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sábado, 28 de abril de 2018

Entrevista: Vito Sanz y Berta Vázquez



No hemos aprendido nada de física


El protagonista de Las leyes de la termodinámica es Vito Sanz (Huesca, 1982), que se dio a conocer en la gran pantalla gracias a las películas de Jonás Trueba: Los ilusos (2013) y Los exiliados románticos (2015). Ahora consigue su primer protagonista tras aparecer en títulos como Esa sensaciónMaría (y los demás), o La reina de España (todos ellos de 2016). Dentro de la televisión destaca su participación en Vergüenza, serie con la que está rodando ahora su segunda temporada. Y la televisión es el medio que más fama le ha dado Berta Vázquez (Kiev, 1992), la protagonista femenina en la comedia romántica de Mateo Gil. Ya va por la tercera temporada de Vis a vis, en la que interpreta a uno de los personajes principales. Además la hemos podido ver en El accidente, serie estrenada a finales del año pasado. Pero antes de eso, ya debutó en el cine a lo grande, con la gran producción Palmeras en la nieve (2015). La entrevista con ambos resultó muy divertida, mostrándonos la complicidad que han creado durante el rodaje.




Por Manuel Barrero Iglesias



-En el film, Sanz da vida a un físico al que le gusta tenerlo todo bajo control, mientras Vázquez es una modelo que se siente más cómoda con la espontaneidad. Les preguntamos qué tienen sus personajes de ellos mismos.
Vito Sanz: Hay algo de Manel en mí seguro. Yo reivindico la figura del guionista, y Mateo ha dibujado el personaje en el texto, pero sí que vas añadiendo ciertas cosas, sobre todo esas inseguridades.
Berta Vázquez: Yo con Elena comparto las ambiciones que tiene en su vida profesional. La vitalidad y la manera de afrontar la vida. Me dejo mucho llevar, me gusta improvisar y me gusta que la vida me sorprenda. No me gusta tenerlo todo controlado, al revés.

-El buen rollo que hay entre ambos es evidente, ya que se pasan toda la entrevista entre risas y gastando bromas. Curiosamente, la pareja en la ficción no siempre tiene esa química. Queríamos saber si es difícil disimular que no la hay cuando sí existe.
VS: Siempre va a favor, aunque luego tengas que disimular que no hay. Por ejemplo, cuando dos actores se pelean en el escenario, si tienen complicidad, generalmente la pelea es mejor. Esa confianza entre los dos suma a nivel actoral. Yo trabajo más a gusto.
Aunque a veces hay tanta confianza que puede resultar complicado.
BV: Había días, como el de la cafetería, que no nos acercábamos. Nos daban ataques de risas constantemente y entrábamos en un bucle de hacer el tonto.


-¿Y qué les ha parecido trabajar a las órdenes de Mateo Gil?
VS: Es un director bastante exigente consigo mismo y con el resto del equipo. Yo he aprendido a no dejar pasar ni una, a que en un trabajo artístico no te puedes conformar con lo que tienes.
BV: Ha sido un descubrimiento, me parece un director y un guionista excelente. Y a la vez es tan normal.

-La película tenía su complicación formal, así lo ha vivido la pareja protagonista:
VS: Tenemos que confesar que durante el rodaje había veces que nos perdíamos. No solo nosotros, también el director de fotografía, por ejemplo. Entonces el punto donde teníamos que recuperarnos era Mateo, que siempre ha tenido la película en la cabeza de manera muy clara. Cuando vas comprendiendo y sacando las capas al guion son su ayuda, es sorprendente. Muy divertido de entender.
BV: Cuando leímos el guion, me costó mucho imaginar la película que íbamos a hacer, el tono. Hicimos muchos ensayos, mucho trabajo de sobremesa, de hablar. Sobre todo, Mateo nos advirtió que el rodaje sería muy rápido y caótico, y que no íbamos a poder contar mucho con él. Hay una parte técnica tan compleja que él tenía que irse al combo. Así que teníamos que traer todo el trabajo preparado. Entonces entendíamos menos lo que estábamos haciendo. Hasta que vimos la película, y ya lo entendimos todo. La verdad es que es una maravilla.

-El resultado final les sorprendió ambos.
BV: Sí, muchísimo. Nunca había visto una comedia española así, con este tono. Me sorprendió mucho, para bien. Me lo pasé muy bien la primera vez que la vi.
VS: A mí también me sorprendió. Yo tenía mucha confianza en Mateo, porque es un director que ya venía con una trayectoria, que sabes que respira cine y sabe lo que hace. El resultado final se apoya mucho en el montaje, incluso el humor lo hace desde la cámara. Es una comedia que no se apoya directamente en el texto de los actores, sino en la imagen.

-Les preguntamos por las secuencias más difíciles. Por ejemplo, durante la entrevista vemos imágenes de aquella en la que se conocen los cuatro protagonistas.
BV: Esa secuencia era muy compleja a nivel técnico. Estuvimos ahí como dos días haciendo exactamente lo mismo. Era más pesado que difícil. Para mí, de las más complejas fue la secuencia de la paloma, la de la discoteca. Era el segundo día de rodaje, y era un lío. Y la secuencia en la que Elena destroza la casa de Manel, ese día también me pareció muy complejo. Esa secuencia la ensayamos durante dos meses. Teníamos mucha presión, tenía que salir muy bien, porque además fue el último día de rodaje e íbamos fatal de tiempo.
VS: Coincido bastante con Berta. La paloma es una de las más complejas para mí, por el texto que tenía que soltar, por la cantidad de figuración y porque se rodó el segundo día. Las secuencias más complejas se suelen tirar un poco más tarde, para que el equipo también coja un poco de ritmo. Y es verdad que vino muy pronto. Pero bueno, la disfruté dentro de la que cabe. Aunque también la sudamos todos.

-Y ellos, ¿son más de ciencias o de letras?
BV: Yo soy más de letras. En 4º de ESO empecé a perder con las matemáticas, y ya no remonté jamás
VS: Ni de letras ni de ciencias. Yo era bastante malo, es sorprendente que haya llegado a hacer esta película. Era más de arte, hacía plástica. Espero que la película la disfruten los universitarios.
Ambos: Nosotros no hemos aprendido nada.

-Los dos son parte activa de la nueva ficción televisiva en España. Les preguntamos por las diferencias entre un medio y otro.
BV: Sí que se nota, porque el ritmo de rodaje en la televisión es más rápido, y hay menos tiempo para ensayar y preparar un personaje. Dependes siempre de la audiencia, y en el cine eso no pasa. Pero sí es verdad que cada vez las series y el cine están más cerca. Sobre todo con las plataformas de Netflix, Movistar…ya se rueda como en cine.
VS: Yo he tenido la suerte de hacer proyectos para Movistar. En este caso, Vergüenza. La diferencia en el ritmo de rodaje no es mucha.

-Acabamos preguntándoles por el teatro, un medio que suele ser muy querido por los actores, en el que Sanz ha trabajado y Vázquez aún no.
VS: Se suele decir que el teatro es más de los actores y el cine del director. Hay algo de eso, y esta película es un ejemplo de ello. El actor siempre tiene más libertad en el teatro. Yo disfruto mucho, es muy cansado, pero muy gratificante.
BV: No he probado nunca el teatro, pero entiendo que son dos experiancias totalmente distintas. En el futuro igual sí me gustaría probar, porque todo el mundo habla maravillas. Me da mucho respeto, por supuesto. Pero creo que la manera de construir personajes, que es lo que a mí me fascina, el cine te permite más trucos. Puedes contar con pequeños gestos, miradas que captan la cámara, que construyen un personaje muy alejado de ti. Gracias al truco del cine puedes conseguir algo que quizás el teatro no te permite.



 Entrevista realizada en las oficinas de Sony Pictures de Madrid, el 16 de abril de 2018




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