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viernes, 25 de noviembre de 2016

Críticas: Marea negra

4/10
Deepwater Horizon (Estados Unidos, 2016).
Dirección: Peter Berg.
Intérpretes:  Mark Wahlberg, Kurt Russell, Kate Hudson, John Malkovich, Gina Rodriguez, Dylan O'Brien, Ethan Suplee.
Guión: Matthew Sand, Matthew Carnahan.
Música original: Steve Jablonsky.
Fotografia: Enrique Chediak
Montaje: Gabriel Fleming, Colby Parker Jr.
Idioma: Inglés.
Duración: 107 minutos.



Hérores anónimos vs. Petroleras 

Por David Sancho


Basada en hechos reales, cuenta la historia de un oleoducto situado en alta mar en el Golfo de Méjico en el que se produjo un grave accidente que causó la muerte de 11 trabajadores.

Peter Berg es un director que se está especializando en blockbusters al uso, dejando sus mayores joyas en el medio televisivo, de entre las que destacan Friday Night Lights y The Leftovers. Pero lo dicho, en cine se está centrando en películas que tienen como objetivo reventar la taquilla, y la verdad es que todavía no lo ha conseguido.

Su nueva película tiene una buena factura técnica, sus ciento diez millones de dólares están bien usados, pero más allá de lo meramente visual, la película aporta más bien poco.

Berg se muestra muy convencional a la hora de sumergirse en el lado dramático de la historia, con personajes esquemáticos y situaciones bastante manidas. Especialmente plano resulta el personaje de John Malkovich, ese empleado de BP que es malo malísimo más allá del sentido común y que queda retratado cuando el accidente sucede, convirtiéndose en el blanco fácil del odio de los espectadores. Y con esto no quiero mostrar simpatía por el personaje real, ni mucho menos, pero la ausencia de matices del personaje lo convierten en ligeramente grotesco.

Y la historia se nos cuenta de una forma bastante parecida a como está construido el personaje de Malkovich, es decir, tratando de llevar al espectador a odiar a BP, cosa fácil, y adorar a esos grandes héroes americanos rectos y valientes que se sacrifican por los demás sin pensar en el propio bienestar. Pero al final les sale el tiro por la culata porque nada resulta creíble, nada excepto la gran catástrofe que tan bien está conseguida.


A todo esto también hay que añadir que cuando uno lleva una hora de explosiones y cosas cayendo, acaba bastante hastiado, y lo peor es que aún le queda otra horita por delante. Por lo tanto la película no acaba de funcionar a ningún nivel, pero se la puede salvar como mero entretenimiento, o por lo menos aquellos que vayan con la mentalidad adecuada al cine pueden salir de la sala medianamente satisfechos. Por lo demás, os la podéis saltar sin problema.


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