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miércoles, 3 de abril de 2013

Atlántida 2013: DESPUES DE LUCIA + OTEL.LO + STEALING SUMMERS


Comenzamos el repaso a la Sección Oficial de Atlántida con tres películas que se preguntan hasta dónde es capaz de llegar el ser humano. Tres filmes con resultados muy dispares, rodadas en lugares variopintos (México, Barcelona y Buenos Aires); pero todas nos hablan de lo miserable que puede ser la especie humana.


Por Manuel Barrero Iglesias


Después de Lucía (Michel Franco, 2012)

Muchos hablan de Haneke para contextualizar esta tremenda película, pero no solo del austriaco bebe el mexicano Michel Franco. Hay mucho del cine que se hace en su continente en Después de Lucía, mucho del cine argentino más oculto. Incluso del último cine rumano. Con una puesta en escena desprovista de superficialidades, el director narra esta historia a través de largos planos que toman una prudencial distancia con los personajes a los que filma.

Hay que destacar la habilidad de Franco para llevar el relato desde el dolor por la pérdida hasta el sufrimiento por el acoso en edad escolar. La transición que hace el director es impecable, y la forma en la que se retrata la miseria humana no es nada tremendista. La maldad no existe como tal en los individuos, aunque sí en sus actos. En cierto modo, los que causan daño, lo hacen desde la “inocencia”. O, si lo prefieren, desde la ignorancia.

Ahí está lo terrible de este relato. La vileza está unida de forma inseparable a la naturaleza humana. Cualquiera es capaz de ejercer violencia contra un semejante, y además no ser consciente de la gravedad de sus actos. O serlo, pero no importarle. La ruindad recorre un film que no para de golpear al espectador hasta noquearlo con ese final demoledor, quizás discutible, pero definitivamente impactante.


Otel.lo (Hammudi Al-Rahmoun, 2012)

Tomando a Shakespeare como referencia, Hammudi Al-Rahmoun construye una película que reflexiona sobre los límites entre el arte y la vida. Al igual que hacían recientemente los hermanos Taviani con Césardebe morir. Aunque si estos hablaban del poder redentor y rehabilitador del cine, el director de Otel.lo se centra en el lado perverso del mismo.

¿Hasta dónde es capaz de llegar un director para sacar el máximo de sus actores? ¿Dónde están los límites morales? El film no deja de plantear dilemas de difícil resolución. El mismo Al-Rahmoun interpreta al maquiavélico director capaz de cualquier cosa por su obra. Rodada como si fuera una especie de falso making off, la película logra incomodar en todo momento, especialmente por la presión a la que se ve sometido el personaje femenino (quien por cierto tiene que mucho que ver con la protagonista de Compliance, otra gran obra que podemos ver en Atlántida).

Quizás lo más flojo del film sea el trabajo de Youcef Allauoi quien interpreta a un Otelo que no alcanza el mínimo de credibilidad exigible. Por lo demás, poco se le puede reprochar a un trabajo de presupuesto ínfimo, rodado en tres días, y que consigue removernos.


Stealing Summers (David Martín Porras, 2011)

Una modernez tan vacía como sus protagonistas. Tres jóvenes extranjeros sin nada interesante qué hacer o qué decir, deambulando por las calles de Buenos Aires. Un guión lleno de lugares comunes y unas interpretaciones más bien lamentables (des)dibujan una película que nunca sabemos muy bien qué quiere ser.

Con lo fácil que es mostrar un triángulo amoroso en el cine -hay cientos de ejemplos-, Martín Porras es incapaz de construir uno que tenga una mínima consistencia. Por no hablar de esa especie de thriller chusco que se saca de la manga, suponemos que para darle algo más de emoción al invento.

Es Stealing Summers una película que se parece a muchas, pero que no copia nada bueno de ninguna.

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