Social Icons

miércoles, 26 de agosto de 2015

Críticas: Lilting

5/10
Lilting (Reino Unido, 2014).
Dirección y guión: Hong Khaou.
Intérpretes: Ben Whishaw, Pei-Pei Cheng, Andrew Leung, Peter Bowles, Naomi Christie, Morven Christie.
Música original: Stuart Earl.
Fotografía: Urszula Pontikos.
Montaje: Mark Towns.
Idiomas: Inglés, mandarín.
Duración: 107 minutos. 


Los vivos y los fantasmas

Por Sofia Pérez Delgado
(La película del día)

Tras realizar reconocidos cortometrajes como Summer (2006) o Spring (2011), el director de origen camboyano residente en Inglaterra Hong Khaou presenta en su ópera prima, Lilting, muchas de las constantes de sus trabajos anteriores: las relaciones, las diferencias raciales y generacionales, o la homosexualidad. A ello se le une en la película una poética mirada hacia las diferentes maneras de llevar el duelo tras la muerte de un ser querido. Lilting nos habla del encuentro entre una mujer china, Junn y un joven británico, Richard, que aparentemente solo comparten una cosa: el mismo amor de sus vidas, Kai, en el caso de la ella su hijo, en el de él, su pareja. 

Enseguida vamos a descubrir que Kai ha muerto, dejando así a Junn y a Richard envueltos en una convivencia con espectros, a los que no quieren dejar escapar. Encerrados en una burbuja de tristeza, pareciera que no hay nada más en la vida de ninguno de ellos, aparte del inminente acercamiento entre ambos. En el caso de Junn, es menos sorprendente, ya que se encuentra “encerrada” en una residencia, a la que Kai la había llevado porque quería vivir con su novio, pero no era capaz de confesarle a su madre sus tendencias sexuales. En este sentido, Lilting plantea cuestiones incómodas y no carentes de importancia, como la del deber de los hijos con los padres, y qué hacer una vez que ya no se puede convivir con ellos.

Con respecto a Richard, interpretado por Ben Whishaw, el héroe romántico por excelencia, vive como un fantasma en sí mismo. Apenas sabemos nada de su vida más allá de sus interactuaciones con Junn (Pei-Pei Cheng), por mediación de una intérprete (Naomi Christie), que les ayudará con los problemas idiomáticos, los cuales han generado una barrera que parece insalvable. Pero pronto se darán cuenta de que el entendimiento muchas veces llega a través de otro lenguaje que no es el de las palabras. El problema es que las constantes traducciones lastran el ritmo de la película de forma alarmante. “Lilting” se podría traducir como “cadencia”, y como tal, el filme va repitiéndose, pero el resultado es más desafinado que armónico

La línea argumental básica es muy sencilla, por lo que el director desvía la atención con una subtrama (la de la relación de Junn con un compañero de la residencia) que se antoja forzada, y también a través de oníricos flashbacks. Bien introducidos visualmente, estas miradas a los recuerdos del pasado están muy poco matizadas en cuanto al desarrollo de los personajes, los cuales apenas evolucionan a lo largo de todo el metraje. El caso de Richard quizás sea el más evidente, ya que se muestra permanentemente atormentado, algo enternecedor cuando la historia se centra en el presente, pero incongruente cuando rememora momentos en los que aún ha tenido lugar el motivo de su aflicción. 

Aunque es una historia sin duda emotiva, Lilting no se deja llevar por el sentimentalismo ni por el tremendismo; es un drama teatral, sobrio, de espacios cerrados, de diálogos y de silencios, bien medidos, y con unas interpretaciones realistas. Pero su búsqueda de sutileza la deja la mayoría de las veces en un terreno insustancial y monótono, impidiendo que su melancólica envoltura penetre en la sensibilidad del espectador






No hay comentarios:

Publicar un comentario

 
 
Blogger Templates