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jueves, 7 de julio de 2016

Críticas: Esperando al rey

4/10
A Hologram for the King (Reino Unido-Francia-Alemania-Estados Unidos-México, 2016).
Dirección: Tom Tykwer.
Intérpretes: Tom Hanks, Tom Skerritt, Sarita Choudhury, Tracey Fairaway, Jay Abdo.
Guión: Tom Tykwer, basado en la novela de Dave Eggers.
Música original: Johnny Klimek, Tom Tykwer.
Fotografía: Frank Griebe.
Montaje: Alexander Berner.
Idiomas: Inglés, árabe.

Duración: 98 minutos.




Un viaje hacia la nada

Por Miguel Delgado


El cineasta alemán actual con más proyección internacional (con permiso de un Ronald Emmerich tan americanizado que difícilmente podría entrar en esta consideración) es Tom Tykwer, con producciones como Corre, Lola, Corre o El perfume, así como sus colaboraciones con las hermanas Wachowski en El atlas de las nubes y la serie Sense8. Tykwer es un director, guionista y compositor que siempre ha ofrecido propuestas con ideas interesantes como mínimo, por eso cada participación suya y cada nuevo trabajo se acoge con bastante interés.

Por esta razón, aunque sobre el papel se pudiese pensar que Esperando al rey, adaptación de una novel de Dave Eggers, podría ser la típica película buenrollista de autoayuda mediante una occidentalizada visión de países orientales o de clase baja con resultados deleznables, existía la justificada esperanza de que la mirada del realizador ofreciese algo radicalmente opuesto a lo descrito. Por desgracia, la película que nos ocupa se acerca peligrosamente al temido estilo, salvando durante los dos primeros tercios debido a un montaje inspirado y a un ritmo agradable.

Nos encontramos sin duda ante la película más floja del director, un producto realizado en piloto automático que probablemente sea un simple encargo para hacer un dinero (aunque habiéndose ocupado del guión el resultado final es más reprochable todavía). Visualmente, el resultado no es malo pero sin ningún hallazgo destacable salvo por un interesante uso del montaje, como hemos dicho antes, para crear comedia o traer a primer plano los sentimientos del protagonista. El tono ligero y un ritmo ágil son las principales ventajas a la hora de asistir al viaje de un vendedor de telecomunicaciones en Arabia Saudí intentando recomponer su vida. También se agradece la presencia de alguien como Tom Hanks, muy lejos aquí de sus mejores papeles pero que con un poco de carisma ya ayuda a sobrellevar la historia y empatizar con el espectador.
Pero la historia sobre este hombre y su espera al rey (tan comparada en otras críticas de manera aleatoria con “Esperando a Godot” de Samuel Beckett) es demasiado corta y amable como para dejar el más mínimo poso. Hay algún apunte interesante, que queda diluido ante el buenrollismo tan excesivo que llega al surrealismo, como todo lo que tiene que ver con la doctora y la asquerosamente previsible historia de amor, llevando la cinta a un desenlace absolutamente tan insoportable, tópico y alargado, de cine de la más baja estofa, que uno no puede más que preguntarse cómo ha podido Tykwer lanzarse a algo así sin miramientos.

Esperando al rey es una película que podría haber sido una buena cinta de humor absurdo si no se hubiese ido tan descaradamente a lo fácil. Aún con esto podría ser un entretenimiento bastante intrascendente, pero agradable de ver, como lo es durante gran parte del metraje. Una pena que al final se apueste por algo tan cursi, tan naif, y en el fondo tan hipócrita (como lo es jugar con la situación actual en oriente medio y concretamente con el papel de la mujer), y que este venga de la mano de un director a quien se tiene en alta estima y cuyo nivel hasta ahora había estado bastante más alto. 




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