguen bien entre sí. Y dar la oportunidad a la gente de verla,s pero sin abrumarles.

-¿Y alguna que hayas querido traer y no hayas podido?
Ha pasado también, por diversas circunstancias. Hay que pensar que el ciclo de festivales es muy grande. Por ejemplo, una película que se estrena en Berlín va a apostar por festivales como San Sebastián, Sevilla o Sitges para su estreno español. Cosa que es totalmente lógica. Hemos conseguido películas así, pero hay que reconocer que los directores han sido muy valientes, porque apostar por un festival que aún no existía era un poco kamikaze. Sin embargo, hemos tenido bastantes casos. De hecho, en la sección oficial tenemos cinco estrenos nacionales, que para un primer año me parece un lujo absoluto. Pero también es cuestión de buscar y encontrar lo que quieres. Creo que cada festival tiene una línea y unas aspiraciones. Y nosotros tenemos las cosas muy claras, eso ayuda mucho, facilita el trabajo.

-Me gustaría que me hablaras de los focos, que son platos fuertes del festival.
Lo que nos planteamos de entrada era que queríamos homenajear a alguien que consideráramos un maestro; y luego a un joven que estuviera creciendo, pero que no fuera aún una figura demasiado establecida a nivel internacional. El foco de Lav Diaz era obvio, porque junto a Pedro Costa me parece la figura clave del cine contemporáneo. Su cine es realmente una odisea, cada película es una aventura yo diría que incomparable con cualquier otro cineasta. Para mí es un narrador sublime. En su caso, a veces también por la duración de las películas, había quedado un poco escorado. En Madrid no se habían mostrado muchas de sus películas, era claro que teníamos que hacerle un homenaje. 
Por otra parte, Jan Soldat es un joven cineasta alemán al que llevo siguiendo desde 2013. es un cineasta que trabaja la sexualidad, la observación de la relación entre placer y dolor, como yo no había visto nunca. Este año en Rotterdam presentó un mediometraje y en la Berlinale una obra de 60 minutos. Era el momento de mostrar sus trabajos.  Ya te digo que en cuanto al documental y la sexualidad para mí es muy sorprendente. Son películas además con mucho sentido del humor. Y a pesar de que en apariencia trabajan el concepto de sexualidad y de individuos más o menos marginales, en realidad son películas que definen el amor en un sentido muy amplio. Decidimos hacer este foco y lo que nos hizo ilusión después fue que justo se anunciaron focos también en otros dos festivales que para nosotros son referencia, como son Bafici e Indie Lisboa. Si este tipo de festivales apostaban por Jan Soldat es que íbamos en la senda correcta.

-¿Cómo ves el ambiente previo al festival? ¿Cómo se mueve la ciudad a su alrededor?
Somos un festival con todas las limitaciones que se pueden tener en el primer año, en el sentido de que no tenemos capacidad para tener anuncios por las calles, por ejemplo. Lo que estamos notando es que hay una expectación enorme. En el tema de las redes sociales, los compañeros me comentan que es bastante abrumador. La respuesta está siendo magnífica. La gente tiene mucha curiosidad, creo que tiene ganas de que les sorprendamos. Esa es nuestra idea.


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