Social Icons

martes, 3 de septiembre de 2013

Cazadores de sombras: Ciudad de hueso

3/10
The Mortal Instruments: City of Bones (USA-Alemania, 2013).
Dirección: Harald Zwart.
Intérpretes: Lily Collins, Jamie Campbell Bower, Kevin Zegers, Jemina West, Robert Sheehan.
Guión: Jessica Postigo, basado en la novela de Cassandra Clare.
Música original: Atli Örvarsson.
Fotografía: Geir Hartly Andreassen.
Montaje: Joel Negron.
Idioma: Inglés.
Duración: 130 minutos.



Góticos contra demonios

La ficción adolescente que ha puesto de moda Stephenie Meyer se rige por una fórmula bien sencilla: criaturas fantásticas + amores imposibles. Una ecuación muy simple que funciona fácilmente para el público al que se dirige. Poco importa que el batiburrillo de referencias se mezcle de forma aleatoria. Lo que cuenta es que la protagonista sea una adolescente que en su paso a la edad adulta descubra que el mundo está lleno de monstruos. Aunque en este caso son reales, y no metafóricos. Ah, y siempre hay que debatirse entre dos amores.  

Hay poco margen de maniobra en las adaptaciones cinematográficas de estos productos literarios. El objetivo es conseguir que las adolescentes llenen las salas, pocas vueltas más se le pueden dar al tema. Los responsables de Cazadores de sombras: Ciudad de hueso se las arreglan para introducir algo de parodia (“ahora es cuando te quitas la camiseta…”). Muy significativo es el momento álgido de romanticismo, tan pasado de rosca que solo puede ser una broma autoconsciente (que a la vez, hará las delicias de su audiencia).

Breves destellos en un conjunto encorsetado por unas reglas muy concretas. Al menos Clary es un personaje con más entidad que Bella. Incluso el planteamiento sobre lo que supone la confusión adolescente es algo más complejo. No todo gira en torno al dilema amoroso, y se introducen otras cuestiones que despiertan nuestro interés, y que hacen que los minutos vayan pasando más rápidamente.

Pero la oportunidad de hacer un retrato atractivo de la adolescencia -como sí hizo Whedon en Buffy Cazavampiros- se pierde en los desagües del cine de consumo rápido y escasa imaginación. Al final estamos ante la misma película de siempre. Con un problema añadido: el guión es un disparate de principio a fin. Las cosas ocurren sin orden ni concierto, y el barullo que se acaba montando resulta ininteligible. Aunque poco importa, la verdad. Así que entre tanto desvarío, a uno le da por recrearse en las cejas de Lily Collins.


Manuel Barrero Iglesias



No hay comentarios:

Publicar un comentario

 
 
Blogger Templates