Críticas: Terminator Génesis

3/10

Terminator Genisys (USA, 2015)

Dirección: Alan Taylor.

Intérpretes: Emilia Clarke, Arnold Schwarzenegger, Jason Clarke, Jai Courtney, J.K. Simmons.

Guión: Laeta Kalogridis, Patrick Lussier; sobre los personajes de James Cameron y Gale Anne Hurd.

Música original: Lorne Balfe.

Fotografía: Kramer Morgenthau.

Montaje: Roger Barton.

Idioma: Inglés.

Duración: 126 minutos.

Requiescat in pace

Por Ricardo González Iglesias

La responsabilidad que conlleva abordar la nueva entrega de una de las sagas cinematográficas más reconocidas de las últimas décadas no parece haber pesado en parte del equipo más que el mero afán pecuniario de la utilización de su nombre y personajes. La insultante e intrusiva narrativa de Terminator Génesis, respecto a la magnífica primera entrega, demuestra la falta de escrúpulos y la degeneración palmaria de la franquicia, sobre todo si añadimos a la lista la fallida predecesora Terminator Salvation.

Las turbias interferencias que la historia del film se permite introducir, junto con imágenes, personajes y secuencias inspiradas o directamente fusiladas, fundamentalmente de Terminator y Terminator 2, bastan para enterrar bajo una losa demasiado pesada a un blockbuster condenado a la extinción, a imagen y semejanza de los humanos que lo pueblan con incansable espíritu de supervivencia. 

El director Alan Taylor, con una brillante carrera televisiva al alcance de muy pocos, y que cuenta en su filmografía con la digna Thor: el mundo oscuro, descarrila en esta ocasión sin remisión. La falta de profundidad de los personajes y el copernicano giro en su construcción no se justifican ni cimientan lo suficiente sobre una historia que intencionalmente hace aguas para dejar paso, si nadie lo remedia, a futuras entregas paralelas que aportarán entre muy poco o nada a una saga demasiado vapuleada ya como para tener una honrosa continuidad en el futuro.

Una correcta realización de las secuencias de acción, junto a una ironía que emerge de cuando en cuando del personaje de Arnold Schwarzenegger (rejuvenecido en algunos pasajes por obra y gracia del efecto digital), son el escaso bagaje de un film que funciona como un pálido y borroso recuerdo de lo que la saga Terminator fue y ya no es, dinamitándola narrativamente y malgastando los elementos que la convirtieron en un éxito. Terminator Génesis se convierte así en el Skynet de la franquicia, en un Caballo de Troya cuyo único y dudoso honor quizás pueda ser el de convertirse en inmerecido epílogo de un trocito de la historia del cine.