Social Icons

jueves, 2 de febrero de 2012

Olivia Newton-John: The one that we want


Su filmografía no llega a la decena de títulos. Y sin embargo, es un mito cinematográfico. Y lo es, básicamente, por uno de esos trabajos. Hace más de 30 años protagonizó Grease (1978), y ahí quedó para siempre inmortalizada en el celuloide. Siempre recordaremos su Sandy Olsen en una película-fenómeno que traspasa -y lo seguirá haciendo- épocas. Tan kitsch y hortera, como deliciosa. ¿Quién, con un mínimo de sentido del humor, es capaz de resistir los encantos de un musical tan desenfadado?

Olivia Newton-John es una actriz circunstancial. Ante todo, es cantante. Así, gran parte de sus apariciones en la pantalla han sido en musicales. Su debut se produjo en Funny Things Happen Down Under (1965), con solo 17 años. En 1970 apareció en Toomorrow, película a la que daba nombre un grupo en el que fue seleccionada para formar parte. Durante los siguientes ocho años, Olivia se centró en su carrera como cantante, editándose en ese intervalo más de una decena de álbumes en solitario. Es decir, un brutal ritmo de disco por año (a veces, dos). Incluso participó en el Festival de Eurovisión en 1974 representando a Reino Unido. 'Long Live Love' quedó en cuarta posición de una edición ganada por ABBA.

A finales de los 70 llegó el arrollador éxito de Grease, al que sucedieron dos rotundos fracasos cinematográficos a principios de los 80. Peculiar es el caso de Xanadú (1980), un film delirante. Una locura que reunía a la rubia estrella emergente con una vieja gloria del calibre de Gene Kelly. Sus pretensiones y su extraño resultado precipitaron la caída con estrépito de esta obra, que hoy en día unos cuantos consideran 'de culto'. Eso sí, musicalmente es irreprochable, y su tema principal es de una belleza embelesadora.

Después de aquello, un último intento de recuperar el gancho comercial. Para ello, nueva reunión con Travolta en el primer film no musical de Olivia. Tal para cual (1983), una muy ochentera comedia, que no dio los resultados esperados. Nuestra protagonista tardó trece años en volver a la gran pantalla. Su ritmo musical también decayó bastante, publicando cada tres-cuatro años. Ya fuera por la maternidad, por su dedicación a las causas humanitarias, o por el diagnóstico de un cáncer en 1992; su carrera artística se vio considerablemente reducida.

Alguna participación televisiva a principio de los 90 precede a su vuelta que se produce en el drama Fiesta de despedida (1996), sobre un enfermo de SIDA. Sus últimos trabajos son ya en el nuevo siglo, y más cercanos a la comedia. Sordid Lives (2000), Score: A Hockey Musical (2010) y Una boda de muerte (2011). En esta última, incluso se intenta desmelenar con un papel bastante excesivo. Es en el terreno musical donde ha regresado a la productividad de antaño, volviendo al ritmo de álbum por año (o casi).

Pero para los cinéfilos -y para el mundo- Olivia Newton-John es, y siempre será, Sandy Olsen. Cómo no recordar temas como 'Summer Nights', en los que su voz sobresale sobre todas las demás con una fuerza irresistible. Ella conseguía que una balada destinada a ser insufrible ('Hopelessly Devoted to you'), se nos hiciera hasta agradable. Y qué decir de esa transformación, y su mítico final vestida de negro. Poco nos importa que rodara con 29 años un papel de una chica de instituto. Imposible imaginar otra Sandy que consiguiera transmitir tanta inocencia.

El cine ha tenido la suerte de oírla cantar en varias ocasiones. Y muy agradecidos que estamos. Una voz que te atrapa, y no deja que te vayas. Te conquista con una exquisita combinación de potencia y candor. Una auténtica delicia a la que da gusto ver y escuchar.

Manuel Barrero Iglesias

1 comentario:

  1. Olivia ha sido una cantante- actriz desaprovechada, pero como otras como Diana Ross o Whitney Houston.

    ResponderEliminar

 
 
Blogger Templates