Social Icons

domingo, 5 de junio de 2011

Críticas: Sin identidad

Unknown (USA-Canadá-Francia, 2011).
Director: Jaume Collet-Serra
Intérpretes: Liam Neeson, Diane Kruger, January Jones, Aidan Quinn, Bruno Ganz, Frank Langella.
Guión: Oliver Butcher, Stephen Cornwell.
Música original: John Ottman, Alexander Rudd.
Fotografía: Flavio Martínez Laviano.
Montaje: Timothy Alverson.
Idiomas: Inglés, alemán, turco.
Duración: 113 minutos.


Perder los papeles

Por Jorge R.


La trayectoria de Jaume Collet-Serra le convierte, desde sus comienzos, en un “rara avis” dentro del cine español. Este barcelonés decidió mudarse bien joven a Los Ángeles y probar suerte en Hollywood. Pronto encontró trabajo en la publicidad y el mundo del videoclip hasta que se cruzó en su vida el productor Joel Silver. Tras un trío de films curiosos, destacaría La Huérfana como el más logrado e inquietante, llega su proyecto más ambicioso: reparto de lujo, presupuesto medio-alto y un guión sugerente. El resultado fue el de conseguir algo bastante complicado, alzarse con el número uno del boxoffice americano con Sin Identidad. Un logro meritorio.

Liam Neeson se mete en la piel de su vecino argumental Harrison Ford, en la brillante obra de Polanski Frenético, para quedarse literalmente sin identidad en patria ajena. Desorientado y desconectado el protagonista de su vida anterior, aquí se acaba cualquier cercanía con la película del cineasta franco-polaco porque, una vez montado el misterio y la sorpresa en unos interesantes y bien desarrollados primeros minutos, comienza una frenética caída hacia lo inverosímil. Y es una lástima ya que una vez acabado el metraje, uno imagina el buen material que podía haberse rodado con semejante conclusión argumental. Pero si para llegar a él has de tirar, entre varios problemas más, de una acumulación de secuencias de acción sin pies ni cabeza provocas que todo el tinglado se venga abajo, de tal manera que parezca que quien ha perdido los papeles no sea el tipo de la pantalla sino el director que hay tras la cámara.

Salvaré, antes de sumergirme en los detalles de este trabajo, cierta solvencia en la dirección de Collet-Serra y no le negaré cierta capacidad de enganche a esta cinta que puede terminar entreteniendo si uno tiene uno de esos días en los que no le apetece pensar nada, pero nada de nada.
Cuando intentan jugar con la inteligencia de aquel que está presenciando un espectáculo por el que ha pagado y decidido reservar un espacio de tiempo generoso no se debe ser tolerante. Casi todas las cosas que se nos cuelan creyendo en el beneplácito del “todo vale” o confiando en la vista gorda de aquello de las licencias narrativas no deberían pasarse por alto, sobre todo porque seguramente si el guionista se hubiera tomado la molestia de darle dos o catorce vueltas más suele aparecer una solución definitivamente más verosímil.

No pude evitar que la risa se apoderase de mí en esa persecución de coches que por momentos no desmerecería a las de Bullit si no fuera por cosas como comprobar que un coche marcha atrás pueda correr más que uno que le viene de frente. Tampoco termina siendo menos gracioso ver la evolución del personaje de Diane Kruger desde una sencilla taxista sin papeles hasta convertirse en una alumna aventajada de la mismísima Lara Croft; o ver cómo se puede salir de la ducha, vestirse, escapar por una ventana y alejarse del enemigo en cuestión de diez o doce segundos.

Son sólo tres ejemplos entre varios más (la historia de ese viejo miembro de la Stasi acaba sobrando por su incapacidad para darle peso y significado), aunque si hay algo que me desconecta definitivamente de la película es que, si uno lo piensa bien, toda la lucha por dar caza a ese Doctor Harris al que da vida Neeson no está justificada, no tiene lógica y es innecesaria, puesto que se puede solucionar por cualquier otra vía, sin tener un porqué evidenciado acabar con su vida. Y siendo así las cosas se queda pues toda la trama sin sentido, sin identidad.






No hay comentarios:

Publicar un comentario

 
 
Blogger Templates