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lunes, 4 de febrero de 2013

El último desafío


The Last Stand (USA, 2012).
Dirección: Kim Ji-woon.
Intérpretes: Arnold Schwarzenegger, Eduardo Noriega, Forest Whitaker, Johnny Knoxville, Luis Guzmán, Peter Stormare, Zach Gilford, Jaimie Alexandre, Génesis Rodríguez.
Guión: Jeffrey Nachmanoff, Andrew Knauer.
Música original: Alan Silvestri.
Fotografía: Ji-yong Kim.
Montaje: Steven Kemper.
Idioma: Inglés.
Duración: 107 minutos.



5/10

Arnold ha vuelto


La vuelta de Schwarzenegger al cine, al menos como protagonista, no ha creado el revuelo que se podía esperar. Para su “esperado” regreso ha elegido el debut americano del reputado director coreano Kim Ji-woon, responsable de películas como Dos hermanas, A bittersweet life o Encontré al diablo.

La cosa trata de un narcotraficante mejicano, interpretado por Eduardo Noriega, que se fuga cuando está siendo trasladado. Mientras, un sheriff de un pueblo fronterizo intenta disfrutar de su día libre cuando se empiezan a suceder diversos actos delictivos en este tranquilo pueblo, crímenes que tendrán como objetivo ayudar a que el delincuente fugado consiga cruzar la frontera por dicho pueblo, cosa que el bueno de Schwarzenegger intentará evitar con ayuda de sus variopintos ayudantes y algunos de los personajes más grotescos que habitan el pueblo.

Lo cierto es que la película está mucho más cerca de las coordenadas que definen el cine del facha austriaco que de la cinematografía del director coreano. Se trata de una película de acción sin demasiadas pretensiones y cargada de humor absurdo. Una pequeña película de acción de bajo presupuesto con una gran capacidad para la autoparodia, especialmente gracias al personaje de Arnold, lo cual no quiere decir que los chistes que se hagan sean graciosos.

La película está compuesta principalmente por dos tramas: una es la que protagonizan el narcotraficante fugado y el policía -interpretado por Forest Whitaker- que estaba a su cargo cuando esto sucede, la cual se intenta contar de la manera más seria posible; y por otro lado, los avatares de este sheriff mazado y sesentón que pelea por mantener la paz en el pueblo junto a (y a pesar de) un grupo de personajes absurdos destinados a poner el toque de humor a la película.

Lo cierto es que ninguna de las dos tramas funciona especialmente bien, pero por lo menos con la segunda nos llegamos a entretener. Arnold muestra estar libre de prejuicios y se ve inmerso en escenas realmente tontorronas que conseguirán sacar más de una carcajada de entre el público menos exigente. Sigue siendo el actor limitadísimo que era cuando estaba en lo más alto de su carrera (eso no ha cambiado), pero por lo menos ahora uno se queda con la sensación de que él es más consciente de ello y que, por lo tanto, consigue sacarle más partido.

Lo cierto es que Schwarzenegger podría haber vuelto con una película más grande, con más presupuesto y efectos especiales; pero en cambio ha decidido hacerlo con una modesta película de acción cargada de humor que nunca llega a molestar, y que si uno la ve liberado de prejuicios, puede llegar hasta a entretener.

David Sancho



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