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martes, 9 de octubre de 2012

Sitges 2012: Día 4


Animación española de calidad en la sección Anima't con la gallega El apóstol, mientras en Casa Asia tenemos el segundo trabajo de Miike que podemos ver en esta edición: Ace Attorney. En la sección oficial, fuera de concurdo, dos remakes. El plomizo The Flying Swords of Dragon Gate y el muy estimulante Maniac.

Por Manuel Barrero Iglesias


El apóstol (Fernando Cortizo)

Galicia suele ser cuna del mejor cine de animación que se hace en España. Esta película es un buen ejemplo de cómo hacer un producto más que digno. Realizado con stop motion, la película juega la baza del terror ibérico en un film de muy reconocibles raíces. Esa comunidad siniestra y unida para aniquilar al forastero es un tema recurrente en nuestra filmografía.

Película de exquisita sencillez, que consigue eso tan difícil de tener personalidad propia y crear una atmósfera. Es evidente que la animación nacional aún está lejos de lo que consiguen otros países en este terreno, pero se agradecen mucho propuestas de este tipo, que dibujan un panorama algo más rico. Lástima que la valentía de la apuesta no vaya a tener la repercusión de otros filmes de animación que carecen del talento que aquí hay.


Ace Attorney (Takashi Miike)

La segunda película que trae Miike a Sitges es una delirante adaptación de un videojuego que se desarrolla en un futuro en el que los juicios duran tres días. Una película que se desarrolla en los juzgados, pero dominada por la parodia y la comedia excesiva. El autor se ríe del cine judicial a través de unos divertidos personajes envueltos en situaciones descacharrantes.

Eso sí, a Miike vuelve a jugarle una mala pasada su gusto por los metrajes extensos, y aquí le vuelven a sobrar algunos minutos de sus más de horas de duración. Y es que los momentos más serios tienen muy poco interés en un trabajo que sobresale en el hilarante juego que se desarrolla en los estrados, con un abogado novato como figura estelar de la función.


The Flying Swords of Dragon Gate (Tsui Hark)

Parecía ya superada esa moda en el cine oriental que surgió a partir de Tigre y dragón, cuando llega Tsui Hark y vuelve al subgénero sin aportar demasiado a lo que ya hicieron Ang Lee y Zhang Yimou. Los ingredientes, están todos: épica, aventura, luchas en el aire, espadas, romance… pero la mezcla, además de muy vista, le sale sosa a Hark.

La acción no está del todo mal, pero es escasa; y el guión sobre intrigas entre clanes no ofrece nada vibrante. Lo dicho, una película que llega a destiempo, cuando ya hemos visto todo lo que había que ver al respecto.


Maniac (Franck Khalfoun)

Remake de la película de 1980 del mismo título, Khalfoun consigue darle personalidad propia a un trabajo de propuesta formal arriesgada. La mayor parte del film está narrado desde el punto de vista de su protagonista. La apuesta sale bien, dándole un toque aún más inquietante al ambiente, ya que no deja de ser chocante que el espectador esté continuamente en la piel del asesino.

La brutalidad de los crímenes y una atmósfera malsana terminan de ensamblar una obra audaz, en la que hay muy buen cine, con un director que sabe lo que se trae entre manos. La pega, alguna decisión de guión bastante discutible. Pero el brutal ejercicio de estilo ahí está, para que lo disfrutemos.

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