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lunes, 30 de enero de 2012

Arrugas

6/10
Arrugas (España, 2011).
Dirección: Ignacio Ferreras.
Intérpretes: Tacho González, Álvaro Guevara, Mabel Rivera.
Guión: Paco Roca, Igancio Ferreras, Ángel de la Cruz.
Música original: Nani García.
Fotografía: David Cubero.
Idioma: Español.
Duración: 80 minutos.



Sin arrugarse

Parece que nuestro país se apunta a la sana costumbre de adaptar novelas gráficas. Tras versiones de obras míticas -con más o menos acierto- como Mortadelo y Filemón o El Capitán Trueno, le toca el turno ahora a una más 'adulta''. El argentino-madrileño Ignacio Ferreras traslada Arrugas a la gran pantalla, con la colaboración de Paco Roca, autor mismo del cómic en el que se basa el film.

Una adaptación que capta con mucho respeto el propósito del original. Arrugas es la ficción hecha en España que con más acierto trata el tema del alzheimer. A ello contribuye la fina construcción de Emilio, personaje que vive en sus carnes la evolución de la terrible enfermedad. Como en ¿Y tú quién eres? (Antonio Mercero, 2007), la opción es mostrar el intervalo que comprende desde que se empieza a manifestar la enfermedad hasta terminar con el momento en el que empieza lo peor. De momento, parece complicado que alguien se atreva a mostrar la parte más dura de este mal.

Como no podía ser de otra forma, de fondo también anda la crítica de la situación que viven muchos ancianos en el mundo actual. Tratados como trastos viejos a los que hay que guardar en el desván (residencia) para que no molesten. Quizás algo redundante en su denuncia, que se hace demasiado evidente en ocasiones.

Ahí se encuentra el principal problema de la adaptación. Las cien páginas de la obra literaria van directas al grano, quitando toda la paja. Una concreción de la que el film adolece; ya que muchas veces se opta por reincidir en determinados temas, o darle excesivo dramatismo a otros, para adecuarse a la duración del formato cine.

Un absoluto acierto es el haber realizado la adaptación en formato animado. Una traslación en acción real hubiese restado mucho encanto a la propuesta. A pesar del trasfondo amargo, la película se esfuerza por resultar amable en todo momento. Y la animación potencia esa suavidad. Quizás haya ocasiones en las que se fuerce demasiado el sentimentalismo, especialmente en el final. Pero, la mayor parte del tiempo, se agradece ese equilibrio entre lo cruel y lo afable.

El conjunto destila sensibilidad, sin dejar de ser de una tremenda crudeza. Una película que se enfrenta a los problemas de la vejez con mucho respeto, pero también con honestidad y sin tapujos. Agridulce como la vida misma, Arrugas demuestra que otra animación es posible en España.



Manuel Barrero Iglesias




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