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viernes, 6 de julio de 2012

Kevin Smith: Quién te ha visto y quién te ve

Clerks
Hay pocos directores en el cine actual que prometiesen tanto en sus inicios como Kevin Smith, y que posteriormente hayan caído tan bajo como este.

Todo comenzó con una pequeñísima comedia independiente financiada con su propio dinero, rodada en el supermercado en el que trabajaba, y con un equipo formado por amigos suyos. La película se llamaba Clerks (1994) y fue un rotundo éxito, sobre todo por lo bajo de su presupuesto, convirtiéndose rápidamente en una película de culto. Se trataba de una comedia cotidiana y absurda a partes iguales, en la que ya se dejaba entrever la gran afición de Smith hacia los comics, la ciencia ficción y demás intereses habitualmente atribuidos a los freaks. También mostraba una especial habilidad a la hora de escribir diálogos ingeniosos.

La película fue comprada por Miramax, los cuales quedaron tan contentos con Smith que le dieron un presupuesto en condiciones para rodar su segunda película, Mallrats (1995). Aunque los resultados en taquilla no fueron como los de Clerks -tampoco las críticas-, volvió a calar entre el público joven por lo cercano de sus personajes y lo irreverente de su humor. Una de las claves de su éxito residió en darles mayor relevancia a los personajes de Jay y Bob el Silencioso, interpretado este último por el propio Smith, los cuales aparecían en su anterior película pero con mucho menos protagonismo. De Mallrats también hay que resaltar la aparición de dos actores que se convertirían en asiduos de su cine, Jason Lee y Ben Affleck.
Persiguendo a Amy
Para su tercera película como director, Perisguiendo a Amy (1997), Smith contó con Lee y Affleck para protagonizarla, además de Joey Lauren Adams, que también tuvo un pequeño personaje en Mallrats. Persiguiendo a Amy fue la película de Smith con mejor acogida por parte de la crítica y seguramente sea la mejor de su filmografía. Se trata de un drama con toques cómicos que relata la complicada relación entre un escritor de comics y una lesbiana. Lo hace con una naturalidad asombrosa, con el sentido del humor y el frikismo del que había hecho gala en sus anteriores películas, pero de una manera sorprendentemente equilibrada. Sin duda es una de las películas independientes más interesantes de los 90.

Así cerraba Smith la que acabó denominándose como la Trilogía de New Jersey, la cual le aportó un gran respeto por parte de crítica, público e industria.

Dogma
En 1999 Smith estrenaba Dogma, ambiciosa comedia en la que intentaba reflexionar acerca de la religión. En esta ocasión contó con Ben Affleck y Matt Damon, los cuales ya se habían hecho un nombre gracias al éxito de El indomable Will Hunting; además de otros actores de prestigio como Alan Rickman, Linda Fiorentino y Salma Hayek. También destacaba la presencia de la cantante Alanis Morissette en el papel de Dios, y del genial cómico George Carlin, el cual volvería a colaborar con Smith en el futuro.

La película tuvo una acogida desigual por parte de la crítica y no tuvo la recaudación esperada. Sin ser un serio traspié dentro de la prometedora carrera del director y guionista, lo cierto es que Dogma supuso un considerable descenso en lo cualitativo debido a lo pretencioso de su argumento. Por lo menos consiguió hacer que se hablase mucho de él debido a las airadas críticas por parte del sector más conservador de la Iglesia Católica.

Posteriormente, Kevin Smith tiró por lo que supongo que él pensó que era el camino fácil, haciendo una película para el lucimiento de sus dos personajes más populares. La película se llamó Jay y Bob el Silencioso contraatacan (2001).

Kevin Smith
La película recaudó lo mismo que Dogma pero con un presupuesto dos veces más alto, además de recibir críticas negativas. Esta vez Smith pecaba de comercial y entregaba una cinta que mezclaba su peculiar sentido del humor con los chistes facilones de las películas para adolescentes.

Lo que acabó por dejar a Smith sin ningún tipo de crédito fue su sexta película, Una chica de Jersey (2004), en la que juntaba a Ben Affleck y Jennifer Lopez. Supuso su película de mayor presupuesto, destinado en su mayoría a pagar los sueldos de sus protagonistas, y su mayor fracaso en taquilla. Dicho fracaso es absolutamente lógico ya que se trata de una película que no tiene absolutamente nada de lo que hizo a Kevin Smith tan prometedor, sino que es una comedia romántica/dramática de medio pelo que no convenció a nadie. Un despropósito total que muchos achacaron a la reciente paternidad del director, y a su nueva visión del mundo debido a ello.

Dos años después intentó recuperar el favor de la crítica y el público rodando la secuela de su película más exitosa hasta la fecha. Clerks 2 (2006) tuvo buena acogida en taquilla y las críticas no fueron del todo malas, pero aun así, quedaba lejos de lo esperado. Smith no consiguió rescatar el espíritu de sus primeras películas y seguía impregnando todo de la ñoñería de la que iba sobrada su anterior película. Aun así, mucho vimos una posible vía de redención para Smith, principalmente porque deseábamos volver a verle hacer grandes cosas.

¿Hacemos una porno?
Con su siguiente película, ¿Hacemos una porno? (2008), Smith volvía a quedarse a medio camino de todo, volviendo a excederse con el azúcar e intentando contrarrestarlo con chistes que rozaban el mal gusto. El resultado fue una película mediocre que si bien no le hundió, tampoco le ayudó demasiado.

En 2010 dirigiría su primera película basada en guión ajeno. Vaya par de polis, protagonizada por Bruce Willis y Tracy Morgan (30 Rock) resultó ser casi tan horrible como Jersey Girl. Lo cierto es que se le quedaba muy cerca. No hay mucho que decir sobre la película más allá de que es una comedia de encefalograma plano que a duras penas consiguió recuperar lo invertido en ella.

Red State
El giro final dentro de la carrera de Smith llegó hace bien poquito con Red State (2011), con la cual cambia de género y se adentra en el mundo del terror y la acción. La película ha tenido críticas dispares y hasta ha conseguido alzarse con varios premios en el festival de Sitges. Mi opinión acerca de la película se puede leer en esta página, así que resumiré diciendo que se nota que Smith nunca ha estado interesado en el aspecto visual de sus películas (palabras suyas en una conferencia, no mías). Y que aunque tiene un discurso interesante, este se vuelve en su contra al repetirlo en exceso y caricaturizarlo, quedando en nada. Y encima tuvo el valor de decir que era una película muy artística cuando grabó el vídeo de agradecimiento para Sitges, ver para creer.

La verdad es que yo ya he perdido cualquier esperanza de que Smith recupere su pulso narrativo y simplemente me intereso por sus proyectos fuera de la gran pantalla, como por ejemplo su serie para AMC, Comic Book Men, en la cual vuelve a tratar los temas que tanto le apasionan y desde una perspectiva bastante curiosa. Centrarse en sus temas, aunque sea fuera del cine, puede que sea el camino a seguir para que consigamos perdonarle por sus pecados… ya se verá.


David Sancho

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