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jueves, 13 de septiembre de 2012

El amigo de mi hermana


Your Sister's Sister (USA, 2011)
Dirección y guión: Lynn Shleton.
Intérpretes: Mark Duplass, Emily Blunt, Rosemarie DeWitt.
Música original: Vinny Smith.
Fotografía: Benjamin Kasulke.
Montaje: Nat Sanders.
Idioma: Inglés.
Duración: 90 minutos.



5/10

Comedia al uso con disfraz de indie


A pesar de que ya pasó la época, aún quedan resquicios de aquel cajón desastre llamado cine indie. Una etiqueta que todavía llevan algunas producciones, en su mayoría relacionadas de una forma u otra con Sundance. Lynn Shelton se dio a conocer con Humpday (2009), ganadora del Premio Especial del Jurado en el Festival creado por Robert Redford. Ahora nos llega su siguiente trabajo, del que no paran de repetir que fue rodado en 12 días.

Suponemos que ahí anda ese espíritu indie, en lo minimalista de su concepción y ejecución. Tres personajes, presupuesto mínimo y localizaciones escasas. Y esa pretensión naturista, esa búsqueda de la autenticidad a partir de una muy viva construcción de personajes. Shelton vuelve a la estructura de tres (parece que le gusta el número) actos muy bien diferenciados, como ya ocurría en su anterior obra.

El primero de ellos es el que más cerca está de conseguir su objetivo. Incluido un muy certero prólogo, la noche de borrachera tiene el tono adecuado, y ese tan difícil arte de contar mucho sin estar contando nada. Con todo el poso que se esconde en la aparente cotidianidad. Pero a partir de ahí, el film entra en los códigos de la comedia mainstrean de toda la vida. Y es ese choque el que El amigo de mi hermana es incapaz de soportar.

Un segundo acto que basa su supuesto encanto en equívocos, engaños y secretos. Trucos, alguno bastante forzado, que desequilibran la búsqueda de verdad tan bien edificada en el anterior tramo. Ni siquiera momentos como el de la cama compartida consiguen quitar ese regusto de deriva que va tomando el film. Lo peor viene en un tercer acto que abraza sin pudor los tópicos, con un sangrante desenlace en el que el personaje masculino pronuncia un discurso que apesta a peliculero. A cine del malo.

Previamente, no sabemos muy bien si por rellenar metraje, la autora se dedica a mostrarnos como reflexionan sus criaturas, cada una en su mundo interior. Si de verdad la intención era esa, no se entiende muy bien la introducción de una canción, una vez más al más puro estudio hollywoodiense, subrayando con obviedad las emociones. Y de paso, eliminando una autenticidad que empezó a evaporarse tras la resaca etílica.

El amigo de mi hermana se mantiene gracias a la excelente química de un reparto en absoluto estado de gracia, y a algunos momentos inspirados. Pero, en el fondo, no hay mucho detrás de este trabajo sobre relaciones. Casi todo está dicho en los primeros minutos, y el resto son clichés disfrazados de prestigio porque están dentro de una película pequeña y barata. Pero no cuela. Al menos, no para el que esto suscribe.

Manuel Barrero Iglesias


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