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jueves, 20 de octubre de 2011

Sitges 2011: RED STATE y ATTACK THE BLOCK

Las ganadoras
 



Red State


Kevin Smith, icono del cine independiente estadounidense de los 90s, últimamente no levantaba cabeza. Con Red State intenta resurgir con cierto éxito dejando de lado sus habituales comedias sentimentales para cambiar radicalmente de registro y adentrarse en el terreno del horror y la violencia con un fondo de crítica sociopolítica. Para ello, se ha basado en la Iglesia ultra-cristiana estadounidense Westboro Baptist Church y las radicales opiniones de su líder Fred Phelps como que “Dios odia a los homosexuales”.
La película empieza con un interesante planteamiento y presentación de los personajes, crea intriga, pero en cierto punto pierde el control de una manera demasiado abrupta y sin sentido para rematar con un discurso final un tanto burdo en sus intenciones. Lo que la salva en algún modo es el reparto de actores con el que cuenta, en especial la excelente interpretación de Michael Parks en el papel del pastor, así como Melissa Leo como hija de este y John Goodman como el policía encargado del asalto a la sede ultra-cristiana.
Sin duda de mejor calidad que sus últimos estrenos y buen intento por parte de Kevin Smith para refrescar su filmografía, pero lamentablemente no se merece nada más allá que unas palmaditas en la espalda. 



Attack the Block


Se podría decir que hay una cierta tendencia últimamente por parte de algunos directores que crecieron con el cine de los 80s de recuperar las historias de entonces actualizándolas a los tiempos que corren, en este grupo podríamos encuadrar a J.J. Abrams con Super 8 y Joe Cornish con Attack the Block. En este caso toma las películas de adolescentes contra criaturas del espacio pero preguntándose si, en vez de como siempre caer precisamente en tierras de barras y estrellas, lo hicieran en un barrio problemático de Londres.

Unos pequeños delicuentes, pero niños al fin y al cabo, se verán perseguidos por las terribles criaturas alienígenas involucrando en su frenética andadura a traficantes de drogas, un cliente de clase acomodada de estos, una joven vecina a la que ellos mismos acaban de atracar esa misma noche y otros jóvenes vecinos del bloque. Con estos elementos Joe Cornish compone una divertida aventura que hace disfrutar al espectador a ritmo de hip-hop y electrónica. 

M. Lofish

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