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jueves, 19 de enero de 2012

The Yellow Sea

8/10
Hwanghae (Corea del sur, 2010).
Dirección y guión: Hong-jin Na.
Intérpretes: Jung-woo Ha, Yun-seok Kim, Seong-Ha Cho, Chul-Min Lee.
Música original: Young-kyu Jang, Byung-hoon Lee.
Fotografía: Sung-je Lee.
Montaje: Sun-min Kim.
Idioma: Coreano.
Duración: 157 minutos.



Un mar de sangre

Na Hong-Jin confirma en su segundo trabajo las maneras que ya apuntaba en la descarnada The Chaser. La violencia del director coreano siempre se encuentra muy cercana a la realidad. En ocasiones, hasta duele. En su cine, no es algo ajeno que le ocurre a otros, no estamos ante un espectáculo que contemplar. Pocas veces se ha visto una violencia que el espectador sufra tanto en sus carnes. Esto es algo que estaba muy presente en su opera prima, aunque en este film también encontramos momentos de ese ‘realismo violento’.

Un realismo que impregna tanto la forma, como el fondo. Si su primera obra, ya contenía ligeros apuntes de cierta crítica social, The Yellow Sea se mete de lleno en ese terreno. De hecho, el director se ocupa casi exclusivamente de ello durante el tramo inicial. Incidiendo en las formas de vida de la zona, en la que hay que sobrevivir casi como animales. Inmigración ilegal, drogas, delincuencia, pobreza… desde el inicio Hong-Jin ya nos atrapa con un contexto desolador y muy real.

A partir de ahí, se edifica el retrato humano teñido de sangre y muerte. Los dos apasionantes personajes principales se ven envueltos en una imparable espiral, aunque ambos se encuentren en estados muy distintos. Mientras uno es ya un experto que se comporta como un gangster sanguinario, el otro es como un animal acorralado obligado a defenderse. Pero en el fondo, ambos son víctimas de la desesperación de aquel que no tiene que perder.

Dos directores que se nombran al hablar de The Yellow Sea son Pak Chan-wook y Michael Mann. Con su compatriota comparta no pocos elementos de la referencial Oldboy (2003). En cuanto al americano, es similar su gusto por los metrajes largos, las pausas prolongadas, y los clímax extenuantes, ya sea física o emocionalmente.

Y es que Hong-Jin irrumpe con una fuerza inusitada en el panorama del nuevo cine coreano. Sus imágenes son potentes, y su concepción visual tiene fuerza. Sabe ser pausado cuando hace falta, pero no se anda con rodeos a la hora de explotar. Un relato lleno de destrucción, una visión pesimista de un ser humano dedicado a autoliquidarse. Desde una dirección e interpretaciones brutales, The Yellow Sea se convierte en uno los thrillers más imponentes de la recién iniciada década, si no el que más.

Manuel Barrero Iglesias


















1 comentario:

  1. Peliculón, ahora me falta ver The chaser, que también tiene un pinta tremenda.

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