La delicadeza

La délicatesse (Francia, 2011).

Dirección: David Foenkinos, Stéphane Foenkinos.

Intérpretes: Audrey Tautou, François Damiens, Bruno Todeschini, Joséphine de Meaux, Pio Marmaï.

Guión: David Foenkinos

Fotografía: Rémy Chevrin.

Montaje: Virginie Bruant.

Idioma: Francés, sueco.

Duración: 108 minutos.

5/10

Volver a empezar

Comienza esta película con, precisamente, una falta de delicadeza bastante habitual en el cine. Incidir de forma exagerada en la felicidad para subrayar lo trágico. Una efectiva, aunque discutible, manera de ganarse al espectador a las primeras de cambio. La empatía con la protagonista queda asegurada. Y más aún, cuando ella es la encantadora Audrey Tautou, que vuelve a encarnar un personaje repleto de dulzura.

Películas sobre cómo recomponer la vida tras una desgracia que trunca un proyecto común las hay a patadas. Es complicado que filmes de este tipo no caigan en la ñoñería y el sentimentalismo lacrimógeno. Viendo el inicio de La delicadeza, nos tememos lo peor...hasta que aparece François Damiens. Su personaje cambia el rumbo de la película, a la que lleva por un terreno menos solemne y mucho más ágil.

Los dos protagonistas y su peculiar relación consiguen despertar un interés que parecía difícil de conseguir. El buen gusto y la sensibilidad se apoderan de la función cuando ambos coinciden en pantalla. Es difícil no dejarse conquistar por la ternura que desprenden. Y lo mejor, una naturalidad que se aleja de lo empalagoso.

Lástima que unos secundarios bastante pobres inclinen de nuevo la balanza hacia la tosquedad. El trazo grueso con el que son retratados la mayoría de ellos solo sirve para subrayar la simpatía que debemos sentir por los dos protagonistas, algo que no era necesario.

Agradable y sencilla, La delicadeza tiene demasiado vicios como para convertirse en un trabajo que perdure en la memoria.

Manuel Barrero Iglesias