Epic: El mundo secreto

5/10

Epic (USA, 2013).

Dirección: Chris Wedge.

Intérpretes (voces): Colin Farrell, Amanda Seyfried, Christoph Waltz, Chris O’Dowd, Beyoncé Knowles.

Guión: James V. Hart, William Joyce, Daniel Shere, Tom J. Astle, Matt Ember.

Música original: Danny Elfman.

Fotografía: Renato Falcão

Montaje: Andy Keir.

Idioma: Inglés

Duración: 102 minutos.

Fórmula sin secretos

No va a pasar este film a la historia del cine de animación, ni mucho menos. Un género que en los últimos tiempos nos ha regalado una buena cantidad de joyas, pero en el que también encontramos bastantes productos anodinos. No destaca Epic por su originalidad, pero al menos consigue divertir durante todo el metraje, cumpliendo su objetivo con corrección.

En esta fantasía  con reminiscencias ochenteras se juega con un elemento tan recurrente como es esa vida oculta que el ojo humano no ve. Pequeñas criaturas que habitan el bosque, divididas entre el bien y el mal (con algún guiño a la ambigüedad). Si algo agradecemos al film es que no recurra al mensaje ecologista facilón. Los humanos aquí no son los villanos, y los dos que aparecen ayudan a mantener el equilibrio en la naturaleza. Por cierto, también se juega hábilmente la baza de la transformación de la joven protagonista, provocando la empatía del espectador.

La línea argumental de estos padre/hija humanos tampoco es el colmo de la originalidad, pero los autores se las apañan para hacer que los personajes sean lo suficientemente atractivos como para seguir con interés sus aventuras. Algo que también ocurre con los seres del bosque, tópicos que consiguen despertar nuestra simpatía. Quizás haya alguna repetición excesiva en los chistes de la pareja humorística, pero nada demasiado grave.

El diseño de personajes resulta seductor (exceptuando al humano adulto), aprovechando el carácter fabuloso de los mismos. Un diseño que cuida con esmero los detalles del entorno. Todo esto hace de Epic una película ideal para la familia, un entretenimiento de calidad el público infantil, y un rato pasable para los adultos.

Manuel Barrero Iglesias