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viernes, 21 de octubre de 2011

Otra Tierra


4/10
Another Earth (USA, 2011)
Dirección, fotografía, montaje: Mike Cahill
Intérpretes: Birt Marling, Matthew-Lee Erlbach, William Mapother, Jordan Baker, Flint Beverage.
Guión: Mike Cahill, Brit Marling.
Música original: Fall On Your Sword.
Idioma: Inglés.
Duración: 92 minutos.



Otro drama


La redención siempre ha sido un tema atractivo para el cine y la literatura. Un camino de luz que recorren aquellos que se arrepienten de un oscuro pasado. El paso del tiempo despierta la mala conciencia del mal cometido, a la que siempre es bueno darle un buen lavado. Pero hay otro tipo de búsqueda de redención. La de aquellos que han lastimado sin tener ninguna intención de hacerlo. Accidentes que destrozan vidas ajenas, y que a la vez destrozan la de uno mismo.

A este último grupo pertenece Otra Tierra. Un sorprendente descubrimiento en el firmamento (un planeta Tierra exactamente igual al nuestro) provoca que una joven con aspiraciones astrónomas se distraiga en la conducción de su vehículo, provocando un choque que resulta mortal para un niño pequeño y su madre, quedando en coma el padre de la familia.

Más allá del temporal castigo carcelario (que dura cuatro años, y es carne de elipsis), la condena que sufre la protagonista va mucho más allá. Vivir con la certeza de que le has quitado la vida a dos personas. Y aún peor, saber que se la has destrozado a otra que sigue viva. ¿Pero cómo se consigue reparar un daño de tal calibre? Es muy complicado, porque aquí no vale con hacer buenas acciones que limpien la memoria del vil pasado. No hay nada de romanticismo en la redención de nuestra protagonista. Y sí hay mucho dolor.

Básicamente, a esto se reduce la película. El proceso mediante el cual Rhoda se introduce en la vida de John, intentando arreglar algo el dasguisado que provocó involuntariamente. El debutante Mike Cahill nos lo cuenta todo con bastante sensibilidad. Tampoco aporta nada nuevo a la temática, pero la película se deja ver con facilidad hasta el tramo final, que es donde cobra importancia el elemento fantástico.

Un elemento que durante todo el film ha sido un simple contexto, llegando incluso a dar la sensación de ser un añadido para darle algo de exostismo al film. Apenas se profundiza en la presencia del otro planeta. No se explotan las posibilidades que ofrece el que haya una réplica exacta de nosotros mismos. Una idea con gancho con la que no saben qué hacer.

Al final, sirve para darle una resolución de lo más naïf a la problemática que centra el argumento del film. Hubiera sido de agradecer que se hubieran atrevido un poco más, que hubiesen ido más allá. Pero pareciera que les diera miedo adentrarse en el terreno de lo desconocido. En su lugar, la película se queda en un territorio perfectamente reconocible. Un drama más.


Manuel Barrero Iglesias




1 comentario:

  1. Un dramón en la vida del cinéfilo no va mal para darse cuenta que la vida propia no lo es tanto ;)

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