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jueves, 4 de agosto de 2011

Hank Azaria: El imitador desquiciado

España es un país en el que no se valora la importancia de la voz como herramienta fundamental del trabajo de los intérpretes. No se explica de otra forma el ninguneo que sufre la versión original en nuestras pantallas de cine, en detrimento de esa infame práctica que es el doblaje de un idioma a otro. Pero ése es un tema del que hablaremos en otro momento. Lo cierto es que la voz es un elemento tan importante como el que más en el trabajo actoral.
En el caso de nuestro personaje de la semana, la relevancia es aún mayor. Hank Azaria lleva más de 20 años formando parte del elenco de Los Simpson, serie mítica, en la que pone voz a innumerables personajes. Entre los más destacados, Moe Szyslak, Chief Wiggun, o Apu. Matt Groenning ha afirmado que Azaria es capaz de “transformar las líneas menos graciosas en las mejores del episodio”. Por muy cuidado que esté el doblaje al castellano de la serie, siempre nos perderemos la asombrosa capacidad de los actores originales para transformar su voz. A Hank sus amigos le conocen, no en vano, como “el imitador desquiciado”. Habilidad que ha utilizado en otros trabajos, entre ellos los filmes Anastasia (1997) y Los Simpson. La película (2007).
Pero el actor no se ha quedado ahí, y también ha prestado su cuerpo (además de su voz) a infinidad de personajes, tanto en cine como en televisión. En este último medio comenzó con pequeños papeles en Enredos de familia, Los problemas crecen o El príncipe de Bel-Air, entre otras. Más adelante, también participó con papeles de relativa importancia en series como Loco por ti o Friends. Aunque el rol más apreciado por él mismo fue el psiquiatra protagonista de Huff, serie que duró dos temporadas en antena.
Dentro del cine, es fácil recordarlo por Agador, aquel hilarante mayordomo de Una jaula de grillos (1996). En esa década de los 90 abundan pequeños papeles en filmes de muy diversa índole. Desde detective en Pretty woman (1990) hasta fotógrafo en Godzilla (1998). Y una nómina de directores de prestigio que incluye a Robert Redford (Quiz Show), Michael Mann (Heat), Alfonso Cuarón (Grandes esperanzas), Woody Allen (Celebrity), o Tim Robbins (Abajo el telón).
En la siguiente década, mucho secundario en comedias románticas como La pareja del año (2001), Y entonces llegó ella (2004), o Amor y otras drogas (2010); la deportiva Cuestión de pelotas (2004); el romántico-deportivo debut en la dirección de David Schwimmer, Run Fatboy Run (2007); o Noche en el museo 2 (2009). Ahora llega a las pantallas con la versión cinematográfica de Los pitufos (2011), en la que interpreta al villano Gargamel.
Su carrera está inevitablemente asociada a la comedia, interpretando incluso a Sir Lancelot (y otros personajes) en Spamalot, obra de teatro musical basada en Los caballeros de la mesa cuadrada. Pero este versátil actor ya ha demostrado lo que es capaz de hacer en otros terrenos. Papeles dramáticos, especialmente en televisión, que le han dado prestigio. Junto a Jack Lemmon en Tuesdays with Morrie (1999), o dirigido por Jon Avnet en Rebelión en Polonia (2001). En cine, también participó en El precio de la verdad (2003). Incluso se ha permitido el lujo de dirigir un corto llamado Nobody's perfect (2005)
Un asombroso imitador que ha sido capaz de no quedarse ahí, y explorar su talento en múltiples direcciones. Una actor que quizás no tenga una carrera espectacular, pero que lleva más de dos décadas con una buena nómina a fin de mes, gracias a prestar su voz para una serie que ya es Historia de la televisión.
Manuel Barrero Iglesias

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