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lunes, 3 de septiembre de 2018

Crónicas: Venecia 2018 (II)


Por Paulo Campos


Los días pasan y Venecia no para. Muchas películas, tormentas espectaculares -y no sólo cinematográficas- y comienzo mi segunda crónica con tres películas diferentes que se pasaron por el Lido. Hoy os voy a hablar de:



Doubles vies (Olivier Assayas. Francia, 2018)
Sección Oficial

El cine de Assayas levanta pasiones, no tan encendidas como otros directores, pero así desde comienzos de siglo se ha convertido en uno de los directores de referencia del cine francés. En esta película -que fue bien recibida en sala, aunque con cierta indiferencia al pasar los días en el Festival- demuestra sus puntos fuertes: una dirección de actores naturalista y equilibrada y un guion de hierro que los mismos sueltan como ríos de palabras vacías, de esas conversaciones que todos imaginamos que tienen los burgueses franceses que parecen incapaces de hablar de temas inocuos o para mortales. Y todo ello aderezado con la obsesión primitiva francesa, que son las relaciones de amor, siempre hay otro, siempre hay otra, y nunca parece afectar más que unos insignificantes segundos.

La sinopsis es sencilla, dos parejas que se quieren, que se engañan, un escritor que utiliza su vida para escribir “no ficción”, un editor que ya no traga porque sospecha... y entre medias, referencias meta, como el grupo hablando de contratar a Juliette Binoche para un audio libro, despertando así las risas de la sala. Ellos bien, ellas genial, una actriz que no conocía que se sale, Nora Hanzawi, y un rato muy agradable en el cine.

En cuanto a pronósticos, ya digo que la película se fue diluyendo con el paso de los días, aunque si quiere premiarla el Jurado, el guión no es nada desdeñable y pueden ir por ahí. De momento, otro de los grandes nombres que no decepciona, aunque tampoco entusiasma.


The Other Side of the Wind (Orson Welles. Francia-Irán, 2018)
Fuera de concurso

¿Es una ficción? ¿Es un documental? ¿Es video-arte? Pues ninguna de las tres, para mí es una broma de un grupo de gente que sabe mucho y utilizando el extensísimo metraje que dejó Welles de ésta, su película no acabada, recrean la que puede ser una película sobre un director adorado por los suyos, odiado por los modernos de su tiempo, que estrena la que va a ser su película más ambiciosa. El punto de partida está claro, lo que hubo que hacer es coger aguja e hilo, y ponerse a juntar imágenes para que tuvieran algún sentido. Algunas partes lo tienen, otras no lo necesitan. El grupete majo, comandado por Peter Bogdanovich, sabe que tiene entre manos algo lo suficientemente atractivo como para que nos cause interés. Queremos volver a ver a John Huston, a Mercedes MacCambridge y por supuesto saber como concebían hace 40 años un cine que nunca llegó a existir. La interpretaciones no son parte importante de la película, no tienen mucho sentido, por mucho que Huston sí medio consiga crear ese personaje de un director genial a la par que repulsivo, exagerado y ególatra al que todos lo ríen las gracias. Igual se inspiró en el propio Welles.

Es de digestión complicada, pero una pieza de auténtico interés cinematográfico. Su valor reside en el “cómo se hizo” a la hora de rodarse -nostalgia pura- y a la hora de crearse, porque el trabajo de montaje es titánico. Hacer algo con un poco de sentido con 100 horas de metraje debió requerir un esfuerzo descomunal. Digo desde ya que yo los nominaba al Oscar al mejor montaje y me quedaba tan ancho.


El tercer día del Festival llegaba la que, a priori, puede dar más guerra en la temporada de premios, eso es lo que me pareció

A Star is born (Bradley Cooper. Estados Unidos, 2018)
Fuera de concurso

Sin duda por el buzz que se había creado alrededor la ópera prima de Cooper, era uno de los puntos fuertes del Festival. No defraudó en cuanto a expectación. La sala llena para ver qué había hecho con un material tan conocido, una historia con la que todos crecimos, que hemos visto una y otra vez. Y al final, pues salió como todo el mundo esperaba; una película correcta con sus puntos fuertes y sus puntos débiles. Empezamos:


-Cooper mejor como actor que director

La creación del personaje de Cooper es superior a la de anteriores versiones, una interpretación de las que marcan una carrera de estrella, sudada, pensada, concebida para el lucimiento. El bueno de Bradley lo sabe, no deja escapar ni una escena en la que pueda lucirse, y verdaderamente lo hace. En su labor como director digamos que sabe dar al público lo que quiere ver, esto es un gran halago, pero lo que quizá no lleve tan bien es la forma de dárselo. Como buena estrella, sabe que el público quiere verlo a él, antepone su estrellato como actor a su labor en la dirección, y eso afecta a la película. Un primer acto simple para a una orquesta con más músicos en escena y Cooper se pierde un poco, parece que “vaguea” algo, para llegar en una forma estupenda a un final apoteósico.

-Gaga bien

Era una de las bazas de la película, ver cómo estaría Lady Gaga. Tengo que reconocer que me costó verla al principio, de hecho, en las primeras escenas temí que tirara por la borda todo el proyecto. Pero se va creciendo a lo largo de la peli, encima del escenario es brutal, lo da todo y me la creo, debajo del escenario le veo demasiado los trucos que le da Cooper para actuar. De todas formas, cumple con creces y será uno de los papeles femeninos del año

-Música

Del country al pop más absurdo, con tres o cuatro piezas puntuales que convierten a la película en una potencial arrasa taquillas del otoño. Las más relevantes para la película son “Shallow” y “I never love again”, que marca el final y que dejará a mucha gente con la canción a la cabeza.

-En resumen

Pues una película más que correcta, que se ve muy bien, aunque se echa de menos algo de novedad. Demasiado vista, demasiado lugares comunes, ya no sólo en la historia -es un remake de una película del 37-, sino en las formas de contárnoslo. Creo que si haceis un esfuerzo podeis crear la peli en vuestra cabeza y no distará mucho de la realidad

-Oscar

Sí, va a estar en la pomada, va a ser un exitazo de taquilla, va a tener muchos fans y muchos votantes saldrán de la sala encantados por ese potentísimo final de la Gaga a losJennifer Hudson. Así que a ojo de buen cubero tiene peleas en varias categorías y la Gaga se lo va a trabajar hasta el día de las nominaciones.


Tres películas diferentes, tres formas de entender el cine. Y más que habrá. Porque aquí hay para dar y tomar, el pelo o no. Saudiños

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