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jueves, 12 de diciembre de 2013

Tres bodas de más

6/10
Tres bodas de más (España, 2013).
Dirección: Javier Ruiz Caldera.
Intérpretes: Inma Cuesta, Quim Gutiérrez, Martiño Rivas, Rossy de Palma, Paco León, María Botto, Berto Romero, Laura Sánchez.
Guión: Pablo Alén, Breixo Corral.
Música original: Javier Rodero.
Fotografía: Arnau Valls Colomer.
Montaje: Alberto de Toro.
Idioma: Español.
Duración: 94 minutos.



Tres bodas y una resurrección


Tras el estreno de Spanish Movie (2009) nada hacía presagiar que Javier Ruiz Caldera se convertiría en un nombre importante dentro de la comedia española. Aquel intento de españolizar un subgénero, que ya estaba en clara decadencia en los mismos Estados Unidos, se dio de bruces contra su propia incapacidad para hacer reír. A pesar de los buenos resultados en taquilla, era imposible rescatar algo provechoso de aquello.

Ruiz Caldera dirigió una segunda película, escrita en esta ocasión por Cristóbal Garrido y Adolfo Valor. El cambio resultó decisivo, ya que con un guion inteligente es mucho más fácil hacer una buena película. Un libreto lleno de referencias metidas con buen gusto, y a partir del cual el director consiguió elaborar una comedia muy divertida. Promoción fantasma (2012) era un trabajo que se respetaba a sí mismo y a su público.

Nuevo cambio de guionistas para el tercer film de Ruiz Caldera, quien confirma definitivamente que sabe cómo va esto de hacer reír, demostrando que conoce los mecanismos y controla el ritmo. Ahora son Pablo Alén y Breixo Corral -al igual que Garrido y Valor, curtidos en la ficción televisiva- los que escriben unas líneas más que decentes, y el director no desaprovecha la oportunidad. Todo lo comercial que quieran, pero el film cumple a la perfección en su papel de entretenimiento de calidad.

La referencia a Bridesmaids (Paul Feig, 2011), como representante de la comedia romántico-gamberra femenina, es más que evidente. En nuestro país, en el que la risa está dominada por el hombre, esto ya es toda una novedad. Sánchez Arévalo, Vigalondo o Cobeaga -Almodóvar es punto y aparte- toman un punto de vista marcadamente masculino, relegando a la mujer a un segundo plano. Con Tres bodas de más al fin tenemos una protagonista muy visible, aunque el punto de vista siga siendo masculino. No olvidemos que guionistas y director, al fin y al cabo, son hombres.

Sí, Inma Cuesta es omnipresente, pero la voz de los creadores se encuentra en Martiño Rivas. El chico sensible y comprensivo que roza lo freak. Muchos de sus diálogos parecen metidos únicamente para expresar algunas inquietudes de sus creadores. Y qué decir de sus “contrincantes”. Un surfero, un transexual, un imbécil y un cirujano plástico. Personajes de colectivos muy concretos en los que casi nadie se reconocerá -con el imbécil nadie se va a identificar-, frente a un becario en situación de precariedad. El problema de ese personaje es su superioridad respecto a los demás. Lo que supone también cierta condescendencia hacia la protagonista, que solo es capaz de conquistar su autoestima gracias a la actuación invisible del salvador.

Tampoco es que estemos ante una película machista, ya que reparte por igual entre hombres y mujeres, pero sí es cierto que el personaje de Dani rebaja ese tono ácido que tan bien funciona. Quitando este desliz, Tres bodas de más no tiene nada que envidiar a sus espejos norteamericanos. Tan irregular como finalmente satisfactoria. Y con la virtud de saber mezclar en su justa medida la comedia gruesa, la blanca y la incorrecta.

Inma Cuesta demuestra su capacidad cómica, pero son los secundarios -qué sería de la comedia sin ellos- los que nos conquistan de verdad. Rossy de Palma, Berto Romero, María Botto o Paco León bordan unos roles que provocan la risa desde que abren la boca por primera vez (incluso antes). Sí, son todo estereotipos, pero es que estamos hablando de comedia. Ese arte tan complicado que es hacer reír.



Manuel Barrero Iglesias



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