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jueves, 18 de septiembre de 2014

Entrevistas: Amor en su punto

Ya está disponible en DVD y Blu-ray Amor en su punto, gracias a Twentieth Century Fox Home Entertainment. La película se estrenó el pasado mes de mayo en las salas de cine, y supone el segundo trabajo en la dirección de Teresa de Pelegrí y Dominic Harari. Richard Coyle interpreta a un periodista gastronómico de Dublín de éxito profesional, pero desastroso en las relaciones. Entonces aparecerá en su vida, el personaje de Leonor Watling, una española con la que tiene muy poco en común, pero de la que se enamora perdidamente. Recuperamos ahora la charla que tuvimos con el equipo con motivo de su estreno en la gran pantalla, recogiendo algunas de las declaraciones de Pelegrí y Watling.
 

Por Manuel Barrero Iglesias

Fotos: Silvia D.


La directora nos cuenta el origen del proyecto: “Teníamos ganas de relaciones. Luego leímos una cita de George Bernard Shaw, que decía que no hay amor más sincero que el amor por la comida. Conocemos mucha gente que están más centrados en su estómago que en la gente que tienen alrededor. Es una metáfora, sobre que prioridad das a tus placeres por encima de otras personas. Entonces creamos el personaje de Oliver, al que le importaba más el estómago que la mujer que tenía delante. Y a partir de ahí surgió la historia y la relación. Nos apetecía también hacer que la comida fuera el campo de batalla de todas las guerras que tiene esta pareja. Y hablar de los momentos de cada día, no tanto de la cocina de alto nivel”.


El film, efectivamente, reflexiona sobre las dificultades que implica mantener una relación sentimental: “Alain de Botton dice que el matrimonio es un contrato que firman dos personas en nombre de dos personas a las que todavía no conocen. Tú prometes pasar el resto de tus días con alguien que dentro de treinta años va a ser una persona diferente. Dicho así, acojona. En la película creo que es así. No están preparados para estar juntos cuando se encuentran por primera vez, y están durante toda la película con ese tira y afloja. El desencuentro es absoluto hasta que se encuentran al final, que es un poco abierto. Parece que sí están preparados, pero queda mucho…”.

La película también apuesta por el encuentro cultural, siendo los protagonistas un irlandés y una española. El rodaje tuvo lugar en Dublín, y nos interesaba saber si el lugar escogido fue una decisión inicial o tuvo más que ver con cuestiones de producción: “En nuestra historia, ella siempre era española y él anglosajón. Teníamos dos opciones, rodar en Londres o en Dublín. Por cuestiones de financiación, era más fácil  rodar en Dublín. Y la verdad es que nos alegramos mucho, porque es una ciudad muy especial, y nos ha dado la oportunidad de mostrar un Dublín diferente al que normalmente se muestra, que es el húmedo, gris y deprimido. También tiene un lado romántico, luminoso y verde; y ese es el que hemos querido mostrar”.

La entrevista tuvo lugar en el Club Kitchen, mientras un cocinero preparaba en vivo algunos platos. En ese ambiente, muchas de las preguntas dirigidas a Leonor Watling estaban centradas en el aspecto culinario. Reflexionando sobre los diferentes usos que se le puede dar a la cocina: “Ocupa tanto tiempo en nuestra vida, y sirve para contar tantas cosas…Por eso es normal que haya mil programas de cocina. Aunque sea por negación, la cocina te ocupa tres veces al día. Y si me dijeras otro país, pero en España todo gira alrededor de la comida”.

 
¿Y qué hay de ese tópico de la “conquista por el estómago”?: “No conozco a nadie que se le gane por el estómago. Es genial, pero no conozco a nadie que se meta en la cama con alguien por cocinar bien”.

Otro de los grandes tópicos en cuanto a la comida, es que como la de la madre de uno, no hay ninguna: “Eso creo que lo tenemos todos. Es el sabor al que te acostumbras y con el que relacionas tu infancia”.

La actriz se encuentra en un parón en lo que a proyectos cinematográficos se refiere, algo provocado por diversos motivos: “Es una mezcla de todo. Tengo dos hijos, y tengo Marlango. Tengo el beneficio de poder elegir mucho, aunque es verdad que cuando te pones a elegir se te escapan cosas. Y que cuando tienes dos niños pequeñitos lo que más te apetece no es irte a rodar por ahí. Y con Marlango tocamos mucho. Entonces, entre que no hay tantos proyectos como antes, mi situación personal y Marlango…

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