Críticas: El último acto

6/10

The Carer (Reino Unido, 2016). 

Dirección: János Edelényi.

Intérpretes: Brian Cox, Coco König, Anna Chancellor, Emilia Fox, Karl Johnson, Selina Cadell.

Guión: Gilbert Adair, János Edelényi, Tom Kinninmont .

Música: Atti Pacsay.

Fotografía: Tibor Máthé.

Montaje: Adam Recht.

Idioma: Inglés y húngaro.

Duración: 89 minutos.

La cuidadora y el cascarrabias

Por David Sancho

Un importante actor británico de avanzada edad vive en su mansión alejado del mundo. Afectado por los achaques normalmente asociados a su edad, necesita de alguien que le ayude en muchas de las actividades básicas de la vida diaria. Por su difícil carácter, las cuidadoras a las que la familia contrata para que se hagan cargo de él, duran muy poco tiempo en el puesto. Pero un día aparece una joven húngara que quiere ser actriz que consigue congeniar con él, estableciéndose una bonita relación entre ambos.

No es un argumento muy novedoso, recuerda a muchas películas -como la reciente Intocable-, pero a pesar de su falta de originalidad, consigue dar en la tecla para que la película resulte agradable de ver, aunque caiga en demasiados tópicos.

Una de sus mayores virtudes es no caer nunca en el exceso. Consigue mantener perfectamente el equilibrio entre el drama y la comedia. No es una película con la que el espectador vaya a reírse a carcajadas, pero sí que consigue ser lo suficientemente entretenida como para que el producto final no sea cargante o excesivamente deprimente. Además, la película trasmite un buen rollo que es de agradecer, ya que nunca hace demasiado hincapié en la búsqueda de la lágrima fácil.

Otro de sus puntos fuertes es su reparto, en el cual destaca Brian Cox, brillante como siempre, el cual está bien escoltado por Anna Chancellor y, la prácticamente novata, Coco König, mostrando mucha naturalidad y encanto.

Una película agradable, a la par que poco trascendente, que se disfruta de principio a fin sin llegar a maravillar en ningún momento. Una película que trata temas complicados, como lo difícil de asimilar que es la perdida de la independencia, con una naturalidad sorprendente sin caer en el dramatismo, siempre con un punto de optimismo que lo hace todo mucho más llevadero.