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domingo, 28 de febrero de 2016

Premios 2015: Las queridas ocho

Por Paulo Campos


Finalmente ocho son las películas nominadas este año. En una ruleta en la que no sabemos cuántas películas serán finalmente las candidatas, ha salido este número, en la que para estar debes tener, al menos, el 5% de los votos de los académicos, lo cual da miedete pensar que son votadas como la mejor del año, siendo un poco en fin. Echar de menos echamos, sobre todo a Carol, que parecía una fija y mira tú que tiene seis candidaturas pero ninguna de ellas en película, porque está claro que el cine de Haynes no mueve mucho en USA. Algunas que podrían haber estado también son The Force Awakens que no habrá quedado muy lejos o Straight Outta Comptonque gracias a dios no figura por aquí. Por lo demás un grupito de películas apañado, con muy buenas pelis en general, alguna joya en particular y alguna que sobra. Pero bueno, que ha quedado un buen año de cine. Así, una a una las películas nominadas son:


The Big Short

La sorpresa de final de año la dio esta película que salió aparentemente de la nada y que la verdad no pintaba muy allá, desde luego que apetecer ver una película sobre unos pavos que predijeron que la construcción era una burbuja y que la hostia iba a ser fina contada en un lenguaje técnico, pues no apetece, y mira tú que ha sido una de las más taquilleras de las nominadas.

La cuestión es que el tono de la película es lo que más alabanzas y críticas ha recibido. Ese romper la cuarta pared o el explicar por medio de famosetes de que carallo están hablando fue definido como genialidad o pura vagancia. Eso sí, lo que destaca más es el reparto, un campo de nabos entregados a la causa y hablando como si realmente supieran que son los bonos, los valores y demás zarandajas.
Por lo demás está claro que es la versión Disney de The Wolf of Wall Street y sin esnifar coca en el culo de una prostituta, con lo cual en España no creo que se entienda muy bien, porque los negocios en España se cierran como se cierran. La cuestión es que han sabido venderla como la primera película sobre la crisis, cosa que ni de coña es cierta, pero sí como la que más ruido ha hecho, así que con el marketing en pleno rendimiento igual continúan con la burbuja cinematográfica de intentrar marcarse un Scorsese, pero que te salga algo más parecido a David O. Russell, pero en mejor.

Ganará si: quieren reflejar lo preocupados que están por los millones de personas que están de patitas en la calle pero que luego los ven pidiendo por la calle y les mandan a los perros para que los maten. No ganará si ese mismo país que puede hacer a Trump de presidente ve la película. Va con el enemigo, la peña común


Bridge of Spies

Spielberg está de vuelta, pero de vuelta a la forma de rodar en los setenta, para explicar una película de los cincuenta, todo ello con su marca personal de los ochenta. Nos trae una película clásica, en la que el prota, el americano medio que resuelve una situación más grande que sí mismo, sacrificando todo su mundo por unos ideales. Evidentemente con esas premisas no había otro protagonista posible que Hanks.

Con un tufillo proamericano clarísimo, por eso la peli es americana, claro. Y con la idea de presentar a los comunistas como comeniños, menos al espía que da vida Rylance, que es buena persona y está obligado por los malísimos rojos. Pero clar,o este tipo de argumento panfletario era el que había en la época que Spielberg nos quiere recordar, allá cuando los americanos veían el socialismo como algo peligroso, anteponían la religión al conocimiento, las mujeres apenas pintaban nada en una sociedad patriarcal absoluta,... es decir nada que ver con lo que es ahora ese país.
Rodeado de sus técnicos habituales, destaco los decorados, verosímiles y esa reconstrucción del inicio del muro de Berlín, la fotografía de Kaminski, que se quedó fuera de los Oscar por el canto de un duro, seguro. Y el cambio forzado de Thomas Newman componiendo, o mejor dicho, recomponiendo una de Williams, para que no se note mucho.

Ganará si: los académicos se ponen clásicos, si quieren dejar a todo el mundo rubio platino con el sorpresón y quieren enfadar a muchos cinéfilos esnobs que rechazan el cine de Spielberg por ser fácil para todo el mundo.


Brooklyn

Con esta película se ha recuperado a una parte de la crítica más cercana , más eficiente y más directa. Son aquellas críticas tan sesudas pero al mismo tiempo tan contundentes como: “¡Ay, tienes que verla, qué película más bonita!” y ya, son ese tipo de películas que parecía que ya no se hacían pero que tienen un público muy fiel. La cuestión es que desde que encantó en Sundance venía haciéndose con ese papel pero que le costó un mundo el hacer ver que existía,

La factura técnica es rara, no soy un experto pero da la sensación de que la ropa fue conseguida en un Desigual de los años 20 para vestir a un reparto en la que mucho conocido no es que hubiera y el tema de la inmigración no es que a los americanos les mole, pese a a que todos los sean.
Por lo demás, la representación del cine europeo ese que da un toque guay a los premios y que hace que los votantes más extraños, a los que el resto de acedémicos hacen bullying porque votan a desconocidos como Enmanuel Riva o Charlotte Rampling, vamos rojos de toda la vida.

Ganará si: les da un parraque a todos los académicos y dejan votar a su madres, que se repartirían entre esta o Room pero claro con 134 años de media que tienen los académicos pues para pedirles que voten sus madres.


Mad Max: Fury Road

Cuando en verano fuimos muchos los que nos quedamos clavados a la butaca durante los 10 primeros minutos de la película y dijimos al compañero o compañera de butaca “Joder, como esto mantenga el ritmo va a molar mucho, mucho” y en realidad vimos que sí, que mantenía el ritmo, salimos del cine con una sensación de estar ante una gran película de acción. Meses después cuando hacíamos repaso de lo que más nos había gustado en el cine ese año, Mad Max era una de las que recordábamos con más claridad. Pero claro, si nos preguntaban por los Oscar no decíamos esta película, los Oscar no nominan películas de acción, y mucho menos remakes de unas películas de culto ochenteras que sacaron humo de vídeos VHS. Y mira tú por dónde que sí, que los académicos han despertado y han valorado un tipo de cine cercano, freaky y que gusta a público palomitero.

Miller es un maestro, ha sabido rodar una película de acción modélica, moderna, totalmente referencial y crear de la nada uno de los personajes icónicos del año, es una mujer, la heroína de la historia y se llama “Imperator Furiosa”, si es que ya el nombre no puede molar más, y muestra una lucha feminista en pantalla, donde las hostias pueden venir de cualquier sexo.
Luego le juntas que técnicamente es una puta maravilla, porque premios como el de montaje, de diseño de producción, de vestuario o de maquillaje no deberían tener otro duelo que esta película. Y cualquier otro yo lo vería como una fiesta, sobre todo el de dirección. Y luego por encima, que haya conseguido una taquilla estupenda cuando los adolescentes, en principio consumidores de entradas de este tipo de cine, hayan ido a ver un remake de algo que ni sabían que existía, y es más, estuvo protagonizado por una tal Mel Gibson, que ni saben que existe. Un triunfo en todos los sentidos.

Ganará si: hay justicia, se premia a la película de acción de la década, o décadas, si el cine es entretenimiento pero también espectáculo y si se quiere romper la barrera de que las películas de los Oscar tienen que ser dramas por muy malos que sean.


The Martian

Desde que se estrenó allá por octubre se convirtió en un fija en las nominaciones, es la típica película que nadie sabe muy bien qué coño hace en la liga de las grandes películas del año pero que ahí la tienes, como si fuera un obra a recordar de la ciencia ficción. Pues eso o que Ridley Scott cae tan mal que decidieron que una de sus películas más impersonales fuera una de las que más nominaciones y éxito tuviera.

A ver, la peli no es que sea vomitiva. La nominación al mejor guión es denunciable, eso si, pero el resto de nominaciones técnicas pues son merecidas, pero yo creo que lo que se valoró es que sales de la sala de buen humor, la peli transmite buen rollo, aunque sea por la música disco, metida con más calzador que a Mar Saura en El Ministerio del Tiempo. Lo demás es lo de siempre, utilizo a un buen actor para habarle a la cámara con la excusa del diario de abordo y me ahorro escribir el guión.
Me pasa lo de siempre, ¿qué clase de persona que vota en estos premios considera que esta película es la mejor del año? Da miedete pensarlo, pero probablemente sea la misma que votó el pasado año a The Theory of Everything como lo mejor en algo.

Ganará si: el patriotismo americano te sale por los poros y votas por la película donde los USA quedan mejor, aunque sea con el apoyo de China, que es por lo que la peli es considerada ciencia ficción, no por otra cosa.


The Revenant

Si nos preguntaran en marzo por qué película tendría oportunidades en los premios del año siguiente muchos hubiéramos dicho que la epopeya de Leonardo Dicaprio con la fotografía de Lubezki (así le definimos entonces y así lo hacemos aun ahora) sería una de las favoritas, pero que no ganaría porque “Birdman” hacía 10 minutos que le había birlado el Oscar a Boyhood. Y mira tú, acertaríamos en todo menos en descartarla para el premio final. Los sindicatos parece que la apoyan, porque el premio del gremio de directores la pone como la principal favorita a los premios y sus 12 nominaciones indica que los académicos tuvieron ganas de votarla allá donde podrían proponerla.

La película gustó al público, la crítica ha sido más reticente pero convenció, vamos, acabo de escribir esto como si fuera una novedad o algo que importara en los premios. La recaudación para ser la película que es, está más que bien, cosa que demuestra que Leo puede hacer taquilla hasta con By the Sea de Angelina Jolie (ya no sabemos si Pitt o a secas).
La historia del trampero, que es colega de indios, que las pasa canutas después de tener una charla sobre política con una osa que no razona, debe ser de Ciudadanos, y de pasar frío, hambre que hay que ver que el chaval queda hecho unos zorros, con ese vestuario, que por cierto el abrigo es un spoiler de mucho cuidado. Por lo demás la película se ha sabido vender como algo que costó prácticamente la vida a todos los involucrados, donde Tom Hardy, como es tradición se lío a hostias con alguien en el rodaje, faltaría más; Leo se lío con su compañera de rodaje, en este caso la osa, y la cosa no terminó bien, pues los mentideros hablan de denuncias de acoso sexual e incluso violación. Si es que esa osa ya no tenía muy buen reputación, pero es lo que tiene jugar con supermodelos.

Ganará si: el guión se mantiene como hasta ahora, película que llega con empuje a la ronda final de votaciones, con favor del público y con el beneplácito de sindicatos y asociaciones críticas. Además que hay ganas de hacer triunfador a DiCaprio y no está de más hacerlo con una película que la conozca alguien más que los críticos.


Room

Con la etiqueta de la película indie del año, el film de Lenny Abrahamson arrasó en su estreno en Toronto, donde se llevó el codiciado trofeo del público, que cada vez es menos del público y más de la industria, pero bueno. Así que desde entonces se hizo un hueco entre las favoritas del año. Hueco que fue cultivando, más que por la propia película por el arrase de Brie Larson en los premios que hacía mantenerse en boca de todos una posible nominación arrastre a la película, y mira tú por donde consigue cuatro nominaciones, confirmándola con una de las pelis del año.

Una muchacha secuestrada durante años, con un hijo, sin más espacio que una habitación es una premisa arriesgada, pero que director y actores entienden y resuelven muy bien, haciendo una película sufriente pero bonita de ver. Además la química entre Larson y Tremblay, el niño ese que en un año ha estado en más fiestas que cualquier cani valenciano en su vida, y que con 9 años ya es el actor favorito de todos los directores de renombre que dentro de unos años abandonarán, porque ha crecido, ya no es tan natural y tiene unos padres tontos del culo que han exprimido al chico hasta dejarlo seco. Vamos, la historia de siempre, pero que sí, que el chaval espectacular y que seguro se ha quedado a un par de votos de la nominación.
Es ahora mismo la película nominada al Oscar que menos taquilla ha hecho este año, y aun así es un pellizco para el tipo de peli, de donde ha salido y sus intenciones arty, así que todo mi aprecio a una película cuya primera hora es brutal y en la segunda ya decae un poquito, y ojo con culpar a Joan Allen de ello, que no hace más que aportar belleza, calidad y emoción. Y punto pelota.

Ganará si: el grupo indie se hace notar, si se emocionaron con la película, si quieren que de una vez Joan Allen suba al escenario, aunque sea como parte del reparto y porque sigan el Twitter de Brie Larson y quieran que se relaje un poquito.


Spotlight

La palabra que todo el mundo destaca en su definición de la película es “sobria” y es verdad la película va al grano, no se adentra en morbo y no se inmiscuye en las vidas de los protagonistas mucho más de lo necesario. Por lo tanto a simple vista es lo contrario a los que entendemos por “película de Oscar” Pero mira tú que desde que se pasó en Toronto a la gente le gustó, y trataba un tema importante, así que críticos de toda calaña comenzaron a ver en ella la película del año y a ponerle el cartelito de favorita, que le duró hasta que se fueron estrenando otras peores que ella pero que hacen pensar menos al espectador, que es los que los Oscar parece que quieren.

Básicamente, viene siendo una especie de Los Vengadores, donde en vez de lycra llevan trajes normales de los dos mil, pero tienen superpoderes, son periodistas guays, de estos que investigaban las noticias, las sentían como suyas, creían que tenían una deuda con sus lectores (porque antes los periódicos daban noticias, no sólo eran panfletos publicitarios). Así la película más que una denuncia es una alabanza a ese tipo de periodismo y en eso acierta. Fíjate si acertará que hasta nos creemos que Rachel McAdams haya sacado la carrera de periodismo.
El tema que trata, sobre los abusos sexuales dentro de la Iglesia de Boston es peliagudo, porque ya se sabe el poder que tiene la Iglesia, y si no que nos lo digan en España donde hace unos días tuvimos un juicio de la Santa Inquisición a una muchacha por protestar por tener un Iglesia en un espacio público. Pues imagínate cuando hablas sobre curas picha locas, y encima con niños. Lo mejor es que no cae la película en el morbo. Me imagino a Tom Hooper dirigiendo esto y probablemente filmaría una escena de abuso con un primer plano del perro del niño violado.

Ganará si: quieren héroes reales, si esa oda al periodismo se ve como necesaria en estos tiempos, y si se premia a una película seria, importante y sin demasiados adornos. El periodismo no ha sido muy bien tratado por los premios, y sería una justa recompensa solventar el error de no haber premiado a All the Presidents Men hace 40 años.


Y hasta aquí el repaso a los Oscar de este año, con la vista puesta en el domingo donde “disfrutaremos” de la ceremonia y veremos quién gana, la verdad es que este año es uno de los que más moló de los últimos tiempo porque no tenemos la certeza de quien ganará a mejor película, porque tenemos tres en liza, The Revenant, Spotlight y The Big Short y muchos frentes abiertos. Veremos en qué queda y pronto tendremos que ponernos las pilas para comenzar la carrera 2017, que ya está en marcha y se hace oficial el 29 de febrero, un día después de que la gala termine. Yeah!

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