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sábado, 13 de octubre de 2012

Sitges 2012: Día 6


En su sexto día, la competición oficial presentaba apellidos ilustres: Cronenberg (padre) presenta su última disertación sobre el corrupto mundo que vivimos, y Lynch (hija) presenta un turbador thriller. Además, una película alemana en plena montaña, y un remake totalmente innecesario. En Casa Asia pudimos ver Deranged, entretenida cinta de catástrofes. Mientras en Panorama, una violenta película sobre abusos y venganzas.

Por Manuel Barrero Iglesias


Chained (Jennifer Chambers Lynch)

La primera hora del film es modélica. Un ejemplo de thriller psicológico, angustioso hasta decir basta. Con un tema tan escabroso como el de violador/asesino en serie, a Lynch no le tiembla el pulso, consiguiendo una película dura y seca. Aunque no exenta de ternura. Atención al trabajo de los dos actores que sostienen la función, especialmente un Vincent D’Onofrio enorme.

Sin embargo, a medida que se acerca el final, el empeño por introducir giros en el guión estropea bastante el invento. Uno muy previsible; el otro, metido con calzador y muy mal resuelto. Si a esto le unimos los innecesarios flash-back que explican la infancia del “monstruo”, una película que apuntaba a grande se queda en menor.


Cosmopolis (David Cronenberg)

Cronenberg hablando sobre el capitalismo moribundo, en esta adaptación de la novela del mismo nombre. Tiene una atmósfera parecida a Holy Motors (vista días antes en el Festival); y hay una innegable fuerza visual, un magnetismo del que es complicado escapar.

Pero el director se empeña en sacarnos del film, cayendo en una monotonía literaria que acaba por matar la fuerza de las imágenes. Una verborrea inerte que termina por desesperar, construyendo un bello cadáver fílmico.


The Wall (Julian Roman Polsler)

En Sitges siempre se cuela algún a que otra producción europea con elemento de ciencia-ficción que sirve como pretexto para una película intimista. El año pasado pudimos ver Womb, film con muy pocos personajes y un entorno desierto. Todavía más mínima es esta película alemana, sostenida por un solo personaje.

Una extraña pared transparente atrapa a una mujer en medio de las montañas. El film extrae los mejores momentos de la relación que ella mantiene con la naturaleza. Tanto los animales que la acompañan, como el bello entorno en el que está atrapada. Aunque, como le pasa a Cosmopolis, la palabra mata a la imagen. La constante voz en off que verbaliza el relato de esta historia no ayuda a enriquecerlo, sino más bien todo lo contrario.


Juego de niños (Makinov)

En esta edición de Sitges hemos visto dos formas muy distintas de afrontar un remake. Está la manera de Maniac, un film con personalidad propia, y que propone una ruptura desde el respeto al material original. Y luego, están casos como el que nos ocupa. Por desgracia, lo más habitual: una revisión innecesaria.
Mucho menos turbadora que ¿Quién puede matar a un niño?, la película de Manikov es una mala copia, que solo se diferencia en algunos toques de gore algo más explícito. Novedad que aporta bastante poco. Sin duda, Juego de niños es mucho menos turbadora que la obra de Ibáñez Serrador, que fue uno de esos milagros del cine, en el que todos los elementos concuerdan para conseguir un film redondo. Este remake mexicano, sobra. Mucho.


Deranged (Park Jung-Woo)

Entretenida película catastrofista con epidemia mortal. Con mensaje incluido sobre la avaricia humana, el film sigue el esquema clásico del genero de desastres. Hombre corriente que se convierte en improvisado héroe que tiene que salvar a su familia. De paso, a unos cuantos millones de personas. Y, por supuesto, a sí mismo.

Los toques de humor son los que salvan a este trabajo de caer en la rutina mainstream. Porque es cierto que Deranged tiene sus momentos de sensiblería, pero son bastante menos, y no tan obvios como los de Lo imposible (por poner un ejemplo actual). Y, además, la epidemia está causada por unos bichos que crecen en el interior del cuerpo humano, y que de una forma u otra, terminan saliendo. Para esto los orientales son únicos.


The Seasoning House (Paul Hyett)

Tenemos dos partes bien diferenciadas en este film. La primera, de una sordidez deleznable e innecesaria, en el que vemos a mujeres pasándolo muy mal. Utilizadas como trozos de carne en la época de la Guerra de los Balcanes. Suponemos que la intención es prepararnos para lo que viene después. Que nos compadezcamos de ellas, y que odiemos a sus verdugos.
Es entonces cuando empieza lo bueno. La improvisada venganza de una aparentemente indefensa joven, que se enfrentará a un grupo de militares curtidos. Desde luego, no hacía falta una presentación tan larga y angustiosa para empatizar con esta niña y su causa. Un inicio tirando lamentable, para un desenlace demoledor en un film con ánimo de provocación.

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