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lunes, 24 de febrero de 2014

La mujer del chatarrero

7/10
Epizoda u zivotu beraca zeljeza (Bosnia Herzegovina-Francia-Eslovenia-Italia, 2013).
Dirección y guión: Danis Tanovic.
Intérpretes: Nazif Mujic, Senada Alimanovic, Semsa Mujic, Sandra Mujic.
Fotografía: Erol Zubcevic.
Montaje: Timur Makarevic.
Idiomas: Bosnio, romaní.
Duración: 75 minutos.




Episodio dantesco


Danis Tanovic se dio a conocer al mundo con una ópera prima sencilla y rotunda que radiografiaba con precisión el absurdo de la guerra. El éxito de No Man's Land (2001) le permitió ponerse al frente de proyectos internacionales de cierto -a priori- prestigio, aunque con una posterior acogida más bien tibia. Ya en esta década el director ha vuelto a Bosnia para seguir indagando sobre la guerra en Cirkus Columbia (2010) y el mediometraje Baggage (2011).

La mujer del chatarrero supone un paso adelante en la trayectoria de un director que parecía algo estancado. Tanovic deja atrás el pasado -al menos de forma explícita- para centrarse en un presente que también nos ofrece sus episodios dantescos. Partiendo de un hecho real, el film denuncia la situación de indefensión que sufren determinados sectores de la población. Nos situamos en una familia gitana que sobrevive como puede. Tras un aborto natural de la mujer, la vida de ésta corre peligro. No tiene tarjeta sanitaria, y tampoco pueden pagar el coste de la operación que necesita.

Otro dramón social más del cine del este, pensarán algunos. Pues no. Hay una decisión que cambia cualquier consideración sobre el film. La misma familia que sufrió aquel episodio protagoniza su misma historia. Ahí empiezan a borrarse las barreras entre ficción y realidad. Algo que queda bastante claro en los primeros compases del film, cuando las niñas miran a cámara. Toda una declaración de intenciones de Tanovic, quien no teme dejar que la vida fluya por sus imágenes.

Y eso es exactamente lo que ocurre durante la primera mitad del film. El objetivo capta el día a día de una familia cuyo mayor lujo es una televisión con señal llena de interferencias. Tanovic prepara el terreno para que su relato nos resulte creíble, y nos duela en su verosimilitud. Cuando llega el momento de realizar la denuncia del hecho, es inevitable que se pierda algo de autenticidad. Pero el autor trata de ser lo más fiel posible a su discurso. El artificio se nota, pero se trata de minimizar sus efectos. La austeridad sigue dominando un relato que no carga las tintas en el dramatismo de la situación. No lo necesita. Sin más aditamentos, ya es lo suficientemente terrible.

El mérito de La mujer del chatarrero no el de contar una situación injusta. Una de tantas más. Películas de denuncia social hay cientos. Lo valiente de este trabajo es que Tanovic da voz a los propios afectados por esa injusticia. El rigor y la coherencia presiden una obra que sí, además sirve para hacernos ver realidades deleznables. El ser humano es capaz de dejar morir a un semejante delante de sus narices, sin hacer nada por evitarlo. Por suerte, esta historia tuvo su “final feliz”. Pero, ¿qué pasará la próxima vez?



Manuel Barrero Iglesias





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