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martes, 4 de febrero de 2020

Oscar 2020: Guion adaptado

A diferencia de otros años en esta categoría, casi no ha habido lugar a salseo alguno en cuanto a polémica por elegir el cajón en que iba el guión. El pasado año nos schockeó el hecho que, así de pronto, The Ballad of Buster Scrubbs fuera una adaptación y no un guión original, que es verdad que nos falta algo.
Es curioso que en las pasadas décadas las adaptaciones, ya fueran de libros o de artículos -de cómics no, que esas películas no se consideraban ni buenas ni premiables- eran prácticamente todos los años las películas que acaparaban nominaciones, premios y prestigios. En esta década que dejamos (seguro que habrá alguien que esté ahora: “no, la década termina en el 2021” pero con muchas íes) casi se ha dado vuelta a la tortilla y las adaptaciones pasaron a ser las películas originales y noventeras premiables. No sé si es lo que llamamos evolución del cine moderno.

La oferta este año era bastante pobre y las cinco nominadas estaban en todas las quinielas para conseguir nominación. Alternativas reales no había demasiadas. Podría haberse colado A Beautiful Day in the Neigborhood, a principio de carrera sonó con fuerza la posibilidad que Hustlers se metiera en la pomada (afortunadamente reinó el sentido común). Por último, no sonó en la puta vida, pero el guión de Toy Story 4 no me parecería un disparate absoluto si se colara entre los favoritos. Y poca cosa más. Vamos, que desde octubre tenemos claros a los cinco finalistas.

The Irishman (Steven Zaillian)
Zaillian es realeza de los guiones de Hollywood. Desde que ganara el Oscar por Schindler's List en el 93, ha dirigido, ha reescrito guiones y ha salvado más de un culo de un fiasco de los que hacen época. Y si estos no fueran suficientes motivos, aún encima va y adapta una de las obras más complicadas de la última factoría americana de gángsters y mafias: la novela I heard you paint houses de Charles Brandt. El libro, centrado en el personaje de Frank, abarca nada menos que 40 años de USA desde el lugar que muchos no querrían conocer, de cómo la mafia estaba detrás de lo bueno de Kennedy, de lo malo de Kennedy, de lo que le pasó a Kennedy, a Jimmy Hoffa (bueno, de esto no había mucha duda) y de cómo se cimentó una nación -que se las da de impoluta- sobre lo más sucio de la sociedad. Los ojos de Frank nos sirven para contar una época, ya pasada, o no tanto, pero quizá sí sus métodos.
Pero es también un drama familiar, y muy bien construido con las imágenes (que, tachán tachán, son cosa también de un guionista), porque Anna Paquin nos lo cuenta sin decir una palabra. De cómo un mundo machista y masculino como la mafia, donde la figura femenina era una mera comparsa, no es posible extenderlo a la familia, donde la labor del padre en casa debería ser eso, al menos labor, no ausencia.

La creación de tres personajes sublimes como Frank, Jimmy y Russell hace que el guión de Zaillian sea uno de los mejores de los que ha dispuesto Scorsese para rodar, y éste, más listo que un ajo, lo aprovecha para mostrar en pantalla uno de los mejores tratamientos del paso del tiempo que hemos visto en una película desde que... desde que se hacen películas.

Guión de 10 para una película de 10.



Jojo Rabbit (Taiika Waititi)
Basada en la novela Caging skies de la autora Christine Leunens, la labor de Waititi no ha consistido sólo en adaptar lo que cuenta a las pantalla; sino que, fiel a su estilo, la ha cogido y retorcido hasta que de ahí ha salido el cocktail que él quería con los elementos que él quería. Esto es humor, ironía, sátira, drama, comedia, emoción. La cuestión es si todos esos elementos añadidos a la novela funcionan por igual. No hace falta ser muy espabilado para saber cuál va a ser mi respuesta, pero voy a desarrollarlo.

Waititi es listo, mucho, pero igual no tanto como él se cree. Y Waititi es gracioso, mucho, pero igual no tantísimo como el se cree. Así afirmo que la sátira no funciona del todo, el personaje del amigo invisible en forma de Adolf Hitler no es redondo del todo. Funciona bien en las dos primeras secuencias, pero poco más, luego es más un lastre por no saber que hacer con él. Y después, las escenas verdaderamente cómicas, como las del amigo (el real) de Jojo o las de Sam “que grande eres” Rockwell (a pesar del patinazo que es hoy en día el meter chistes gayers sin venir a cuento), que sí funcionan, son las más rácanas en duración o contenido. Y luego, en el triple tirabuzón de 10 metros llega el punto culmen de la película: de un estado guay de comedia, te pide que pases en cero coma al drama más absoluto, cosa bien ideada sí, pero Waititi aun no está en esa nivel de “manipulación de emociones”.

A ver, es una agradecida adaptación y me encanta que se tomen riesgos y se dote de personalidad, pero no siempre todo sale a la perfección. Aunque no por ello es malo, Jojo Rabbit tienen un buen guión, mejorable seguro, pero bueno, que tampoco me espanta su nominación

Joker (Todd Phillips y Scott Silver)
Hablando de cocteleras, tenemos la siguiente preparada y tenemos claramente dos ingredientes: el cómic de Batman y Taxi Driver. Bien agitadito, mezcladito y teñido de negro y con la luz muy tenue nos sale el guión que estos dos señores se han marcado para describirnos el nacimiento, como tal, de uno de los antihéroes de la historia. Y funciona, vaya si funciona. Es verdad que a la hora de evaluarlo nadie diría que el guión es lo mejor de la película de Phillips, pero tampoco nadie diría que es lo peor. Mientras juega con el espectador manteniéndolo en el borde de la dicotomía (de “quiero a Arthur / Odio a Arthur), transforma a un enfermo en un auténtico sociópata ante nuestros ojos. Alguien que destila odio social y que finalmente se alza como ariete metafórico, representando a esa sociedad en descomposición, falta de héroes, falta de ejemplos y falta de todo.
La captación de la enfermedad mental como desarrolladora de personalidades sí está muy conseguida, pero se queda un poco en la orilla a la hora de analizar la sociedad y mostrarse un poco más preocupado por profundizar en este tema, sin duda, el más interesante de la película.

Además de un director, se destapa Phillips como un cineasta total, que reclamó para sí el dotar al Joker de la personalidad que ha querido. Y mención a la Warner por haberle dejado, que es un salto sin red, que al final les ha salido redondo. Travis estaría orgulloso de ti, Arthur; Schrader de ti, Phillips, no sé si tanto.

Little Women (Greta Gerwig)
Muchas veces confundimos adaptación de un libro a la gran pantalla con el mantener una fidelidad casi religiosa por el material a adaptar y convertir la película en la misma que todas aquellas personas pensaron al leer el libro. Gerwig también quiere ser rompedora aquí y, desde luego, no estaba dispuesta a no aportar nada a una adaptación de una novela tan famosa como la de Alcott. Greta ha decidido que su versión de Mujercitas va a ser actual, moderna, con temas candentes en 2019; pero al mismo tiempo no quiere ponerle los cuernos a la autora y mantenerse fiel al aura del libro, esas muchachas un tanto pagadas de su bisoñez y de sus tribulaciones infantiles cuando su edad está a punto de decirles que esos juegos ya no, que hay que pasar a los de mayores.
La crítica social está de base en la novela, pero Gerwig la utiliza para modernizarla y poner en la palestra la situación de las mujeres, antes y ahora, de lo que podían y pueden hacer y de cómo necesitan demostrar más que un hombre para apartarlas del destino que la sociedad les había dicho que era el suyo.

Captar además personajes tan famosos no es tarea fácil, porque en ningún momento Jo deja de ser Jo, Amy es Amy y Meg -por mucho que se empeñe Emma Watson en hacerlo mal- sigue siendo Meg. Pero todas ellas tienen nuevos matices, nuevas cosas que decir y explicaciones que dar a su comportamiento. Una maestría absoluta  a la hora de poner tu punto de vista sobre una obra inmortal y no quedar retratada como una listilla irreverente. Una vez más, Greta Gerwig reina del mundo


The Two Popes (Anthony McCarten)
En este revival del cine de los noventa es curioso que una historia real, acontecida en los años medios de la década de los 2010, encaje a la perfección con el espíritu del cine noventero. Esos “basados en hechos reales” (totalmente inventados después), donde los personajes probablemente no dijeran ni una sola de las líneas de diálogo de sus alter ego actorales, cogen auge de la mano de Fernando Meirelles y así transforman esta película de tarde de sábado en una triple nominada al Oscar.

El esquema del guión es tanto o más que el guión completo. El actual Papa Francisco, que es el bueno buenísimo (como todo el mundo sabe), se enfrenta dialécticamente con el anterior Papa, Benedicto XVI, malo malísimo (como todo el mundo sabe). Una película que se ve tan fácil como se olvida, que te indica que a la hora de poner en pantalla retazos de vida de personalidades hay que ser un poco menos directo en tus filias y fobias personales. El guión no es malo, balancea conscientemente entre la comedia y el drama humano, y no rehuye el contar la historia de Francisco -acercándolo prácticamente a la santificación- desde su Argentina natal, por donde daba misas multitudinarias y hacía ver que había algo más que religión, como por ejemplo, el fútbol.

La que vendría siendo la mayor peli de señoras del año. Dicho, una vez más, con todo respeto, porque al fin y al cabo son ellas las que mantienen vivo este negocio. Y si no, id un día que no sea el puto día del espectador al cine, y veréis quienes son las que llenan la salas. Luego no pueden estarse calladas ni dos minutos viendo la película, pero al menos van a verlas pagando.

Debería ganar: The Irishman

Mis nominaciones serían:

-The Irishman
-Jojo Rabbit
-Joker
-Little Women
-Toy Story 4

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