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domingo, 9 de octubre de 2011

Sitges 2011: HELL y ANOTHER EARTH

Hell 
En el género fantástico hay temas estrellas que se repiten de forma cíclica. Uno de los más recurrentes es, sin duda, el fin de la humanidad (que ya decíamos que tiene gran presencia en la edición de este año). En los últimos años, además, podemos observar que se impone la tendencia de tratar el tema desde una perspectiva lo más realista y austera posible. Filmes en los que el fin de los tiempos se convierte en una vuelta al principio. La lucha por la supervivencia, pura y dura. Con la dificultad añadida de una terrible escasez de recursos, que es el tema favorito de los filmes apocalípticos más recientes. Recuerdo como pionera a El tiempo de lobo (Michael Haneke, 2003), o títulos más recientes como La carretera (John Hillcoat, 2009).

Menciono estos dos títulos no por casualidad, ya que Hell comparte con ellas (especialmente con la última) otra característica. La forma de reflejar el comportamiento humano. En circunstancias extremas, casi que podemos dividir el mundo en dos: los que acuden al amor y la solidaridad como única forma de mantener la escasa humanidad que les pueda quedar. Por otro, los que quieren sobrevivir por encima de todo, aunque para ello tengan que pisar al más débil. Ambos, matizados por el miedo y la desconfianza.

Pues ésta es la senda que sigue Hell. Una perspectiva muy vista últimamente. Aunque la ópera prima del suizo Tim Fehlbaum intenta darle una entidad al grupo de "villanos", que en otras películas aparecen demasiado caricaturizados (recordemos A ciegas). Fehlbaum les hace comportarse de la forma más deshumanizadora posible, para luego hacernos llegar su humanidad. Es ese pretendido contraste lo más estimulante de un film que, sin embargo, se va perdiendo en continuos golpes de efecto que intentan aportar tensión, pero que terminan siendo una rémora.



Another Earth

Pero también el drama es un género con sus temas recurrentes. Uno de los clásicos es el de la redención. Alguien que comete un terrible error en su vida, y cuya obsesión es intentar subsanar el entuerto. O, al menos, compensar a la persona perjudicada en lo posible. 

Another Earth sigue el esquema clásico de alguien que oculta su identidad para acercarse a otro alguien a quien termina ayudando. En este sentido el film del también debutante Mike Cahill, no difiere mucho de otros similares. 

En este caso es la introducción del elemento fantástico la que le concede a la película lo único original. La presencia de otro planeta Tierra exactamente igual al nuestro (personas incluidas) es la atractiva premisa con la que se inicia el film.

El problema es que la introducción de esta variable queda relegada a un muy segundo plano. Hubiera estado bien que el director se hubiese atrevido a imaginar más la interacciones entre ambos mundos. Entendemos que supone un gran riesgo, y que el peligro de caer en contradicciones e inverosimilitudes es grande. Pero visto que dándole un tratamiento tan somero, Cahill ya cae en esos errores, seguro que un ejercicio de mayor  imaginación hubiese resultado mucho más plausible.

Al final, parece que la segunda Tierra sólo es algo metido con calzador para darle un toque exótico a este tópico drama. Ah, y para darle una resolución de lo más naïf. En fin, una idea con gancho lamentablemente desaprovechada.

Manuel Barrero Iglesias

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