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martes, 10 de septiembre de 2013

Entrevista: Luis Miñarro

"A lo mejor el cine ha dejado de ser el referente que era"

Todavía existen en España productores que se arriesgan con filmes en los que creen, independientemente de lo que el público mayoritario pueda pensar. Es el caso de Luis Miñarro, a quien encontramos detrás de un buen puñado de títulos de enorme prestigio. Albert Serra, José Luis Guerín, Lisandro Alonso, Manoel de Oliveira, Apichatpong Weerasethakul o Javier Rebollo son una carta de presentación magnífica. Ahora, incluso, está a punto de terminar su primera película como director: Estel Fugaç. Las películas que produce suelen tener dificultades para estrenarse en salas, cosa que también ha ocurrido con Kanimambo, que llega a nuestras pantallas gracias a Karma Films. Una película formada por tres cortos dirigidos por sendos directores, y que nos trae la realidad de Mozambique.

Foto extraída de https://www.facebook.com/eddie.saeta


Por Sara Martínez Ruiz y Manuel Barrero Iglesias


Miñarro lo tiene claro: “Como productor, parto de la base de que si el tema es interesante, no hay que tener en cuenta solamente el público al que pueda llegar. Entonces, no habría pasado de la segunda película, y ya llevo treinta”.

Hasta hace unos años, había varias formas para financiar este tipo de películas: “Con ayudas previas del Ministerio de Cultura e instituciones oficiales. Luego, con la venta a televisiones. Una fuente de ingreso muy pequeña es el DVD. Y otra, los honorarios por haber ido a un Festival. En los pequeños, a lo mejor te pagan 600 euros por pasar la película en 35 mm, o 200 por hacerlo en DVD. Una cantidad muy pequeña, pero te puede servir para ir pagando a tu secretaria, o la oficina”.
Fotograma de Kanimambo
Un claro ejemplo de película que se pudo financiar gracias a su internacionalización es En la ciudad de Sylvia: “Estuvo en más de ochenta festivales por todo el mundo, y luego en cuatro o cinco universidades en las que pagaban una tarifa por pasarla. Al final se pudo amortizar gracias a eso. Que da mucho trabajo de gestión, claro. Pero tienes la satisfacción de estar haciendo un producto cultural”.

Eso sí, el recorrido de estos filmes no suele coincidir con el del cine maisntream: “Este tipo de películas tienen mejor salida en circuitos no convencionales que en las salas tradicionales. Festivales, cine-clubs, cinematecas... Yo creo que hay un tipo de cine necesario desde un punto de vista conceptual, incluso hasta ético, al margen de los resultados económicos. Si entiendes el cine desde una perspectiva artística o de investigación del lenguaje cinematográfico, lo máximo a lo que aspiras es a no perder dinero”.

Pero la crisis aprieta para todos: “Yo me he sostenido muchos años, porque paralelamente hacía publicidad, que ahora también está en crisis. Con los beneficios que me daba, podía abordar cierto tipo de proyectos. Pero honestamente, incluso para mí es cada vez más difícil. La continuidad que pueda tener, no lo sé”.
Foto extraída de https://www.facebook.com/eddie.saeta
Todo el mundo busca los factores que han provocado esta situación de deserción de las salas. Miñarro comienza hablando de las medidas del actual gobierno: “Los recursos que el Ministerio destina al cine son la mitad que en 2010 o 2011. En su primer años, el gobierno del PP bajó un 36% el volumen de ayudas, y el segundo año ha bajado un 21%. Luego, el incremento del IVA es una medida equivocada. Si se tomó con un efecto recaudatorio, no ha resultado así. Antes se ingresaba más”. Es inevitable hablar de la situación social: “La coyuntura actual quizás no ayude a fomentar el interés por la cultura general. Uno está abrumado, y lo que quiere es poner un rato la televisión e irse a la cama. No me vengas ahora con salir, ir a cenar y luego al cine. Todo ese castillo de hábitos de consumo se ha caído un poco”. Hay muchos aspectos más: “El DVD ya hizo daño desde el inicio. Otros hablan de piratería, aunque para este tipo de formato, no afecta”. El productor termina hablando de un problema que podría ser mayor aún, y de difícil solución: “A lo mejor el cine ha dejado de ser el referente que era. Durante el siglo XX, ha sido el referente ideal de ocio, y de espacio para soñar. Quizás hoy en día eso lo está ocupando la televisión, la telefonía móvil, los videojuegos, y otras formas de consumo. Esto ya no sería coyuntural, la deserción no sería por temas económicos, sino que la magia que el cine había despertado en la colectividad, cada vez quedaría reducida a sectores más pequeños”.

Aunque no podemos olvidar que se sigue consumiendo mucho cine (incluso más que antes), aunque no sea en las pantallas: “Es otra manera de consumir el cine, con mucha menos atención. Porque la sala te obliga a estar sin teléfono móvil durante una hora y media. En un ordenador, estás teniendo interrupciones continuamente”.
Fotograma de Kanimambo
Lo que está claro es que todo cambia a velocidad de vértigo: “Todo el mundo está acostumbrado a lo de antes. Una pantalla, un proyector, una película que alquilabas; y ya la gente se cuidada de llenar más o menos las salas. Cambiar esa inercia es muy difícil. Además, el cine tiene la particularidad de que los ciclos son muy largos. Desde que lees un guión hasta que se estrena la película han pasado dos o tres años. Hoy día los hábitos de consumo cambian radicalmente. Una película de este tipo en 2003 la veían treinta mil personas, y ahora solo tres mil”.

Está claro que algo tiene que cambiar, pero nadie sabe muy bien el qué: “Como todo, al final es algo autodidacta. Las leyes se crean después de que la gente tome las iniciativas por su cuenta. Por ejemplo, ahora hay cantidad de nuevos realizadores que hacen cine gracias a la tecnología, crowfunding, y tantas cosas de este tipo. Pero no nos engañemos, eso no genera industria. Son películas muy válidas, pero nadie se fija en eso, y cuesta mucho que acceda a las pantallas. No se fija ni la propia industria del cine. Han de cambiar las cosas profundamente, hacer una revisión general de todo”.
Foto extraída de https://www.facebook.com/eddie.saeta
Tampoco parece que España sea el lugar más adecuado para fomentar la cultura: “Tú coges un libro de educación común, y no se habla de cine, ni siquiera de Buñuel. No está percibido, al menos por parte de la administración, como parte de la cultura. En cambio en Francia a los chavales en las escuelas se les educa sobre cine, además de teatro, literatura, etc.”. Una falta de apoyo que es hasta visible: “Puedes ver a un presidente regional o nacional en un partido de fútbol, ¿qué fuerzas políticas ves en un estreno. No se le da importancia, se entiende que es una cosa de consumo. Parece como si desde la administración pensaran: que hagan películas los americanos, nosotros ya haremos otra cosa. Por ejemplo, cocina”.

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